Capítulo XXIV

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Tal como habían acordado dejaron transcurrir el tiempo antes de poner en marcha su plan, durante los siguientes dos meses el Sr. Waverly dedicó todos sus esfuerzos a evitar una crisis con la URSS por la deserción de Illya. Tuvieron muchas conversaciones sin llegar a un acuerdo concreto.

Napoleón tuvo una misión interna en Estados Unidos, la cumplió a cabalidad, salvo por un amorío que lo metió en problemas pero logró salir ileso. Cuando volvió a New York visitó a Illya, quien ya ocupaba su propia residencia pero que en general prefería pasar el tiempo deambulando por las calles o leyendo una y otra vez el mismo libro.

En tiempos pasados no se hubieran preocupado el uno por el otro pero la muerte de Gaby los había unido de cierta forma, aunque evitaban el tema. Durante sus visitas Napoleón solía cocinar una suerte de Borshch para Illya, quien apreciaba el gesto pero le disgustaba el sabor de la sopa.

Eventualmente, el Sr. Waverly hizo la señal convenida para iniciar el plan. Illya y Napoleón fueron los primeros en hacer su parte, enviaron un telegrama codificado a Mijaíl, aquél espía que había sustituido a Illya como mejor espía del KGB durante la primera ausencia de Illya.

"No guardo buenos recuerdos de mi estancia en Rusia e Illya tampoco. Pero U.N.C.L.E va a negociar su regreso. Espero evites que vuelva sino volverás a ser un secundon. Napoleón Solo."

El mensaje estaba encriptado en una hoja de papel, simple en apariencia, apelaba al ego de Mijaíl y al sarcasmo de Napoleón. Sin embargo, todos sabían que notificaría al KGB, y estos lo utilizarían como doble espía. De nuevo debían esperar, lejos quedó la emocionante huida de Berlín o la persecución de los Vincigera.

A su vez, la parte de Waverly consistió en fingir una negociación para entregar a Illya. Llamó a Moscú y pidió ser comunicado con Oleg, después de una larga espera, el ruso contestó. Tras el intercambio diplomático de saludos pasaron a lo importante.

——Prefiero negociar esta clase de cosas con las personas con el poder para hacerlo —dijo el Sr. Waverly a modo de excusa por sus negativas anteriores.

—Entiendo, no sirve negociar con mensajeros —respondió Oleg.

La conversación fluyó con cordialidad fingida, como suelen hacer los diplomáticos. Transcurrió más de una hora hasta que alcanzaron el acuerdo, a Waverly ya le dolía el oído que tenía en el altavoz del teléfono. Entregarían a Illya al KGB, ellos podían disponer como quisieran de él, a cambio de un espía francés arrestado hace un año por la URSS, este espía se uniría a U.N.C.L.E. El intercambio se llevaría acabo en Viena, en dos semanas para dar tiempo a las dos agencias de prepararse.

Illya seguía sin encontrarse del todo bien, por lo que Napoleón y Waverly temían que pusiera en peligro la operación, sólo hablaba con ellos dos. Era como si hubiese agotado su cordura en salir vivo del bloque del este. Durante semanas estuvieron hablando con él pero lo único que lo motivaba era la venganza.

Hasta que Napoleón le mostró varias fotos de Gabriella, entonces lloró, ocultó su rostro empapado en lágrimas como pudo.

—La maté yo —Confesó tras varios meses tratando de olvidar en vano.— Iban a continuar torturándola para luego matarla. La amaba demasiado como para dejarla sufrir pero ella nunca lo supo.

Napoleón apretó su hombro en un intento de consolarlo. Entonces Illya le contó como habían ocurrido las cosas, nunca se había sincerado tanto con alguien y nunca pensó que lo haría con Napoleón. Dejó que su cuerpo cayera frente a la pequeña mesa frente a él, tomó una botella de vodka y brindó por Gaby, su pequeña chatarrera, la que no estaba y no estaría pero que no sufriría.

—Mataremos a los bastardos —dijo Napoleón con una determinación que Illya no recordaba en él.- Aunque no pudo garantizar una venganza, puede que tengamos que hacerlo rápido.

—No importa, es una escoria menos. Que necesitáis?

Pasaron los siguientes días planeando con detalle lo que debía ocurrir en Viena. Contarían con ayuda extra, ellos estaban al tanto que debían hacer. Illya y Waverly fingirían unos minutos ante el KGB, de eso dependía toda la misión. Sin embargo, debían mantener bajo perfil mientras se acercaba la fecha.

Misión URSS (The man from U.N.C.L.E fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora