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Después de un largo día con Haruno por la ciudad, lo único que quería era descansar en la comodidad de su sofá viendo películas

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Después de un largo día con Haruno por la ciudad, lo único que quería era descansar en la comodidad de su sofá viendo películas. Y porque es un adulto responsable, aprovechó que ya estaban fuera para ir a la tienda más cercana a comprar lo que comenzaba a faltarle en el apartamento.

Todo iba bien. Estaba tomando las últimas cosas del estante mientras Haruno le nombrara las distintas marcas de chocolate para que le comprara uno.

De la nada, Haruno había dejado de hablar y él estaba distraído tratando de alcanzar un producto en el estante superior como para darse cuenta del porqué. Aún asi, fueron solo segundos.

- Listo Haruno, es hora de... irnos - murmura al no ver a su hijo junto a su carrito de compras.

Gira su cuerpo en busca del pequeño y trata de no enloquecer al no verlo. 

- ¿Haruno? - pregunta en voz alta esperando escuchar su respuesta.

No la obtiene.

- ¡Haruno! - grita mientras suelta lo que ha tomado y corre por los pasillos para buscarlo.

Los pasillos continuos se encuentran vacíos y ahora no sabe siquiera para dónde correr. Esta tan asustado que no puede pensar a dónde ha ido o si alguien ha pasado y se lo ha llevado.

- Disculpa - llama frenético a una mujer que pasa por a su lado -. ¿Has visto a mi hijo? Es de esta altura, cabello negro, rizado y... - se traba porque la mujer niega y el pánico se apodera de su cuerpo.

Debe encontrarlo. Debe seguir buscándolo.

- ¿Lo ha visto? - pregunta a la nada mientras sigue recorriendo los pasillos -. ¡Haruno! - vuelve a gritar.

- ¡Miya! - grita alguien a sus espaldas poco después.

Se da la vuelta de golpe y un par de lágrimas se deslizan por sus mejillas al ver a Haruno de la mano de Sakusa.

- Oh mierda - susurra dejándose caer de rodillas -. Ven aquí, solecito.

Extiende sus brazos y recibe a su pequeño entre ellos. El pobre ni siquiera entiende porque llora y solo lo abraza mientras juega con los mechones de su cabello.

- Te he dicho que no te alejes de mi cuando estamos fuera - le dice mientras llena su rostro de besos.

- Perdón papi. Vi a Yoomi y corrí atrás de él.

- Aún así - lo reprende.

Siente que ha exagerado porque seguramente no perdió a Haruno por más de cinco minutos, pero tantas cosas pueden pasar en ese corto lapso de tiempo y eso lo sabe muy bien. Lo bueno es que Haruno está bien.

- Comencé a buscarte en cuando Haruno llegó a mi - habla Sakusa mientras lo ayuda a ponerse de pie.

- Muchas gracias. Cada vez te debo más cosas.

El amor de mi vida - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora