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Me tardé porque tuve que reescribir el capítulo jeje :) Es que no me gustaba... ¡pero a leer!


Sakusa nunca fue especialmente bueno en relacionarse con las personas

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Sakusa nunca fue especialmente bueno en relacionarse con las personas. De pequeño solía ser muy tímido y, al crecer y desarrollar su misofobia, su actitud antipática y un tanto grosera lo mantuvo alejado de los demás. No es como que aquello le disgustara, en realidad le hacia la vida más fácil, pero al mismo tiempo le había privado de muchas cosas.

Una de ellas fue experimentar y descubrir el mundo de las relaciones románticas. Y no es que nunca se hubiera interesado en una persona, sino que su misofobia -en ese momento en su peor época- le impedía acercarse al receptor de su interés en cuestión.

Tan solo tuvo pequeños momentos en que fue libre de sus cadenas para dar su primer beso y adentrarse en algunas de las primeras tres bases. Pero nunca fue más allá de algo simple con una persona cualquiera.

Y ahora que su relación con Atsumu es oficial, le es algo complicado el descifrar como actuar a su alrededor. Por lógica sabe que debe ser más cariñoso y gentil con él, pero es que si se obliga a ello solo termina siendo tosco y estúpido. Por lo general, cuando sus conductas melosas aparecen es porque ha actuado sin pensar, pero ahora es tan consciente de que debe ser más lindo con él que no puede.

¡Y eso le irrita! Sobre todo, porque a Atsumu parece no hacerlo. Es como si disfrutara ser insultado y tratado con indiferencia.

Pero eso no es todo. Oh no. Sakusa, con su inexperiencia en las relaciones, también parece que ha ignorado un detalle sutil que lo tiene malhumorado a mitad de un juego importante contra el equipo italiano Ali Roma. ¿Y es que como se supone que él sabría que se pone celoso cuando alguien coquetea con Atsumu?

- Buena colocación, Miya. Me engañaste por un momento – halaga el número 8 del equipo contrario. Su sonrisa ladina deja muy en claro sus intenciones con el teñido.

- Vete acostumbrando a ellas – ríe con su coquetería habitual que suele caracterizarlo dentro de la cancha.

Atsumu, ajeno a la molestia del de rizos, se devuelve a su posición y mientras tanto el número 8 aprovecha la ocasión y recorre con la mirada su cuerpo de arriba abajo.

Más halagos, miradas e insinuaciones suceden por parte del italiano y finalmente Atsumu parece caer en cuenta de su coqueteo. Y si bien no coquetea de vuelta, no hace nada para que el otro se detenga.

El partido, en la cúspide del tercer set con un set a favor de cada equipo, se vuelve más intenso tras una breve interacción entre el de rizos y el italiano número 8.

- ¿Y tú por qué te ves tan enojado? – pregunta el número 8 con una sonrisa divertida.

- Mmm... no me divierte jugar contra alguien que está mas interesado en coquetear que en el juego. Deja mucho que pensar sobre sus habilidades – espeta con mayor veneno del que deseaba.

El amor de mi vida - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora