Capitulo 3

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Después de eso, me volví a tumbar en la cama aunque el no quiso irse por si volvía a tener pesadillas. Notaba sus ojos clavados en mí y poco a poco todo el cansancio acumulado en estas semanas me volvió a vencer haciendo que durmiera como una niña pequeña.

Me desperté y note que estaba sola, Daniela se había ido, seguramente minutos después de quedarme dormida. Mire por la ventana y vi que había anochecido. Cuantas horas había dormido?

Me acerque a la puerta y la toque porque me suponía que no podría salí de allí, asique espere a que aquel grandullón de anoche abriera la puerta. Segundos después esta se abrió y vi como el grandullón aquel me miraba esperando a que dijera algo.

- Podría hablar con...umm, Daniela?

- Ahora le aviso, está ocupada ahora mismo.- dijo serio cerrando la puerta detrás de él.

No estaba segura de sí era correcto o no el decir que quería hablar con ella, pero anoche ella me dijo que vendría a hablar conmigo y no me había despertado hasta ahora asique lo más correcto era que yo le hiciera saber cuándo estaba despierta mediante el grandullón.

Decidí que sería bueno darme una ducha exprés para estar así algo más presentable cuando Daniela viniera, aunque el cuerpo me doliera los mil demonios conseguí ducharme, aunque fuera sentada asique era algo. Rápidamente me vestí y salí del baño para encontrarla sentada en el sillón en el que anoche se quedó después de mi pesadilla.

- Ho-hola.

- Me dijo Mark que querías hablar conmigo?

- Bueno, es que, anoche me dijiste que hoy hablaríamos, y como estuve todo el día dormida, pensé que te haría saber cuándo estaba despierta para hablar.- dije sentándome en la cama.

- No era necesario hablar hoy si no querías, pero es verdad que tenemos que hablar de lo que pasara de aquí en adelante y todo, porque es muy serio.

Millones de cosas me pasaban por la cabeza; sería la esclava sexual de aquel grupo de hombres, me matarían, intentarían extorsionar a mi familia a cambio de mi liberación?

- Y, ahora me mataran? Les he visto la cara, aunque te lo juro que yo no diré nada, por favor.

- Acaso quieres volver a una casa en la que tu padre te maltrataba cuando llegaba borracho mientras tu madre y tu hermanastra no hacían nada por ayudarte? Y tranquila, no matamos a mujeres.

- Como, como, como sabes tú todo eso? dije con asombro.

Nadie aparte de mi madre, hermano, padre y yo sabía lo que pasaba cuando la noche llegaba y mi padre decidía emborracharse y después descargar su ira contra mí. Era imposible que lo supiera, los únicos aparte de mi familia que lo sabían eran mis amigos y ni ellos me creyeron.

Las lágrimas vuelven a aparecen y me siento una gran estúpida por volver a llorar una vez más en este sitio, mostrar lo débil que era ante aquella mujer que no conocía, que parecía ser amable conmigo.

- Ey tranquila va? Solo me he asegurado de informarme por qué todo el estado está buscando a la hija de un gran empresario. Te aseguro que si en un tiempo quieres irte, podrás hacerlo, pero ahora no puedes irte porque te están buscando y además tienes que recuperarte de esos golpes y de lo que los malnacidos de mis hombres te hicieron en mi ausencia. vi como esto último hizo sus manos. volverse puños y estos se volvían blancos.

- Son...tus...hombres?- dije pálida Tendré que volver a verlos?

- Si, aunque solo para que me digas quien de todos fue quien te trajo aquí en primer lugar y después quiero que me digas quienes te hicieron cualquiera de las cosas que te hicieron.

- Y, tu sabes que me hicieron?

Se levantó y poco a poco se acerca a la cama y se sienta en la esquina opuesta a la mía, aunque había veces que me daba miedo, había otras que me parecía de total confianza.

- Mi hermano me lo conto después de dejarte aquí anoche.

Su hermano? Acaso seria mi ángel guardián?

- Por si te lo preguntas, ya que eso parece, él es quien entro preguntándome a ver que hacía ayer contigo en aquella habitación, Steve es demasiado protector a veces con las mujeres.

- Steve...-repetí su nombre, aunque sonaba mejor ángel guardián.

- Si, ese es mi nombre. Sabía que alguien hablaba de mi cuando los oídos empezaron a pitarme.- dijo riéndose y acercándose a nosotros- están todos en la sala, cuando quieras.

Y después de eso se fue mirándome y dándome una gran sonrisa.

- Sé que igual es muy pronto, pero necesito que bajes conmigo y me digas quienes fueron para darles su merecido.

Me tendió una mano y después de dudarlo mucho le di la mía, un poco temblorosa porque me vería como una chivata y eso no era bueno, pero si iban a recibir su merecido, espero que valiera la pena.

Todos se quedaron callados cuando los vieron bajar a los dos, aunque yo me escondía detrás de ella y de Steve. Había al menos unos 30 hombres en aquella sala, la mayoría ni los había visto, y a otros los recordaba de cuando venían y se reían mientras los otros abusaban de mí. Una vez nos encontramos delante de ellos, los dos se apartaron dejándome a la vista de todos aquellos hombres, aunque yo rápidamente agache mi cabeza.

- Poche, sabes lo que tienes que hacer verdad?

Asentí, y con mucho miedo y con la ayuda de Steve me fui pasando por delante de todos, y fui dándoles números a algunos; el 1 fue para quien me secuestro, 2 para los que abusaron de mí y 3 para los que me golpearon.

- Juan, Juan, Juan, porque no me sorprende que tengas el numero ganador? Acércate.- dijo con un todo de voz amenazador.

Mire a Steve que solo miraba a su hermana y al otro tipo.

- Jefa, lo siento, enserio.

- De rodillas.

- Pero jefa...

- De rodillas te he dicho!- grito esta vez.

Vi cómo se sacaba un arma que tenía un silenciador por lo que había visto en muchas series de televisión, aunque esto era más que real. Acerco su arma a la frente de Juan mientras este rezaba en silencio moviendo sus labios y tenía los ojos cerrados.

- Aquí no se secuestran, violan y golpean mujeres. Todo aquel que lo haga sufrirá un castigo.

Y dicho esto, mirando al tipo fijamente que temblaba como un flan, le disparo. Pegue un gran grito y me gire llorando hacia el pecho de Steve que lo tenía a hacia el pecho de Steve que lo tenía a mi lado. - Llevenselo; y al resto, se quienes hicieron cada cosa y tampoco se quedaran sin castigo, solo esperen.

- Creo que podrías haber esperado a que me la llevara Poche, ella no tendría que haber presenciado esto, mira como esta. No crees que ya estaba demasiado asustada como para que haya tenido que presenciar como un hombre era asesinado en su presencia?- escuche como Steve reprendía a su hermana.

- Poche, lo siento, no lo pensé.- dijo pasando su mano por mi cabeza suavemente.

- Solo... solo quiero dormir.

Los tres nos dirigimos a mi habitación y nos quedamos charlando un rato hasta que el sueño pudo conmigo y me quede dormida.

Casada con una mafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora