Sakusa Kiyoomi tiene una problemática relación con su colocador Miya Atsumu. Pero en contra de lo que todo el mundo piensa, Sakusa no odia a Miya.
En realidad siente una profunda curiosidad por las razones que lo llevan a actuar como lo hace, y cua...
¡Noches! Aquí les dejo este capitulo soft para curar el alma.
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¿Han escuchado aquella frase de: las cosas salen mejor cuando no se planean? Bueno, esa fue exactamente la forma en que el mundo confirmó que Miya Atsumu y Sakusa Kiyoomi están saliendo.
Todo había comenzado después de un entrenamiento. Las vacaciones de verano en las escuelas habían comenzado hace poco, así que Haruno se quedaba bajo el cuidado de la madre de Suna mientras él se ocupaba en las mañanas. Esto por supuesto no era del agrado de Atsumu, pues prefería no molestar a terceros para que cuidaran a su hijo, pero la mujer le había asegurado con una enorme sonrisa que no había problema y él terminó aceptando a regañadientes.
El colocador ya tenía todo listo para irse a por su hijo, pero había un pequeñísimo detalle que lo mantenía dentro de los vestidores.
- ¿Dónde esta mi camisa? - murmuró con desconcierto.
Cada mañana se aseguraba de meter a su maleta un cambio de ropa para cuando saliera, pero esta vez todo apuntaba a que lo había olvidado y las que tenía de repuesto dentro de su casillero ya no estaban porque se las llevó justo el día anterior para lavarlas.
- Mierda, mierda, mierda - continuó murmurando en bucle tratando de pensar en una solución.
Todo el equipo ya se había ido, así que no había forma de que pidiera una prestada. Sin embargo, poco después recordó la combinación del candado de Bokuto, pues éste varias veces le había pedido de le guardara cosas y, por ende, se aprendió su combinación.
Una vez abierto el casillero, se encuentra con la horrible vista de que Bokuto tampoco tiene ropa dentro de él.
- Dos preguntas - escucha a alguien preguntar detrás suyo y se gira solo para encontrar a Sakusa -. Uno: ¿qué sigues haciendo aquí? Y dos: ¿por qué parece que le estas robando a Bokuto?
- Me asustas, Omi. Es que...
- No, espera - le interrumpe -. Tercera pregunta: ¿dónde está tu camisa?
- ¡Eso es lo que le esperaba robar a Bo! - exclama con pesar -. Olvidé mi cambio de ropa y pensé en tomar una suya prestada, pero no tiene ninguna.
Con las esperanzas por los suelos y ya contemplando la idea de salir con el torso descubierto por todo el estacionamiento, Atsumu se sienta en la banca dispuesto a guardar las cosas de nuevo en su maleta.
- ¿Tú que haces aún aquí, Omi? - pregunta para cambiar el tema.
- Estuve hablando un poco con Foster - responde en tanto se encamina junto a Atsumu.
- ¿Sobre qué? - no puede evitar curiosear.
- Me pidió venir a las pruebas de reclutamiento. Son en un mes y le pedirá a un par de nosotros para auxiliarlo.
