HARI
—¿No podemos estar con la luz apagada?
—Hari, no seas tonta y enciende la luz ¿No ves que me voy a caer?
Estaba en el dormitorio de Jungkook, habíamos decidido que hoy sería el día que haríamos el amor.
Yo estaba tan nerviosa, sería mi primera vez, aunque no fuera del todo cierto, era así, era virgen en esta experiencia.
—Así está mejor cariño, no has dejado ni que entre joder.
Tenía que estar prohibido éste chico, rompieron el molde cuando lo fabricaron.
Venía solo con un pantalón corto de chándal y su pecho estaba al descubierto, planté las sábanas en mi cara, estaría roja cómo un tomate... mamá que verguenza.
—¿Y ahora qué haces? ¿Hari me estás escuchando? —echó la sábana hacia atrás para mirarme y me destapó completamente.
—¡Dios! ¡Joder! ¿Qué te has puesto?
—Si no te gusta me lo quito.
—No te preocupes que yo te lo quitaré a bocados...eres preciosa nena.
Y sus ojos ardían al ver lo que llevaba mi cuerpo puesto, ni siquiera sé cómo me atreví a ponérmelo.
Se metió en la cama y se puso a mi lado, me acarició la mejilla y me miró intensamente.
—Me gustas, me encantas, me vuelves loco, para mí eres la chica más maravillosa del mundo.
Le sonreí abiertamente, éste era Jeon Jungkook. Un chico alegre que le gustaba vivir a tope la vida pero que me demostró que tenía un gran corazón aunque le costó sacarlo a flote, su palabrería era mi delirio.
—Y tú siempre sufriendo con tus muslos y yo son lo que más deseo tocar en éste mundo.
Hundió sus finos dedos en mi trasero y me pegó a él con fuerza.
—Eres mi deseo, eres mi regalo y hoy te voy a saborear entera porque estás deliciosa Hari.
Yo no hablaba ¿Porque qué le iba a decir? O tal vez sí, tenía que decirle lo que pensaba.
—Jungkook.
—¿Si?
JUNGKOOK
Estaba tan nerviosa que me producía una ternura infinita. Había tardado demasiado en entender que la deseaba tal y cómo era.
Yo la amaba, no sabía que se podía sentir un sentimiento tan puro por alguien.
Y después también desearla a la vez, porque me tenía encendido. Yo sólo quería verla desnuda y ella solo taparse de mí.
Hoy se había puesto un pequeño camisón de color negro con transferencias. Nunca pensé que me dejaría verla de ese modo.
—¿Sabes que eres muy guapo y estás...
Paró de hablar y sus mejillas se volvieron rojas.
Acerqué mis labios a los suyos sin besarla, solo se los rozaba con los míos.
—¿Cómo estoy? Dime.
Mordí mi labio inferior con deseo y ella se quedó mirando y se despistó por completo.
—Hari —le dije aún en sus labios con voz ronca.
—Si, así me llamo —dijo en un susurro y tragando su saliva. Me entraron ganas de reír.
—Voy a hacerte el amor y tengo que decirte que lo estoy deseando —ella paseaba mis labios con cada palabra.
Cogí su nuca y la atraje hacia mí para besarla con ganas. La necesitaba más que al aire para respirar.
Estaba encima de mí y me eché a un lado para dejarla a ella de espaldas al colchón, me subí encima y acaricié la tela delicada y fina de ese tormento que se había puesto de color negro.
—¿Querías verme excitado? Para eso no tenías que ponerte ésto, aunque te lo agradezco porque estás tremenda.
Metí las manos por debajo y me deleitaba con esas curvas que ella tanto odiaba y yo tanto las estaba disfrutando en este momento.
—Eres un puro deseo.
Ella me sonreía y eso me hacía feliz.
Cogí sus manos y las puse en mi pecho porque lo miraba pero no se atrevía a tocarme.
—¿Te gusta? —asentía nerviosa y con una mirada cargada de lujuria.
Se las moví por todo mi torso.
—Así, toca así, mi pecho es tuyo así que disfrútalo.
Solté sus manos y empezó a acariciarme por sí sola. Yo mordí mi labio por cómo me ponía ésta chica.
Alzó su cuerpo y acarició mi nuca, me senté en la cama y la senté a horcajadas encima de mí. La abracé por la espalda y ella se cogió a mi cuello.
—Bésame —le dije mirándola a los ojos.
Acarició mi nuca y el pelo de la parte de atrás y me produjo un escalofrío. Empezó a besarme con ganas, introduje mi lengua buscando la suya y la encontré ansiosa porque me respondía demasiado bien para mi deseo.
Empezamos el juego lanzados, costó en un principio pero todo se puso del tono que debía de ponerse, deseo y sentimientos juntos.
Por un momento me sentí preocupado, abrí con ella encima de mí el envoltorio del preservativo y se quedó mirándolo sin decir nada. Le besé levemente los labios por ver sus ojos rojos que hicieron ponerse los míos igual. Ninguno dijimos nada y nos fundimos en un beso caliente y sincero.
Entré en ella al fin, nuestros cuerpos ya se habían encontrado anteriormente pero era la primera vez que se estaban amando.
Y no sería la última porque nuestro amor sería para siempre, le haría el amor infinidad de veces sin cansarme jamás de tenerla a mi lado.
Te quiero Hari, eres la chica más maravillosa que nunca pude encontrar...
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Jeon Jungkook (Mi Lindo Garbancito)
FanficEn la vida hay que ser responsable de nuestros actos, pero a veces no lo entendemos hasta que es demasiado tarde y pierdes lo que más quieres. Ser joven y creer que tener relaciones sexuales es lo más placentero que hay en la vida no está nada mal...