MAKIATO

Capítulo 2

Trabajo

No le tomé importancia, no era la primera vez que una persona se acercaba a mí por mi belleza, sonreí burlonamente, me acerco a un pequeño parque y siento cerca de una fuente. Me pareció guapo ese chico, vaya que lo es. ¿Obvio? cualquiera se moriría por él, me termine el café y en seguida busque un bote de reciclaje para la basura, pase cerca de un campo de futbol.

Se me ocurrió ver si había algún trabajo en Internet, entre a una página para ver si había ofertas favorables que encajé para mí, mientras caminaba, la gente parecía querer pedir prestado mi celular, pero luego ser fijaba en el modelo y se iban, jaja, talvez querían pedir mi cargador, en eso me apareció un video que me decía.

"¡EY, tú, si tú!, ¿necesitas trabajo?, eres una persona que buscas y que por más que buscas no encuentras o no tiene experiencia laboral. En macromarrs te podemos dar hospedaje, te damos comida tres veces a día y te damos un suelo competitivo, no importa qué edad tengas, lo importante es darle sentido a tu vida. únete a nuestra familia. Ven mañana a esta dirección ... a la 2pm. ¡¡TE ESPERAMOS!!

No podía creer que de la nada me vino el trabajo. ¡Qué suerte!, ya sé donde voy a trabajar, cuando miré a mi alrededor, ya estaba muy cerca de mi casa, así que fui a alistarme para la entrevista, por desgracia me quedé dormida, lo que ya se hacía costumbre para mí.

Al día siguiente, me levanto precipitada, busqué en mi armario como loca, quería ponerme un buen atuendo, me puse una camisa blanca de mangas largas con botones, el cuello de la camisa es de color negro de tipo plano muy elegante al mi parecer, me puse una falda negra con vuelo, y tiene una línea blanca en las orillas, me llega hasta las rodillas. Me encanta como se ve mi outfit, le agregue un listón negro en el cuello de la camisa, para que convine y para que no se me caiga lo amarre en forma de moño, después me puse unas medias de color negro que en la parte superior de estas tenía una línea de color blanco, me llegaba hasta los muslos, también me puse unas botas negras que parece zapatos creo. A penas que me doy cuenta, es tardísimo, ya no quise hacer algo con mi cabello anaranjado lo dejé suelto y solo me puse un poco de base rojito en las mejillas.

Ante de irme agarre a mi peluche lo puse en frente a mí y le susurré en voz baja, casi imperceptible para los demás.

— Hoy va a ser mi primera entrevista, deséame suerte — muy emocionada le hablé a mi peluche, lo sujeté de la mano para ver mi celular, lancé un pequeño grito al aire, ya es tarde. dejé mi oso en la cama y me fui.

Salí apresurada, hacia el lugar de la entrevista, cuando llegué estaba muy cansada.

Llego y me doy cuenta que en efecto estoy en una estación de trenes desolado, muy oxidado por todas partes, me dirijo hacia la puerta de unas oficinas algo descuidada y lo primero que hice es saludar con voz alta y nadie me contesto, como nadie abrió, toco la puerta un poco fuerte y se cayó no le tome importancia.

—¡HOLA...! — se escucha el eco de mi voz, decidir entrar, estoy atenta por si veo algo.

En la habitación ya se dónde guardan las decoraciones de Halloween ya que, había muchos huesos en todas partes, colgados.

Después entré al lugar donde está la oficina del jefe me traté de asomar, por si había alguien y veo al mismo tipo que me había topado ayer después de salir de ese café.

— Según yo había ido a la dirección correcta — murmure.

Creo que me equivoque iré a otra parte, me di la vuelta. De la nada el aparece de frente, eso provocó por accidente golpearme con su pecho.

— Oh, veo que viniste y que también tienes agallas para hacerme esperar, joven Dulce — mientras él me decía eso no paraba de arreglar su pelo.

— Jaja sí, pero en realidad creo que esto es un mal entendido señor — alzó una ceja de manera interrogante con un ceño fruncido.

—¿Para que estas aquí?, solo me haces perder el tiempo —.

Mientras me decía eso empezó a caminar y arrinconadme hacia a la pared.

—¡Piensas que esto es un juego!, piensas que esto es divertido. Yo vine personalmente para contratarte, y que tengas un trabajo, y me dices que fue un error, ¿sabes cuántas personas quisiera estar en tu lugar? —.

— Yo sí quiero... – respondí efusiva nerviosa por mis palabras — pero no voy a trabajar con usted, solo vine por que vi un anuncio — dejo su cara de enojado y me contesta.

— ¿Necesitas un empleo?, supongo — después sé desacomoda su corbata — ¿porque n quieres trabajar en este empleo? — lo mire con una cara de asco.

— Porque pareces un pervertido, raro, de seguro ni te bañas, aparte no te conozco — mi voz sonó demasiado chillona a mi parecer hasta creo que el sujeto desconocido estaba de acuerdo, ya que su expresión lo dice todo.

— Sí, claro, te envían un anuncio, no hay problema que vaya a un lugar abandonado y te darán un buen trabajo de jefe ejecutivo — lo dice muy tranquilo, pero con sarcasmo. — A ver el anuncio quiero verlo — extiende su mano, esperando que yo diera mi celular.

— Bueno, pero no lo deje caer, porque ayer sé me calló — el empezó a revisa muy acelerado y cambio su cara neutral a uno asesino furioso.

— ¡Ese maldito...! le dije que no se metiera! — susurra, lo dice muy disgustado, después apretó mi celular

— ¿De qué estás hablando? — pregunté confundida y esperando que no rompiera mi celular.

— El que te envió el video, es un tío conocido, que también trabaja en la misma organización— después relajó las manos — le dije que yo te iba a reclutar que no se metiera en mis asuntos —.

Después de eso lanza mi celular contra la pared, dejándome en shock, un paro cardiaco y llorando en el suelo.

— Vale ¿si gustas te puedes unir a la organización? — muy tranquilo lo expresa, mientras yo lloraba, por lo que pasó.

— Sí supongo, aunque no lo sé, porque tú vas a estar ahí y aparte rompiste mi celular, eres un hijo de puta, y eres un pervertido — lo dije con voz firme, aunque no estaba segura porque seguía dolida.

— ¡Joder porque me dice pervertido! — poniendo una cara muy indignada.

— Porque me ofreces un trabajo sospechoso, luego me destruye mi celular y ayer te vi caminar por los techos— miro hacia otro lado e inflo mis mejillas.

— En primera, ayudo a una organización que protege a los civiles —.

— En segunda tu celular, ya estaba roto, luego te compro otro, si quieres — diciéndolo como si el dinero no fuera ningún problema.

— En tercera no tiene nada de malo pasar por los techos — poniendo la cara firme y se empieza a irse.

— ¿Bueno si quieres el trabajo? ven conmigo o te dejó aquí sola —.

— Espera aún no he aceptado la oferta — se lo dije indignada.

Pero necesitas comprar un nuevo teléfono y eres perfecta para este trabajo —.

— ¡Ya va empezar pervertido! —.

— ¡Joder que no soy pervertido eres tú la que piensa mal! —.