Epílogo

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Una tintorería aparentemente normal, New York, Estados Unidos

Napoleón, Illya y Waverly saludaron al trabajador de la tintorería como hacían cada vez que se reunían. Entraron a una pequeña sala, Napoleón tocó un gancho usado para colgar ropa y para dar acceso a un edificio secreto. A primera vista no había nada, tras cruzar la primera habitación, había una mujer, que les dio la bienvenida y entregó a cada uno su identificación. Napoleón guiñó el ojo cuando recibió la identificación e Illya sacudió la cabeza.

Las cosas habían cambiado desde la última vez que estuvieron ahí, ahora tenían más mobiliario y personal. Llegaron hasta la oficina de Waverly que tenía una larga mesa redonda pero se sentaron cerca. Se trataba de una reunión meramente informativa, en las últimas semanas Waverly había estado trabajando para mantener cierta paz con el KGB, en especial con el sustituto de Oleg.

La situación se había calmado con una pequeña mentira de parte del sr. Waverly, que utilizó la propia trampa de Oleg haciéndoles creer que Svoboda si se trataba de una amenaza seria y que el mismo KGB fue parte de ella pero que U.N.C.L.E se había encargado de neutralizarla. Las mejores mentiras siempre tienen algo de verdad.

Illya se quedaría en U.N.C.L.E, aquello ni siquiera formó parte de las conversaciones pero no podrían volver a la URSS de manera oficial por algunos años, aunque ninguno quería volver. El modo de trabajo de la ciencia sería en parejas, aunque podían incluir a más personas dependiendo de la misión. Illya y Napoleón permanecerían juntos, aprovechando que se llevaban mejor ahora.

Noah, el espía que había rescatado en Vienna y Natalia también trabajarían juntos. La siguiente misión de Illya y Napoleón sería en Estados Unidos, parecía sencilla. Sólo debían recopilar información sobre antiguos científicos nazis que estaban trabajando para la NASA.

Terminada la reunión de manera estrictamente laboral, Waverly sirvió un vaso de whisky a cada uno, levantó el suyo y brindó por Gabriella Teller, la primera agente de U.N.C.L.E y la primera en caer en acción.

Mostró ante ambos una caja de manera con tapa de vidrio, que contenía algunas pertenencias de Gaby en su interior. Illya lo tomó con ternura y lo abrazó hasta darse cuenta que había perdido la compostura, entonces lo dejó en su lugar.

-Esta bien -dijo Waverly, sintiendo compasión por él.- Dejaré esto en una sala especial para los agentes que perdamos, será una forma de recordarlos.

Aunque le dio a Illya las gafas de sol que había usado en Italia, durante su primera misión. Una forma de recordarla, ya que no había conservado nada de ella. De cierta forma ayudó a hacerlo sentir mejor pero no volvería a ser el mismo.

Napoleón dijo unas palabras en recuerdo de Gaby, como las que suelen decirse en un funeral. Illya agradeció a ambos y lamentó no poder visitar la tumba de Gaby.

-Importa que la recuerdes, no si vistas su tumba -dijo Napoleón. Para Illya fue inesperada la sabiduría de su compañero. Quizá lo había subestimado en más de una ocasión.

-Solo diré esto una vez -respondió Illya- Tienes razón.

Él sabía que siempre iba a recordarla, cumpliría su promesa de vivir pero por ahora sentía que su lugar estaba en U.N.C.L.E cerca de las personas que a su extraña manera lo habían querido. Brindaron nuevamente por Gaby y tomaron el Whisky de un sorbo.

Añorar el pasado es correr tras el viento.

Ese había sido el proverbio que Illya usó toda su vida para mantenerse cuerdo, desde el arresto de su padre hasta los maltratos del KGB pero por primera vez consideró que añorar y recordar eran cosas diferentes. Podía recordar a Gaby o su infancia sin sentirse invadido por la furia de haberlo perdido todo. Eran recuerdos felices los que pasaron por su mente y luchaba por alejar sus memorias más oscuras, quizá lo hiciera el resto de su vida pero había comenzado un nuevo capítulo en su vida.

Misión URSS (The man from U.N.C.L.E fic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora