Sakusa Kiyoomi tiene una problemática relación con su colocador Miya Atsumu. Pero en contra de lo que todo el mundo piensa, Sakusa no odia a Miya.
En realidad siente una profunda curiosidad por las razones que lo llevan a actuar como lo hace, y cua...
Si mucha corrección pero lo acabo de terminar y se que algunos esperan este capítulo desde hace dos semanas jajaja :) Igual es un poco más largo de lo normal. Disfruten!!
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Sakusa nunca creyó que su relación con Atsumu se volvería tan caótica en los medios, aunque tal vez todo era a causa de Atsumu. Tras aclarar que ninguno tenía gran problema con hacer su noviazgo público, el setter recobró toda su confianza y se volvió tan empalagoso y cursi como Sakusa siempre creyó que sería. Y si bien no iban por la calle besándose o proclamando su amor libremente en redes sociales, sus interacciones eran claramente más íntimas de lo que debían ser para una simple amistad.
Instagram y Twitter estaban prácticamente repletos de fotos de ambos pasando el rato junto a Haruno. En ellas se notaba la cercanía con la que Atsumu y Sakusa caminaban, la forma en que se quedaban embobados viendo al otro, la comodidad que Sakusa sentía con Haruno entre sus brazos y, porque una persona con suerte había tomado la foto en el momento exacto, la forma en que sus manos se entrelazaban cuando creían que nadie los veía.
Aún así su relación no era oficial, al menos ante los medios. Ninguno se dignaba a acabar con la incógnita de sus fans al confirmarlo, pero tampoco se atrevían a negarlo. Y si le preguntaban a cualquiera de ellos, ambos dirían que era casi hasta divertido mantenerlos al borde de su asiento sin una respuesta.
¡Es que eran tan obvios! Sakusa incluso tenía la teoría de que, aunque se filtrara una foto de ellos besándose o durmiendo juntos, el mundo entero seguiría preguntándose si estaban en una relación o no.
Pero debía dejar de pensar en eso y concentrarse en lo que llevaba fundiéndole el cerebro los últimos tres días. El cumpleaños #4 de Haruno era en prácticamente una semana y media y Atsumu le había invitado a pasar el día junto a él y su familia para celebrarlo, así que ahora estaba sentado frente a su portátil buscando ideas sobre que regalarle.
- Solo cómprale un juguete, Kiyoomi - insiste Komori harto de escucharlo suspirar de frustración.
- No. Quiero que Haruno tenga algo que realmente quiera.
- Si viene de ti, Haruno viviría feliz con una piedra que te encuentres fuera de su edificio. Ese niño te adora. Incluso podrías ponerte un moño y regalarte a ti mismo. ¡Seguro le encanta! Papi Kiyoomi, el único modelo en el mundo.
Komori no obtiene respuesta, solo un cojín volando por toda la sala estampándose contra su rostro con tal fuerza que cae hacia atrás.
- ¡Hey!
- No digas estupideces, no soy un padre para Haruno.
- Bueno, aún no, pero si te quedas con Atsumu, eventualmente te convertirás en una figura paterna para el niño. ¿Qué acaso no habías pensado en ello?
De nuevo, silencio.
- ¿Entonces qué mierda estuviste pensando cuando no te atrevías a dar el paso con Atsumu? - pregunta confundido sin esperar una respuesta -. ¡Pero felicidades! No querías ser papá y te convertiste en padrastro. Buena esa, primo.
