Capítulo 10

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El calor subía por su cuerpo con cada paso que daba abriendo el camino para ir donde sea que Michael lo estuviera llevando, estaba siendo arrastrado a través de la multitud caliente de cuerpos bailando apretujados y no podía sentirse más ligero de la mano de Michael. Las luces ni siquiera lo cegaban cuando cambiaban de color al ritmo rápido de la música, se sentía bien.

Hasta que cerró los ojos cuando su espalda chocó con una superficie sólida y el mareo por la repentina oscuridad lo invadió, sintió los labios de Michael sobre los suyos e inmediatamente abrió la boca dándole el acceso necesario para hacer lo que quisiera. Sus piernas se sintieron débiles cuando dos manos se adentraron en su camiseta, haciendo contacto inmediato con su piel. No sabía en que lugar se encontraban, tampoco quería abrir los ojos, así que continuó moviendo los labios y apretándose contra Michael.

—Luke —lo llamó. Seguía sin abrir los ojos cuando sintió sus labios bajar por su cuello—. Oye, necesito que me escuches.

Sintió las palabras presionadas en su piel. Suspiró antes de abrir los ojos y encontrarse con la luz amarillenta del baño.

—Te escucho —dijo pasando sus brazos por los hombros del ojiverde, quien bajó las manos por su espalda baja.

—¿De verdad quieres hacer esto aquí? Es un baño.

—Si llegamos despiertos al hotel podemos continuar allá —susurró en su oído, besando suavemente la piel detrás de su oreja cuando terminó de hablar.

—Vámonos. Aquí apesta, además, la cama es más cómoda que la pared.

Le costó separarse, y cuando lo hizo se arrepintió porque el lugar donde se encontraban lo golpeó sin aviso. Su estómago se revolvió y corrió al cubículo mas cercano. Maldito alcohol. Y que estúpido fue al beber como si lo hubiese hecho antes. Sintió lágrimas correr por sus mejillas mientras vaciaba su estómago completo en el retrete, porque había arruinado la noche. Seguramente apestaba y Michael se sentiría avergonzado de él por ser un idiota.

Pero no se dio cuenta de las caricias en su espalda hasta que las arcadas finalizaron y solo quedaron las lágrimas haciéndolo ver más patético de lo que ya se veía.

—¿Quieres agua? Puedo ir a buscarte agua, ¿te sientes bien?, ¿te duele algo? Estoy llamando para que nos vengan a buscar, ¿quieres que te pase mi camisa?

Escuchó todas sus preguntas fuertes y claras sintiendo sus manos suaves, su voz tranquila, pero con esa pizca de preocupación que le gustaba, pero lo hacía sentirse mal por preocuparlo.

—Perdón —dijo cuando pudo recuperar la voz, se volteó, pero sin levantar la cabeza—. Lo siento.

—Oh, no digas nada. Ven.

Sin aviso, Michael lo agarró de la cintura y lo llevó a su regazo, acunándolo entre sus brazos, lloró un poco mas en su pecho porque aún se sentía tonto y una vez que comenzaba a llorar por algo no podía parar.

Y debía oler fatal, pero Michael lo estaba abrazando.

• ✾ •

Recordaba todo tal y como pasó, lamentablemente, mientras Michael seguía durmiendo a su lado, viéndose como un ángel con su hermoso cabello desordenado, sus pestañas rozando sus mejillas y sus labios entreabiertos.

Le dolía la cabeza, parecía que miles de tambores retumbaron en ella, pero aún no quería enfrentar su vergüenza hablando de lo que pasó con Michael así que se aguantaría un poco más para despertarlo. Habían llegado al hotel en un estado lamentable, Luke casi arrastrándose en el suelo, pero Michael lo sostuvo hasta que llegaron a su habitación, donde se metió a la ducha para quitarse la peste que llevaba, también se lavó los dientes. Lo peor fue que Michael se tuvo que quedar a acompañarlo en el baño porque Luke no dejaba de llorar. Y también le tuvo que prestar ropa para dormir.

Salt Air | mukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora