𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍𝐎 𝐃𝐄 𝐄𝐍𝐅𝐄𝐑𝐌𝐄𝐃𝐀𝐃𝐄𝐒.<<
Fibrosis Quística es lo que tenía Marina Clearwater, la segunda hija del matrimonio, amada por toda su familia y la mayoría de los habitantes de la reservación.
Marina nunca pudo ver una vida más allá d...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐍𝐀.
Tenía a mamá Sue al frente de mí, a mi lado estaba Edward quien tenía la mirada baja.
-Señor Cullen, cuando se habla se debe mirar a la persona al frente. -Dijo mamá.
Pude ver como levantaba la mirada, pasaba su mirada de mi a mi madre, no se que tenía que decir, yo estaba confundida en esto.
-Señorita Clearwater, quisiera felicitarla por haber tenido a una hija tan hermosa como es Marina, no he tenido la oportunidad de conocer a sus demás hijos, pero el tiempo que llevo con Mar me ha servido para ver que siento algo más por ella.
-Edward, estas consiguiendo que te acepté para estar con mi pequeña caracola, si mi Harry estuviera vivo ya te hubiera amenazado con alguna arma, pero se que cuidarás a mi niña.
Puse una mano en mi boca aguantando los sollozos, sentí como los brazos de Ed me envolvían para comenzar a tranquilizarme.
Al estar calmada le dedique una sonrisa para dirigir mi mirada a mamá Sue.
-¿Y mis hermanos?
-Con Sam Uley.
Podía sentir como la sangre me hervía pero sentí nuevamente los brazos de Edward lo cual hizo que me calme.
-Si llegan a venir...¿les puedes decir que me vayan a ver, mami?
Pude ver como asintió, Edward se despidió para luego salir de la casa, yo por mi lado me lancé a abrazarla para decirle que saldría con mi chico.
Al estar afuera vi a Edward apoyado en su auto, caminé hacía el para colgarme de su cuello dejando un pequeño beso en los labios de él quien rápidamente provocó que sea más largo.
Solte una pequeña risa entremedio del beso para separarme.
-¿Vamos?
-Vamos.
Íbamos a ir a comprar unas cosas para llevarle a Esme quien me había regalado un vestido, había insistido tanto a Edward para que fuéramos a ver algo que aceptó.
