Sakusa Kiyoomi tiene una problemática relación con su colocador Miya Atsumu. Pero en contra de lo que todo el mundo piensa, Sakusa no odia a Miya.
En realidad siente una profunda curiosidad por las razones que lo llevan a actuar como lo hace, y cua...
Actualizando más rápido de lo que esperaban, ¿verdad? Es que tengo tiempo libre y las ideas vuelan jajaja.
Pero bueno, espero les guste este capítulo que, como se veía venir con el capítulo anterior, tiene un poquito de drama :)
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Atsumu sabe muy bien que su novio es algo idiota en cuanto a las relaciones personales y la sutileza, pero nunca creyó que lo fuera tanto.
Y es que hay formas de decir las cosas. Sobre todo cuando planeas discutir sobre algo importante. Hay muchas formas de iniciar una conversación difícil, pero todo el mundo sabe que aquella que arruina todo es el típico: Tenemos que hablar.
Y Sakusa no eligió mejor momento para soltar esa frase que cuando Atsumu cuadró sus tiempos con su madre para que ella cuidara a Haruno y él pudiera ir a visitarlo en completa privacidad porque hasta conspiró con Komori para que estuvieran solos.
Atsumu tocó a la puerta del de rizos con la emoción irradiando por todo su cuerpo. Llevaba una botella de vino que Osamu le regaló para la ocasión y, en sus planes, todo sería perfecto.
Pasaron solo unos segundos antes de que Sakusa abriera la puerta con una expresión de aburrimiento que luego se transformó a una de sorpresa.
- Hey, Omi - le saluda entusiasta.
- Hola, Atsumu. Creí que eras Komori molestando de nuevo.
- ¿Qué no viven juntos? - pregunta confundido.
- Si, pero casi siempre olvida las llaves o simplemente toca para molestarme - explica dejando salir una pequeña sonrisa.
Atsumu asiente comprensivo y espera por unos segundos más intercambiando miradas con Sakusa hasta que se cansa.
- ¿No vas a invitarme a pasar?
- Oh, si, lo siento.
Se hace a un lado y espera a que Atsumu termine de deshacerse de su calzado para llevarlo hasta la sala donde anteriormente estaba viendo algo de televisión.
- ¿A que viniste? - pregunta, pero su voz suena más brusca de lo que pretendía.
- No suenas feliz de verme - se cruza de brazos muy listo para iniciar un drama.
- Lo siento, es solo que no te esperaba - se disculpa con una pequeña sonrisa avergonzada.
- ¿Eso significa que sí estas feliz de verme?
Su sonrisa juguetona toca los nervios de Sakusa y de inmediato le dedica una mirada molesta. Ante esto, Atsumu ríe y se acerca lentamente al contrario dispuesto a no perder el tiempo en tanto lo abraza por el cuello.
- ¿Puedo besarte? - pregunta conociendo bien los límites de Sakusa.
Sakusa, sin intención de hacerse del rogar, toma al otro por la cintura para cerrar la distancia por completo entre sus cuerpos y sus bocas. El beso dura poco, pero nota lo feliz que eso hace a Atsumu.
