Capítulo 9

114 14 19
                                    

La puerta sonó muy temprano aquella mañana, ni siquiera era de mañana, probablemente era de madrugada aun, lo último que recordaba era despedirse de Michael en el pasillo y luego ir a su habitación para desmayarse en su cama, pasaron un día intenso en la playa nadando, también conocieron a un grupo de amigos que estaba pasando sus vacaciones ahí y los invitaron a jugar fútbol en la arena.

—¿Luke? —escuchó la voz de Michael detrás de la puerta, la abrió dejándolo entrar e inmediatamente se dio la vuelta para volver a la cama, sintiendo los pasos de su novio detrás de él, pero se volvió a acomodar entre las sábanas sin ningún problema.

Sintió la cama hundirse a su lado y cerró los ojos, molesto por la luz de la lámpara que se encendió.

—Alguien no está de buen humor esta mañana —canturreó Michael. Y realmente no lo estaba.

—¿Por qué viniste tan temprano? —preguntó dándose la vuelta sin desenrollarse de las sábanas. Michael estaba sentado a su lado con la espalda pegada al respaldo de la cama y los brazos detrás de su cabeza, tenía los ojos cerrados y una sonrisa suave en su rostro—. Y parece que tuviste un sueño reparador de doce horas.

Michael resopló y abrió un ojo, entonces Luke cerró los de él porque no estaba preparado para ser visto con el rostro hinchado por el sueño, su cabello despeinado y las marcas de la almohada en sus mejillas. Además, llevaba un pijama un poco tonto.

—Te extrañaba, por eso vine.

—Vamos a pasar todo el día juntos —dijo en un tono obvio algo irritado—. Déjame dormir un poco más, aun no sale el sol.

—Pero saldrá en unos minutos.

—Mentira, ¿Qué hora es? No creo que hayas dormido.

—Son las cuatro.

Abrió los ojos solo para mirarlo con el ceño fruncido.

—No podía dormir —habló nuevamente mientras el ceño fruncido de Luke se profundizaba—. Tuve como una pesadilla y no quería estar solo.

Solo eso bastó para que su ceño fruncido desapareciera y su expresión escondida entre las sábanas se suavizara. Finalmente se dignó a salir de su envoltorio, sin importarle su camiseta de Harry Potter desgastada y su bóxer con figuras de rayos, no se dio cuenta hasta ese momento que Michael también llevaba su pijama, solo que más decente y completo. Se arrodilló a su lado y peinó su flequillo.

—Puedes dormir aquí si quieres —le ofreció bajando la mano de su cabello a su mejilla, Michael ladeó su cabeza al contacto—. Pero no me despiertes hasta una hora decente si no es una urgencia, por favor.

—¿Y si vuelvo a soñar feo? —preguntó con ojos de cachorro. Luke rio.

—Prendes la luz.

Michael gruñó antes de agarrarlo de la mano haciéndolo perder el equilibrio, pero aprovechó el descuido para robarle un beso fugaz, en el que Luke protestó.

—Dormiré aquí, pero te voy a despertar si vuelvo a soñar algo.

—Está bien —respondió con una sonrisa mientras acomodaba las sábanas—. No me quites todas las sábanas o te voy a patear.

—Hay una forma en la que tu no te quedas sin sábanas y yo no recibo patadas.

—¿Cuál?

Los brazos de Michael lo atraparon en un abrazo apretado y lo hizo rodar sobre su cuerpo con un movimiento rápido que implicaba mucha fuerza, pero lo dejó recostado de lado dándole la espalda, pronto sintió como sus brazos se envolvían en su cintura, su pecho se acomodaba sobre su espalda, su respiración cálida contra su cuello y sus piernas entrelazadas con naturalidad. Se sonrojó al sentirlo tan cerca.

Salt Air | mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora