Jeon Jungkook (Mi Lindo Garbancito)

25

HARI

Unos meses después.

—¿Quieres hacer el favor de parar?

Cogió mi mano y me paró con fuerza para mirarme de frente. No le importaba lo más mínimo que nos vieran juntos peleando en mitad del pasillo de la universidad.

—¡No voy a hablar contigo...lo siento pero no quiero saber nada más de tí!

—Hari algún día tendremos que hablar de lo que pasó ¿No crees?

Me tapé los oídos con mis dos manos pero Jungkook las cogió y me las retiró.

Su expresión era dura, sus ojos denotaban tristeza y tenía un color oscuro debajo de ellos que hacían verlo cansado.

—Han pasado tres meses de todo y aún no te has atrevido a hablar conmigo, espero día a día que lo hagas y como no lo has hecho ya llegó la hora de enfrentarlo.

—¿Pues será que no quiero hacerlo? —le miré con una sonrisa en mi rostro tan falsa como su amor por mí.

—Merezco saber porqué no quieres que tengamos esa conversación, yo también lo pasé mal ¿Sabes? —bajó su mirada al suelo— no me merezco tu indiferencia cariño —dijo con voz quebrada.

—No puedo creer que Jeon Jungkook vaya a llorar por una patética chica de muslos gordos —levantó su cabeza y me miró enfadado. Apretó sus dientes y soltó mis manos que aún las tenía agarradas.

—¿Te gusta hacerte daño? ¿Quieres dar lastima a los demás? Pues déjame decirte que eres cruel y si vas a hacerme pagar por lo que le pasó a nuestro garb...

Le crucé la cara, con mi respiración entrecortada y mi odio latente le señalé mi mano en su mejilla.

—Nunca más —respiré agitada y lo miré furiosa— nunca más vuelvas a nombrarlo.

Cogió mi mano con fuerza y golpeaba su pecho con ella.

—¿Quieres pegarme? Hazlo con más fuerza si con eso te sientes mejor.

Eché atrás mi mano y me solté de su agarre. Lo miré duramente intentando buscar en mi mente algo que me alejara completamente de él.

—Todo acabó entre nosotros, lo único que nos unía ya no está —tragué fuerte por la sensación de vacío que sentía mi vientre al decirlo— así que quedas libre de todas las ataduras.

Tragué mis lagrimas, no podía verme llorar, seguí con mi cruel palabrería.

—Tú y tu maldito afán de creer que la vida es para vivirla a tope sin importar el daño que puedes causar, tú y tu maldito egocentrismo. Te odio Jeon Jungkook.

Le di la espalda y me fui destruida completamente, mi cuerpo había experimentado en poco tiempo tantas cosas que no sabía si algún día podría superar la falta que me hacía mi...su nombre se volvió innombrable para mí, no podía desde ese día que lo perdí pronunciar su nombre.

Por eso paré de golpe con esa cachetada llena de rencor que saliera de su boca, no quería que sus labios nombraran al que no quiso defender.

Llegué al exterior y puse mi espalda en la pared trasera del edificio.

Un sollozo ahogado y entrecortado salió de mi boca. Al final las lágrimas que tanto luché antes que no salieran se apoderaron de mí.

Lloraba abiertamente al fin, no había llorado desde ese día que después de que intentaron parar la hemorragia no lo consiguieron. Tres meses solamente pude tenerlo dentro de mí, no pude protegerlo ni ayudarlo.

De pronto escuché una carrera desenfrenada de alguien que venía hacia mí, me separé de la pared y miré con los ojos abiertos para ver de quién se trataba.

Jungkook apareció y paró frente a mí, yo quise correr pero él extendió su mano para pararme.

—¡No me toques! —estaba llorando al igual que yo, retiró su mano sin haberme tocado siquiera.

—Perdoname, Hari...perdóname.

—¿Tan difícil te resulta saber que no quiero verte más? —le dije mirando como apretaba su pecho por el lado del corazón.

—Sí, me resulta muy dif...

No lo dejé decir nada más.

—¿Para tí difícil? ¿Sabes siquiera lo difícil que fue para mí? Saber que no te importaba lo más mínimo si dejaba de existir fue lo peor ¿Porqué me arropaste? ¿Porqué me hiciste creer que era importante para ti?

—Lo eres, lo más importante en este momento para mí, lo eres Hari, no quiero nada que no seas tú en mi vida.

—¡Deja de decir eso! Desde el principio nada fue normal, ese fue nuestro pecado Jungkook, lo hicimos sin amor —apoyé mi mano en la pared y él dió un paso al frente para cogerme.

—No te acerques, no te atrevas —le dije y retrocedió dolido.

—¿Te sientes bien haciéndome daño? Pues si eso es lo que quieres adelante y te voy a decir cómo me siento yo para que quedes satisfecha con tus desprecios.

Frotó sus sienes y pasó sus dedos con fuerza por su pelo. Respiró hondo y me miró con una inmensa tristeza que me hizo querer volver a sus brazos de nuevo.

—Te quiero Hari, te amo como jamás pensé hacerlo, te amo tanto que un maldito segundo sin tí es un infierno.

Unas lágrimas recorrieron su rostro e hicieron que mis mejillas se mojaran con las mías.

—Me gustaría retroceder en el tiempo y que aquella noche se convirtiera en la noche en que tú y yo nos hubiéramos amado.

Cada vez estaba más y más cerca. Yo sólo intentaba poder respirar porque me estaba quitando el aliento con su actitud.

—Sé que querías tener en tus brazos a nuestro bebé, lo sé, pero a veces la vida es dura Hari y ahora no solo nos queda recordarlo, sino también que nunca se nos olvide que él nos unió, no rompamos lo que consiguió con su pequeño corazoncito.

Llegó hasta a mí y me abrazó. Yo hundí mi rostro en su pecho y un grito de dolor salió disparado desde mi interior.

—Yo lo quería Jungkook, lo quería.

—Lo sé cariño, y yo también, pero no podías pretender morir, él decidió que la que tenías que vivir eras tú, dió su vida por tí, así te demostró lo que te amaba.

Agarré su cintura y me apreté a él.

—Necesito que me ayudes Jungkook, tengo un dolor inmenso en mi corazón.

Cogió mi barbilla y me miró con sus ojos rojos y con una sonrisa de dolor.

—Nos ayudaremos mutuamente Hari, yo a tí y tú a mí, porque yo también te necesito.

Acercó sus labios a los míos para besarlos, nuestro amor sería el bálsamo para nuestro dolor. Tendríamos siempre a nuestro garbancito en el corazón y así nunca moriría, nunca dejaríamos que su recuerdo de borrara.

Nunca te olvidaremos, mi lindo garbancito.

Fin

🌺

!Mierda! He quedado afectada con ésto, a veces creo que tengo que dejar de hacer éstas cosas porque luego me siento mal. Pero es que no lo puedo remediar.

Gracias a las personas que me habéis dado ese apoyo tan importante para mí. Sois tan necesarias para mí que hacéis que mi vida se vuelva maravillosa.

Os deseo de todo corazón que seáis felices y que siempre estéis bien de salud. Se os quiere un montón 💜

Os dejo el capítulo extra, para que tengamos mejor sabor de boca.