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Lo publico antes de que vuelva a quedarme sin luz jajaja. Disfruten! 


Despertar junto a Atsumu es una experiencia indescriptible

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Despertar junto a Atsumu es una experiencia indescriptible.

Al abrir los ojos, su primer pensamiento fue en realidad una pregunta: ¿Dónde demonios estoy? El techo no era el de su habitación y sentía un peso desconocido en su lado izquierdo. Despertar por completo fue algo difícil, pues se sentía extremadamente cómodo, pero su necesidad de comprender la situación lo superaba. 

Por eso, cuando finalmente fue consciente de lo que estaba pasando, su rostro entero ardió en llamas. Él, Sakusa Kiyoomi, estaba durmiendo con su colocador, Miya Atsumu. Lo primero que sus ojos vieron fue su cabello. La luz en la habitación era tenue y escasa, pero aún así los mechones rubios resaltaban. Se veían sedosos y las puntas de sus dedos hormiguearon ante la tentación de deslizarse por entre ellos. 

Lo siguiente que vio fue su rostro. Atsumu dormitaba en su pecho, por lo que solo alcanzaba a ver su perfil, pero con eso tenía suficiente. Sus pestañas eran hermosas y sus labios parecían formar un puchero. 

"Incluso dormido es un caprichoso" pensó Sakusa deslizando suavemente sus dedos sobre sus labios. 

Se veía en paz, tranquilo, justo como nunca lo había visto en su vida. Para el mundo externo, Miya es juguetón, burlesco y provocativo; y dentro de su hogar es algo más tranquilo, pero conserva esa chispa traviesa en su mirada. Sin embargo, en ese momento, Atsumu parecía un ángel aunque de ángel no tuviera ni un pelo. 

Era simplemente hermoso y Sakusa no supo por cuanto tiempo se quedó embobado viéndolo dormir. Probablemente parecía un acosador, pero poco podían echarle la culpa cuando Atsumu literalmente tenía un agarre mortal en él. Con su brazo y pierna izquierda rodeaba el cuerpo del de rizos quedando casi sobre él. 

Para cuando Atsumu despertó, Sakusa ya sentía su brazo entero hormiguear ante el peso del teñido. Aun así, no se quejó. Estaba más ocupado enamorándose de la sonrisa adormilada de Atsumu. 

- Buenos días Omi - murmuró el rubio. 

- Buenos días Atsumu - respondió embobado. 

- ¿Dormiste bien? Prácticamente te amarré a mi gran parte de la noche - preguntó mientras reía ligeramente refiriéndose a su agarre mortal. 

- Dormí bien. 

- ¿Sólo bien?

- Perfectamente. 

- Mm... esa respuesta me gusta más - sonrió y se reacomodó para estar inclinado sobre Sakusa -. ¿Puedo besarte, Omi? 

- No. 

- ¿¡Por qué no!?

- Porque no hemos cepillado nuestros dientes. No es higiénico. 

- ¡Solo uno! - renegó. 

El amor de mi vida - SakuatsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora