¡Qué mal rato el que me hicieron pasar los idiotas de Samara y sus amigos! En serio que me sacaron de mis casillas los muy descarados. Y lo que más cólera me da de todo esto es que al final no pude darles su merecido, ya que un profesor se apareció de buenas a primeras y por lo tanto no me quedó más remedio que huir para evitar ser castigada. Rayos, ahora más que nunca deseo volver a la normalidad, pues estoy segura de que mientras siga siendo la chica púrpura esos tontos siempre encontrarán una oportunidad para fastidiarme. ¡Ya no lo soporto máááss!! ¡Quiero volver a ser normal!! Waaa...
***
Martina
Una vez los últimos alumnos que llegaron del recreo se ordenaron en sus lugares, la profesora de educación física, una atlética señora de pelo corto y teñido de rojo, tomó la palabra.
–Buenas tardes, alumnos y alumnas. Como ya sabrán, estas dos horas que quedan tenemos las clases de educación física junto con la otra sección. Normalmente yo me encargó de las chicas de ambos salones, y el profesor Edwin se encarga de los chicos. Sin embargo, el día de hoy por problemas de salud el profesor Edwin no ha podido venir, de modo que yo tendré que encargarme de todos. Es por ello que el día de hoy las clases de educación física serán mixtas. Las chicas, como bien lo recordarán, la semana pasada les anuncié que hoy tendríamos las prácticas de vóley. No se preocupen, yo sé que la mayoría están ansiosas por el vóley, así que sí o sí lo practicaremos el día hoy a pesar de las circunstancias. Lo único que variará es que debido a que los hombres no pueden quedarse a su libre albedrio sin nada que hacer, he decidido incluirlos en las prácticas de vóley.
–¡Nooo! –se quejaron las chicas.
–¡Nooo! –se quejaron los chicos.
–¡Silencio, que ya está decidido!
–¡Nooo!
–No les he pedido su opinión. Les estoy comunicando lo que haremos el día de hoy. Y para el que quiera quejarse la dirección está a su libre disposición.
Todos guardaron silencio.
–Así me gusta –la profesora mostró una cándida sonrisa–. Ahora, en orden y en silencio vayan a la cancha de fútbol. En un rato yo los alcanzaré con los muchachos de la otra sección.
Murmullos y lamentos se oyeron por parte de los alumnos, en tanto salían rumbo a la cancha.
–¡Sí, sííí! ¡Este es mi día de suerte! –Lorenzo les comentó a sus amigos mientras se dirigían rumbo a la cancha–. Todas las chicas en pantaloneta estarán tan cerca de mí... ¡oh, esto es un sueño hecho realidad! ¡Que alguien me pellizque! ¡Debo saber si tanta felicidad es real!
–¡Con mucho gusto! –Mandy le habló desde sus espaldas.
–¡Mandy, mi amor!! Así que tú también estás ansiosa porque comiencen de una vez los partidos de práctica. Ya no te angusties más. Te prometo que de todas maneras me uniré a tu equipo para el partido. Es más... –Lorenzo volteó con la intención de abrazarla.
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Super Purple: One Cursed Girl
Teen FictionBurlarse de los demás era el pan de cada día de Mandy Carpio, hasta que un buen día una compañera de su colegio ya no aguantó más sus bromas y decidió darle una inimaginable lección que le cambiaría la vida para siempre.