No sé de qué manera pero me encuentro arreglándome para salir a no sé dónde con Nora en busca de un supuesto Amo. Mi cara de asombro cuando me dijo que esta noche iba a conocer a uno debió ser bastante llamativa porque mi amiga se tiró al suelo partida de la risa. Por suerte los chicos no estaban en casa así que la vergüenza por hablar de ese tema fue menor. Nora siempre ha sido muy desinhibida pero nunca imaginé que conociese esos sitios. Tampoco me queda claro si ella ha practicado este tipo de encuentros aunque sospecho que sabe más de lo que dice.
Estoy terminando de alisarme el pelo en el cuarto de baño cuando veo llegar a mi amiga con un atuendo bastante despampanante y provocador. No es que el vestido ajustado azul marino que muestra sus largas piernas y el pecho sea algo fuera de lo común, pero con su larga melena morena suelta y el maquillaje adecuado, está lista para matar. Si ahora mismo cogiese su arma reglamentaria sería una femme fatale en toda regla.
—¿Dónde crees que vamos Soph? —Me mira de arriba abajo examinándome como si estuviese haciéndome una radiografía y yo hago lo mismo pensando que llevo alguna mancha o algo roto —. Cariño, vamos a un club de BDSM y no queremos llamar la atención.
—¿No? —Paseo mi mirada por todo su cuerpo haciéndole ver que recatada no es que vaya precisamente.
—Así es como tenemos que ir para no llamar la atención Soph, no con una camisa de niña buena y un vaquero. Ahora mismo eres un caramelito. Espera aquí —sale del baño y yo miro mi reflejo en el espejo sin entenderla, ¿niña buena? A los dos minutos aparece con su vestido negro ajustado por debajo de la rodilla. Niego con la cabeza pues no compartimos la misma talla y como me ponga eso no voy a poder respirar —. Ya lo creo que sí, ven aquí.
Media hora después Nora me ha maquillado y me ha ayudado a embutirme en su vestido. Me he dejado el pelo suelto como ella y me ha obligado a ponerme zapatos de tacón que apenas utilizo, por lo que tengo bastantes probabilidades de caerme esta noche dando otro tipo de espectáculo del que vamos a ver.
Llegamos a una zona de la ciudad que no conozco pero mi amiga parece que controla mucho y sabe por dónde va. En la puerta hay un hombre corpulento y alto que saluda a Nora besándole la mano mientras ella se hace la coqueta. «Antro» son las letras en blanco que coronan la entrada, «pues empezamos bien», pienso al instante. Nora me agarra de la mano y entramos al interior del local. Aquello no tenía nada que ver con lo que me esperaba, aparentemente es un pub con una larga barra donde varias personas están charlando animadamente mientras consumen sus bebidas. En el otro extremo hay tres puertas y varias mesitas con pequeñas lámparas llenando el resto de la sala. Mi amiga me lleva hasta un par de taburetes libres en la barra y me dice que me siente.
—No es lo que te esperabas, ¿cierto? —Pregunta Nora mientras bebe de la pajita de su bebida y me mira traviesa. Cojo mi copa y bebo casi todo el contenido presa de los nervios por encontrarme en un sitio como ese —. Tranquila, no pasa nada. Bien, tu jefa quiere una entrevista de un Amo así que estamos en el lugar idóneo. Este es uno de los clubs de BDSM de la ciudad, de los mejores...
—¿Y tú cómo sabes eso? —la interrumpo —. No, mejor no me lo digas. ¿Y cómo se supone que voy a encontrar uno?
—Paciencia, Soph. Antes te voy a explicar un poco dónde estás. El «Antro» es uno de los clubs de BDSM más importantes de Seattle. En este lugar se practica la dominación y la sumisión sexual, tras esas puertas.
Giro la cabeza y fijo la vista en las puertas que he visto antes mientras trago saliva al pensar lo que debe estar ocurriendo allí.
—Amos y sumisas, ¿te suena de algo? —Nora me pregunta cogiéndome de la barbilla para que la mire. Yo asiento con la cabeza pues aunque no esté versada en el tema sí sé lo que son —. Vamos bien, tu jefa quiere una entrevista de un Amo dominante y aquí, créeme, hay muchos aunque yo solo conozco a unos diez.
—¡¿Diez?! —Grito sin darme cuenta provocando que la pareja de al lado se gire bruscamente y nos mire sonriendo.
—Haz el favor de no gritar y no llamar la atención. Al igual que hay gente muy decente y normal, también hay otra con la que no te gustaría cruzarte. Céntrate, voy a buscar a un par de ellos que quizá puedan ayudarnos para tu entrevista. No te muevas de aquí, ¿me has entendido? —no me da tiempo a decirle que no me deje sola cuando ya ha desaparecido por una de esas puertas.
Me aferro a la copa como si me fuera la vida en ello bastante inquieta y algo asustada pues siento varios ojos puestos en mí. Nora me dijo que no debía parecer una niña buena así que intento parecer relajada y natural. Cojo una pajita y la meto en la bebida, doy unas vueltas con ella y me la llevo a la boca de manera sensual. El efecto que consigo es que un hombre se acerque a mí a los diez segundos. El corazón me late a cien por hora, « ¡Nora dónde estás!». Sigo mirando mi copa medio vacía sin levantar la vista a pesar de tener una presencia a mi espalda.
—Esa copa parece acabada, ¿me dejas invitarte a otra? —Una voz masculina me susurra al oído mientras yo tiemblo y no de emoción precisamente.
—No, gracias —respondo sin girarme pero el hombre no se contenta con mi respuesta y se sienta en el taburete que Nora ha dejado libre. Lo miro de reojo y veo que es un tipo atractivo y fuerte, lleva un traje y apoya una mano en la barra acercándose peligrosamente a mi mano.
—¿Eres nueva verdad? No recuerdo haberte visto antes por aquí.
—Sí... Bueno, no... —Estoy haciendo justo lo que Nora me ha dicho que debo evitar. Apuro la copa pero me doy cuenta que ya no queda nada.
—Uy, de las tímidas... Me encanta. Si quieres yo puedo enseñarte esto. ¿Qué me dices? ¿Te apetece que vayamos tras esas puertas y te enseñe de qué va esto? Tienes pinta de que te guste que te azoten fuertemente mientras te follan —¡¿Qué?! Me giro instantáneamente y sin ser plenamente consciente mi mano viaja hasta su mejilla donde se estampa en un sonoro tortazo.
Llena de miedo y furia me levanto, cojo el bolso y salgo en busca de mi amiga aunque no tengo ni idea dónde se ha metido. Al momento noto que algo o alguien tira de mí y cuando me giro me encuentro con el hombre de la barra con la cara roja como un tomate debido al guantazo que le he metido. Le debe de haber sabido a poco si vuelve a por más.
—Creo que no lo has entendido muñequita, aquí quien da los golpes soy yo. Quizá necesites un empujón antes de decidirte —me da la vuelta apoyando su pecho en mi espalda haciendo que sienta la excitación de su entrepierna palpitante en mi trasero. Con un brazo me sostiene con fuerza por la cintura y con la otra me agarra por la barbilla con tanto ímpetu que me está lastimando, pero por mucho que forcejee es inútil, es muchísimo más fuerte que yo.
De pronto me siento liberada del peso del tipo que me tenía atrapada hasta hace un momento, me doy la vuelta para ver qué demonios ha pasado y me encuentro a Nora zarandeando al corpulento tipejo.
—¡Déjala en paz! —mi amiga no deja de darle patadas a la vez que esquiva los golpes que intenta darle el hombre pero se nota que Nora es policía y sabe defenderse mejor que nadie. En unos segundos lo tiene reducido en el suelo, se agacha para decirle algo y lo deja allí como si fuera una colilla. Camina hacia mí y me agarra del brazo sacándome de allí como si nada hubiese sucedido —. Joder Soph, no se te puede dejar sola ni cinco minutos. Esto ha sido una mala idea, nos vamos a casa.
De vuelta a casa mis esperanzas de convertirme en subdirectora general se esfuman mientras mi amiga sigue sermoneándome por el incidente con el tipo del club. Por más que le explico que no he tenido culpa de nada no consigo que me entienda. Cuando me meto en la cama me despido del trabajo de mis sueños por ser una cobarde y no saber enfrentarme al tipo en cuestión. Tanto me afecta que por la noche nada me libra de malos sueños que me despiertan sobresaltada y empapada en sudor, pero no por lo vivido con el hombre desagradable del club si no por haber perdido una gran oportunidad de ascenso.
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Simplemente perfecta
Lãng mạnSophie es una chica dulce e ingenua que un día tiene que hacer una entrevista a un Amo. Lo que ella no esperaba era que ese hombre tan peligroso para ella se convertiría en el hombre al que más querría jamás. Sin embargo no todo puede ser fácil y lo...