Jeon Jungkook (Mi Lindo Garbancito)

18

JUNGKOOK

Sonó mi teléfono y no quería contestar pero era tan insistente, que lo escuchaba sonar una y otra vez.

Lo agarré sin ganas y contesté.

—¿Qué mierda quieres?

—Que genio te gastas, solo te llamo porque no te veo por aquí.

—Hoy no tengo ganas de ir así que déjame dormir Jin.

-—Ok, pero ese genio te lo metes por el culo.

Colgué sin más, no le contesté porque no estaba de humor y le hubiera dicho una barbaridad como que se metiera él la polla.

Estaba metido en un buen lío, yo no quería ser padre pero dejar a Hari sola tampoco era justo.

Ella estaba sufriendo por mí, y encima no podía ni defenderla de los demás porque sabrían que yo era el causante de su embarazo.

Sabía que era un cobarde, nadie tenía que decírmelo, también estaba Jimin que me mataría si llegase a enterarse.

Mi vida se estaba volviendo un infierno, tapé mi cabeza con las sabanas, solo quería desaparecer o despertar en otro día y que todo no hubiera sucedido.

Pasé toda la mañana y parte de la tarde en la cama, no quería afrontar las palabras de Hari.

Mi hijo nacería y no sabría jamás que yo era su padre, no te necesito, me dijo, yo puedo sola con todo.

¿Pero cómo iba a poder ella sola? Si cuando la tenía en mis brazos temblaba y se acurrucaba a mí como un animalito. Aunque si tenía que reconocer que era muy persistente e inteligente, y fea decía que le había dicho Leyla, ya le gustaría a Leyla parecerse a Hari.

Dormí otro rato pero unos golpes en mi puerta me despertaron, miré la hora y eran las cuatro de la tarde. Me levanté sin ganas y miré a ver quién llamaba así de fuerte.

Rodé mis ojos al ver a Jin al otro lado.

—Por fin te decides a abrirme —entró cómo una bala, yo cerré la puerta y fui hacia la cocina para beber un vaso de agua.

—Joder...que mal aspecto tienes —dijo con sorna.

—¿Que quieres? —le respondí sin hacerle caso alguno.

—Vengo a contarte algo sobre Hari.

Me puse tenso y fui hacia donde se encontraba.

—¿Le ha pasado algo?

—No, pero hoy le harán la primera ecografía al bebé y ella va a ir sola porque Ji-Eun no está hoy en la ciudad —me miraba atento para ver mi reacción—. ¿Sabes que a todas esas cosas las mujeres van con sus parejas?

—Yo no soy su pareja Jin —dije molesto.

—Lo sé, pero de todos modos irá sola y Ji-Eun me ha dicho que ha llorado mucho, está mal Jungkook, se pasa las noches llorando.

Las palabras de Jin me dolían mucho pero yo no podía hacer nada, o tal vez si podía pero no quería.

—No sé qué hacer, tengo un lío tremendo en mi cabeza —me senté en el sillón y froté mi rostro con las dos manos.

—Sé que lo estás pasando mal pero ella también ¿Sabes?

—Claro que lo sé y peor que yo, no soy tan insensible para no darme cuenta de eso.

—Entonces ayudala Jungkook, no tienes que casarte con ella solo es acompañarla a un mísera ecografía.

—A qué hora tiene que estar en esa mierda y dónde —Jin vino y de un salto se sentó a mi lado.

—A las 6 y en el hospital maternal del Norte —lo miré y solté todo el aire de mis pulmones.

—No quiero que se haga falsas esperanzas sobre ella y yo, eso es lo que no quiero. Me da miedo que crea que podemos acabar juntos porque tenemos una cosa en común. Le haría más daño después cuando se diera cuenta que yo no la puedo amar.

—¿Ella se te ha insinuado alguna vez?

—No nunca ¿Porqué preguntas eso?

—Porque lo dices cómo si ella se fuese a enamorar de tí y tú tuvieras bastante claro que nunca te enamorarías de ella —lo miré de frente por sus tontas palabras.

—A mí no me gusta Hari como mujer aunque no sea fea cómo ella cree, yo la veo bastante guapa pero no es mi tipo, y contra eso no puedo hacer nada, estoy seguro que nunca sentiría nada por ella de esa forma que tú dices —le respondí seguro de mis palabras.

—Vale, pero al menos hazte responsable de tu parte, no hacerlo hablaría mal de tí Jungkook.

Lo sabía, eso sí era verdad.

—Voy a ducharme e iré donde está ella, espero que no me saque a patadas porque tiene un genio de cojones.

—De acuerdo yo me voy, pero no le digas que yo te lo dije sino Ji-Eun me mata, te lo he contado porque veo que sufre y me da pena —se acercó a mí— además no me gustaría que hablaran mal de tí por desatender tus responsabilidades.

Asentí con la cabeza y se fue.

Fui a ducharme y en una hora estaba ya conduciendo mi moto para ir al hospital donde sería su primera ecografía. Tenia un pesar en el pecho cómo el que había tenido desde que supe de su embarazo.

Llegué en menos de media hora y me adentré en el hospital. Tener veintidós años y llegar a una sala llena de mujeres embarazadas no fue fácil. Era el centro de atención.

No la veía por ningún lado, vi a una enfermera en un extremo sentada en una mesa y fui a preguntar.

—Buenas, busco a una chica llamada Park Hari que venía hoy a hacerse una ecografía.

La enfermera miró su ordenador.

—¿Es usted su pareja? —la escuché y me descolocó.

—¿Eh?...pues...sí soy su pareja —mierda, lo que no quería decir.

—Si, está ya dentro con el doctor, venga conmigo —la seguí con mis piernas hechas gelatina.

Abrió la puerta y me dijo que pasara.

Entré dentro con el corazón latiendo a más no poder, la vi en una camilla tendida con su vientre al descubierto. Se le notaba que lo tenía algo abultado, con las ropas no se lo había notado, claro que ella siempre vestía con ropa holgada.

—¿Jungkook que haces aquí? —ni yo mismo lo sabía, se extrañó bastante de verme.

—No te preocupes, luego te cuento, tú tranquila —le dije para que no se pusiese nerviosa.

—Buenas doctor —lo saludé.

—Buenas, ¿Es usted el padre?

—S-si yo soy el padre —tragué fuerte.

—Pues ha venido a tiempo, ahora veréis a vuestro futuro bebé.

Respiré algo agitado por lo que se me venía encima...