Estoy congelada en la puerta del baño de mujeres mirando con cara de idiota al amigo de Nathan que me mira entre asombrado y perplejo. ¡Y quién no! Con la facha que tengo es lo más normal.
—Hola, Sophie —dice con esa voz de locutor de radio, sensual, adictiva, grave...
« ¿Pero qué demonios estoy pensando?». Su saludo me saca de mis pensamientos pero los pies no me responden, así como la boca pues no soy capaz de contestarle. Es como cuando miras el sol directamente sin gafas, te quedas cegada por unos instantes y eso es lo que me pasa con este hombre.
— Veo que eres propensa a los desastres —sigue diciendo mirándome de arriba abajo provocando que el estómago se me descontrole y dé varias vueltas.
— ¿Qué haces aquí? —La voz consigue salirme aunque parece de ultratumba.
—Tengo asuntos que atender —y no me dice nada más.
¿Por qué no deja de latirme el corazón tan fuerte? No quiero que lo escuche pero me temo que poco puedo hacer al ver que se me acerca. Puedo oler su colonia mientras lo único en lo que pienso es en aferrarme a él y probar esos carnosos labios que dibujan una mueca. Allen agarra mi falda de un extremo y tira fuertemente bajándola de golpe provocando que un gritito salga de mi garganta. Se sonríe y se echa hacia atrás. No quiero que se aleje, quiero que se quede cerca para poder al menos aspirar su olor. « ¡Dios me estoy volviendo loca!».
—Mejor así, ¿no crees?
Y tras decir sus últimas palabras se va dejándome confusa y excitada. ¿Qué me está pasando?
Joder, la última persona que pensaba encontrarme aquí es al bombón de Nathan. ¿Pero por qué cada vez que la veo va hecha un desastre? Más bien tendría que preguntarme qué coño me pasa con ella. Dios, ni siquiera el sexo con Erica me ha hecho olvidarme de esta mujer, de su rostro, su sonrisa... No debería haberme acercado y haberle bajado la falda pero ha sido un acto reflejo, y ese grito que ha dado cuando he tirado de la prenda... ¡Joder he sentido unas ganas tremendas de meterla en el baño y follármela! Pero eso jamás sucederá, Nathan está embobado con ella, es mi amigo y yo debo alejarme y cuanto antes, mejor.
***
Pasado el incidente con Allen consigo adecentarme y empezar a trabajar. Necesito centrarme en el artículo que vamos a sacar en pocos días pero mi mente solo recuerda lo sucedido en la puerta del baño una y otra vez. Nunca antes me he sentido tan atraída hacia alguien, ni siquiera con Jeremy que fue mi primer amor en todo. ¿Por qué este hombre me provoca esa marea de sensaciones? Tengo que olvidarme de alguien como él pues una chica como yo no debe mezclarse con gente como él, ni con Nathan aunque me hayan ayudado es un terreno que no voy a pisar.
Por la tarde vuelvo a casa satisfecha con gran parte del trabajo hecho pero mi mente se empeña en seguir pensando en Allen. De camino a casa empieza a llover y yo sin paraguas. Decido meterme en una cafetería y esperar a que amaine un poco o llegaré empapada a casa. El local al que he entrado es un café donde sirven tés y cafés de todo tipo además de suculenta repostería, a juzgar por las mesas de los clientes. Me siento en una mesa cerca de un radiador para calentarme un poco cuando una voz conocida hace que levante la mirada.
—No se puede tener más suerte —Nathan me mira con una sonrisa franca en su bello rostro y el corazón se me dispara. « ¿Pero él también?». Yo le devuelvo la sonrisa y me levanto, enseguida me da dos besos sin apenas darme tiempo de reacción y me indica que me siente como él —. No sabes qué alegría me da encontrarnos aquí aunque me temo que será breve. Tengo una reunión en quince minutos y debo marcharme.
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Simplemente perfecta
RomanceSophie es una chica dulce e ingenua que un día tiene que hacer una entrevista a un Amo. Lo que ella no esperaba era que ese hombre tan peligroso para ella se convertiría en el hombre al que más querría jamás. Sin embargo no todo puede ser fácil y lo...