Capitulo 14

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Habían pasado varios meses desde que me había casado y las cosas parecían ir viento en popa, aunque siempre dentro de todo lo bueno hay algo malo verdad? Y lo malo era que había empezado a sentir cosas por aquella jefa de la mafia que me había salvado de sus hombres y me había cuidado durante todo este tiempo; que se había casado conmigo para que no tuviera que volver a casa y pudiera vivir feliz y sin miedos.

Los gritos y las discusiones poco a poco iban disminuyendo aunque siempre había alguna que otra, no era como antes, decidimos que arreglaríamos las cosas hablando como personas civilizadas que éramos y solo cuando estuviéramos calmados hablaríamos con la otra persona aunque no siempre funcionaba, muchas veces lo conseguíamos, o sino, acababa golpeándola.

Muchas veces salía de fiesta y en alguna cena a la que Dani debía de asistir me llevaba y me sorprendía que hubiera alguna que otra joven de mi edad con el mismo problema que yo tuve, y con eso pude empezar a salir con gente de mi edad y que estuviera fuera del círculo de la mafia. Muchas veces los hombres se me acercaban cuando estaba de fiesta con las chicas y como Daniela era muy conocida por la ciudad solo me hacía falta decir que era su mujer para que se marcharan con una gran cara de espanto.

Había muchos de los clubes a los que empecé a ir en los que Dani había dado mi nombre y una foto mía para que me dejaran entrar y no tuviera que pagar nada, lo que de verdad me molestaba porque yo quería pagar mis cosas, tenía dinero y no quería depender de nadie, pero ella solo se escudaba en que ella era mi esposa y tenía que pagarme las cosas.

Hoy amanecí con una resaca de los mil demonios, no sé qué bebería anoche pero de verdad me descontrole; nunca me había sentido tan mal como lo estaba haciendo ahora.

Me di una ducha rápida y me maquille un poco para tapar las grandes ojeras que tenía de no haber dormido más que un par de horas. Baje a desayunar y deje preparado café para cuando todos llegaran y quisieran su ración diaria de café. Era hora de limpiar la casa, lo que más odiaba de todo era eso, no estaba obligada pero me sentía en la obligación de hacer algo por Daniela que tanto había hecho por mí.

- Buenos días Poche.- dijo Steve sentándose a mi lado.- No sabes si mi hermana ya despertó verdad?

- No creo, hace pocas horas llegamos a la casa, creo que aún sigo borracha y todo. Algo importante?

- No mucho, cuando despierte dile que venga al despacho y que en todo ese momento nadie entre por favor.

Me dio un beso en la frente como siempre hacían él y su hermana y se alejó con varias tazas de café y unas cuantas magdalenas. Cuando todos llegaron les dije que no molestaran en la oficina de Daniela y que no armaran escándalo y sorprendentemente todos asintieron y después de desayunar se fueron a entrenar.

Horas después Daniela apareció por el salón con el pelo húmedo, significando que había intentado despertarse al igual que yo dándose una ducha, pero no lo había conseguido, esa carita que tenía cuando recién levantaba era imborrable.

- Buenos días. Hace cuánto despertaste?- pregunto cuando llego a mi lado.

- Creo que cuando desperté aún seguía borracha, apenas creo que dormí tres horas.

Pronto seria la hora de comer, estaba preparando la comida pero a mí se me cerraban los ojos del sueño que tenía.

- Porque no vas a descansar un rato, ya le diré a alguien que acabe la comida por ti, si? Necesitas descansar.

- No puedo y por cierto, vete a vestir que tu hermano quiere que vayas a tu oficina. Lleva desde antes que me despertara en la oficina encerrado con tu hermana y alguien más. Dijo que bajo ningún concepto se le molestara y que solo entraras tu.

Casada con una mafiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora