¡Uy, no saben lo contenta que estoy! Creo que esto de las artes marciales está hecho para mí. ¿Vieron cómo derroté a Xian durante mi primer entrenamiento? ¡Y de un solo golpe! Ni Bruce Lee te hace ese movimiento, ¡jajaja! Cielos, aunque la verdad es que también tengo algo de remordimiento: ver al pobre Xian retorciéndose de dolor en el suelo me dio un poco de penita. ¡Ah! Supongo que en el siguiente entrenamiento tendré que ser más suave con él. Solo espero que todo esto del entrenamiento sí resulte y pueda por fin volver a la normalidad. ¡Ya no puedo esperar más para que de una vez por todas me vea libre de esta odiosa maldición!
***
El timbre que anunciaba el comienzo del segundo recreo se oyó por todo el colegio. Mandy y sus amigas salieron rumbo a uno de los quioscos para comprar algo de comer.
–Vamos, chicas. Invítenme algo, por favor, ¿no ven que me voy a morir de inanición? – Mandy les insistió a sus amigas.
–Te invitaríamos, amiga, pero la verdad es que nosotras también nos morimos de hambre.
–Ya pue, chicas. Ya pee –Mandy las jaló de la blusa una por una con insistencia–. Ya les he contado que mi mamá me tiene castigada y por mucho tiempo no me dará nada de propina. ¡Estoy en la absoluta miseria! ¿Es tan difícil de entender?
–Te entendemos perfectamente.
–¡¿En serio?! ¿Eso quiere decir que me invitarán?
–No.
–¡Atorrantes!
–No puedo creer que tengas cara para decirnos eso, Mandy, si siempre que tú te compras algo nunca nos invitas.
–Así es. Es más, toda tu comida la babeas para que ya ninguna te pidamos nada.
–Jaja, por dios chicas, no sean tan rencorosas. Renegar del pasado solo les hará salir arrugas. ¡Se volverán unas ancianitas renegonas!
–¡Suelta! –una de sus amigas le dio un manotazo cuando con disimulo Mandy intentó hacerse con una pieza de su plato de salchipapas.
–¡Egoísta! –Mandy le sacó la lengua, y entonces se cruzó de brazos y volteó el rostro.
–Vamos, Mandy. No te enojes con nosotras –otra de sus amigas trató de animarla.
–Si no me van a invitar nada, mejor ni me hablen.
–Oigan chicas, ¿a ustedes también les llegó la invitación de Samara para un evento que hará detrás del coliseo del colegio? –de pronto preguntó una de las muchachas al resto.
–Sí, yo también recibí la invitación por mis redes sociales. Según leí, un tío de Samara ha inaugurado una heladería y el evento es para regalarles a todos los que vayan unos vales de descuento.
–Es cierto, y ahora que lo recuerdo, la invitación era para el día de hoy.
–Oigan, chicas ¿de qué están hablando? ¿Cómo que vales de descuento? ¿Se puede saber porque yo no recibí ninguna invitación? –Mandy intervino en la conversación de sus amigas.
–¿Cómo Mandy, dijiste algo? Creí haberte oído decir que no querías hablar más con nosotras...
–¡Jajaja! Vamos, ya olvídense de eso. Por esta vez he decidido perdonarlas.
–¡Pues muchas gracias! –las amigas de Mandy le dijeron en tono sarcástico.
–Chicas, ¿nos vamos para el evento? –una de las muchachas les dijo a las otras dos–. Ya revisé la información en mi celular, y el evento esta programado para este segundo recreo.
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Super Purple: One Cursed Girl
Teen FictionBurlarse de los demás era el pan de cada día de Mandy Carpio, hasta que un buen día una compañera de su colegio ya no aguantó más sus bromas y decidió darle una inimaginable lección que le cambiaría la vida para siempre.