HARI
—¿Vamos ésta tarde a pasear por el río?
—Ésta tarde no puedo, voy con Ji-Eun a un lugar.
—¿Pero qué te ocurre? Llevas unos días rara.
—Tae que no tengo ganas de nada ¿No lo entiendes?
—Chica qué genio, ok calladitos, no te digo nada más.
No sé lo que me ocurría, pero estaba tan de los nervios últimamente que todo el mundo me miraba extrañado. El pobre de Tae quería echarse en mí y yo no lo dejaba, estaba tan acostumbrado a hacerlo que aún diciéndole que se alejara a un lado, lo seguía haciendo.
—Necesito de tu contacto Hari —decía con su cabeza echada en mi brazo.
—Es que no me encuentro bien, perdoname Tae que no es por tí sino por mí —toqué su pelo revuelto y levantó la mirada, se veía triste, me miraba atento.
Tuve que ir a las clases sin ninguna gana, todo se hacía enorme y sin embargo no podía faltar a la universidad.
—Te ves pálida, no eres tú, además hasta parece que perdiste peso, tus bonitas nalgas ya no están tan voluptuosas —decía Tae poniéndose detrás de mí cuando andábamos por el pasillo, miraba mi trasero.
—Deja de hacer eso aquí donde te ve la gente, nadie entiende que seamos amigos desde pequeños y que me hables de ese modo —le hablé un poco molesta.
Él era mi amigo de infancia y me trataba cómo a un igual, nunca dimos importancia al sexo femenino ni al masculino, éramos dos amigos hablando de sus cosas nada más.
Fuimos directos a la cafetería donde nos esperaba Ji-Eun, pero en el trayecto me encontré a Jungkook besando a una chica rubia bastante guapa de las de mi lado. Él siempre sería lo que su nombre decía de él, un mujeriego en toda regla.
Pasé de largo rodando mis ojos y pensando que algún día alguna le daría de su propia medicina. Así había pensado siempre, que los más bravos al final acababan con el rabo entre las piernas, enamorado de alguien y no siendo correspondido. Pero también me dió un escalofrío pensar que por la tarde tal vez yo estaría en un aprieto por su culpa.
Llegamos dónde estaba Ji-Eun y nos sentamos los dos con ella.
—Te pedí leche de plátano que es muy nutritiva para lo que tú ya sabes, por si acaso —me explicó y Tae la miró pensativo.
Yo abrí los ojos como advertencia de que se callara pero él miró a una y luego a la otra.
—¿Aquí que es lo que está pasando?
—¿Pasar? ¿Que quieres que pase? —le dijo la otra cómo si Tae fuera tonto.
—O me contáis o me enfado con vosotras —ya no lo dejaría pasar.
—Tae es algo muy difícil de contar y encima hay algo muy gordo que puede pasar, ésta tarde vamos a hacer una cosa Ji-Eun y yo en el apartamento —me miró con el ceño fruncido.
—Quiero detalles así no me entero.
—Puede que Hari esté embarazada —dijo mi amiga bajito.
—¡¿Cómo?! —alzó la voz.
—Shshshhhh cállate —dije riñendole.
—No puedo creerlo, ¿Pero como a sido, con quién y cómo es que no me lo contaste?
Quedó en shock cuando le contamos toda la historia, me miraba atónito.
—Y...entonces...si al final...
Una lágrima se me escapó por primera vez desde que empezaron mis dudas. ¿Cómo podía yo alomejor estar embarazada? Y encima de Jeon Jungkook, eso era horrible, cambiaba de chica cono de pantalones y yo podría tener un bebé suyo dentro de mí, era todo una pesadilla.
Perdería la oportunidad de terminar mi carrera, perdería mi juventud y perdería mi vida cómo la estaba viviendo ahora mismo. Habría que cuidar de otra personita antes que pensar en mí.
Al final llegamos los tres al apartamento habiendo comprado antes una prueba de embarazo.
—Tienes que mear y luego echarlos aquí —decía Tae con el predictor en la mano.
—¡Trae y callate si no quieres que te echemos a la calle! —le riñó Ji-Eun quitando la prueba de sus manos.
Yo temblaba sentada en el sillón del salón.
—Venga Hari métete en el baño y sales rápidamente para que estemos todos juntos para ver si aparecen las dos putas rayitas —mi amiga respiró después de decirlo todo de corrido.
—Tengo miedo chicos —dije con lágrimas en mis ojos que amenazaban con derramarse sin control.
—Lo sabemos preciosa —Tae me abrazó y entonces las lágrimas no aguantaron más, emití un sollozo en el hombro de mi amigo.
—¿Tae que hago si lo estoy?
—Eso es tu decisión, pero lo que decidas siempre estaré para apoyarte, lo sabes —me abrazó más fuerte palmeando levemente mi espalda.
—Siempre estaremos a tu lado y lo sabes, te queremos mucho —Ji-Eun también me abrazaba, los tres estábamos cogidos.
Me metí después de un rato de achuchones en el baño. Abrí el paquete nerviosa y le verti el pipi en el interior.
Corrí hacia fuera asustada, no quería estar sola en este momento. Quería tener a mis amigos cerca.
Eso era otra cosa que estaba ya mal, porque en realidad tendrían que estar las dos personas que se amaban mirando ilusionadas que apareciese esa rayita extra que era la confirmación de su amor. Pero lo mío era para gritar desesperada, el papá estaría con alguna chica revolcándose en su cama. Me entró un escalofrío enorme nada más pensarlo.
Miramos atentos los tres, estábamos sentados y abrazados.
—No sale nada —decía Tae nervioso.
—Aún es pronto, pone que puede tardar hasta diez minutos —decía Ji-Eun tragando saliva.
—Estoy tan nerviosa que me sudan hasta las manos —dije y me eché en Tae que me abrazó.
Mi amiga tenía el test en su mano y por un momento empezó a ponerse de color ceniciento y nos miraba con los ojos desencajados.
—Dímelo, no lo escondas Ji-Eun —dije con mi rostro de color parecido al de ella.
—Estás embarazada pequeña...te queremos y estaremos a tu lado siempre decidas lo que decidas.
Tae me abrazó más fuerte, mi amiga nos abrazó a los dos y los tres lloramos juntos...
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Jeon Jungkook (Mi Lindo Garbancito)
Fiksi PenggemarEn la vida hay que ser responsable de nuestros actos, pero a veces no lo entendemos hasta que es demasiado tarde y pierdes lo que más quieres. Ser joven y creer que tener relaciones sexuales es lo más placentero que hay en la vida no está nada mal...