Ya me encuentro algo mejor tras haberme tomado la medicina que Xian me trajo (¡puag! Esa cosa sí que sabía asqueroso), aunque lo malo es que se me ha soltado el estómago. Mi madre me ha dicho que probablemente se trate de un efecto purgante de las hierbas medicinales... es una molestia, aunque viéndolo por el lado positivo, gracias a ello me he podido faltar al colegio. Solo espero que hoy no avancen mucho en las clases... Bah, no importa, ya luego me pondré al día. Ahora seguiré viendo mis videos en el celular y si se me antoja le pediré a papá que me suba algo de tomar. ¡Ah! Esto sí que es vida.
***
Bianca, Estela y Roberta, ¡amigas incondicionales!
Aquella mañana amaneció nublado. El invierno ya estaba llegando a su clímax, de modo que en la ciudad hacía un frío terrible. Ese día al colegio todos fueron abrigados, ya sea con chalinas, gorras de lana, o chalecos puestos sobre la chaqueta del uniforme.
Sonó el timbre del primer recreo.
–Oigan, chicas ¿saben porque mi novia Mandy no ha venido el día de hoy? –Lorenzo se acercó a preguntarles a las amigas de Mandy. En ese momento ellas se encontraban en la cafetería, sentadas alrededor de una de las tantas mesas. Sobre la mesa cada una tenía una humeante taza de café servida en vaso de tecnopor, que acababan de comprar de uno de los quioscos.
–Si ella te oyera decir eso, seguro que ya te estaría golpeando –una de las chicas se rio.
–Nos dijo que se encontraba mal del estómago –respondió otra de las muchachas.
–Rayos, cuando Mandy no está las clases son muy aburridas –Lorenzo se jaló una silla y se sentó en la mesa de las muchachas.
–Es cierto –la tercera de las amigas dijo tras beber un sorbo de su café–. ¡Brrr! Que frío que hace...
–No te preocupes, chiquita. Aprovechemos que Mandy no está para poder abrazarnos y darnos mutuo calor. Eso sí, no le cuentes nada de esto, porque ella es muy celos...
–¡Suéltame, maldito degenerado! –la muchacha le dio un sopapo a Lorenzo.
–Ji ji ji, que admirable es tu amistad con Mandy. Ahora me doy cuenta de ello.
–¿De qué diablos hablas ahora, loro desplumado?
–Te aguantas de aceptar mi afecto por respeto a tu amiga Mandy. Ya que ella es mi novia...
–¿Mandy, tu novia? Ni en tus sueños, papacito.
–Habrá que decirle a Mandy los rumores que intentas difundir, loro desplumado –otra de las chicas sugirió.
–Me parece lo mejor. Somos sus amigas y no podemos ocultarle estas cosas.
–¡No, chicas, por favor! No lo dije en serio, solo era una bromita.
ESTÁS LEYENDO
Super Purple: One Cursed Girl
JugendliteraturBurlarse de los demás era el pan de cada día de Mandy Carpio, hasta que un buen día una compañera de su colegio ya no aguantó más sus bromas y decidió darle una inimaginable lección que le cambiaría la vida para siempre.