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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐍𝐀

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𝐍𝐀𝐑𝐑𝐀 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐍𝐀.

Me senté en la arena con una gigantesca sonrisa que no se me podía borrar. En verdad estaba feliz. No me molestaba ensuciarme, amaba estar tan cerca del agua, ese sentimiento de paz.

A lo lejos vi a Eddie venir caminando, puse una mano sobre mis cejas para tapar el sol y admirar a... Mí esposo ¡Que lindo sonaba eso!

No se molestaba en taparse del sol, no había nadie a un kilómetro al menos. Su piel brillaba como una bola de discoteca y no aguante a soltar una risita por eso.

Aún así, eso no opacaba sus ojos dorados que estaban achinados por su sonrisilla divertida. Meneaba su cabeza en negación de burla.

-¿Las trajiste? -Me mordí el labio inferior emocionada.

-Ya te he dicho que todo lo que quieras te voy a dar -Se agachó para dejar caer caracolas que traía en sus brazos como un bebé. ¡Eran muchas!

Me arrodille chillando alegre y las comencé a ordenar por tamaño, sin importar si estaban rotas y solo note dos así. Edward, al parecer, trajo las más hermosas que encontró en toda la costa.

El cobrizo desapareció en un parpadeo y volvió, sentándose a mí lado igual de desinteresado en que la arena se cuele en sus prendas y me dejó una paleta con pinturas, un pincel y un vaso con agua para limpiar este mismo.

-Gracias -lo mire en verdad agradecida, él señaló su mejilla y rodee los ojos divertida antes de darle un beso.

-Otro -Pidió.

Rsoplé una rosilla y, en cuanto quise repetir mí acción, giró su rostro logrando que le dé un piquito. Pase mí mano por su rostro alejándolo con diversión, escuchándolo reir.

Él tomó una caracola y yo otro conchita, comenzamos a pintarlas riendo bastante. Edward era, un poco mucho, mejor en el ámbito de arte que yo. La vez que me dibujo era una muestra de ello. Pero hacía tonterías para hacerme reír.

Océano de Enfermedades-Edward Cullen.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora