Cap. 14

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Despertó inhalando un aroma exquisito y totalmente embrigador, su cuerpo se sentía increíblemente bien, podía jurar que hasta su alma habia rejuvenecido mil años.

Cuando abrió los ojos suspiro rendido volviéndolos a cerrar, era increíble, quería golpearse fuerte hasta dejar marcados sus dedos en la mejilla — Dormí muy bien — habló sacando el lado positivo de haberse quedado en la casa del alfa ¿Cómo había ocurrido? Ni jodida idea, solo recuerda haber estado sentado en el sofá junto a Mark viendo una película mientras éste acariciaba su vientre.

Se levantó con cuidado mirando la hora casi desmayandose, estaba tarde, estaba retrasado — Maldita — señaló la almohada tan cómoda en la que había dormido tan plácidamente.

Camino con rapidez entrando al baño limpiándose lo más rápido posible, su ropa debía estar tirada por algún lugar, con el cabello mojado y una simple toalla rodeando su cadera comenzó a buscar su ropa — Me rindo — gruñó abriendo el closet de su alfa tomando la ropa que tenía él. Ropa negra, todo era negro, le encantaba el negro, pero le quedaba muy grande y no es que no le gustase, pero prefería usarla en privado aunque si se ponía a pensar dentro de poco tendría que comenzar a usar ropa más holgada — Necesito comprar ropa — susurró mirando la ropa del mayor.

Con rapidez salió de la habitación encontrándose a su alfa cocinando — Buenos días cariño — saludo el pelinegro acercándose abrazándolo y dejando un beso en su, coronilla mientras acariciaba leve su vientre — ¿Cómo dormiste amor? — preguntó sonriente.

— Me tengo que ir — fue lo único que pudo decir aún sintiéndose en trance.

— Necesitas desayunar precioso — el de piel lechosa lo jaló suave.

— No, me tengo que ir — dijo safandose.

— Donghyuck — el tono de Mark cambio.

— Esto no tuvo que haber pasado — dijo comenzando a caminar hacia la salida.

— Quedate mi omega — jadeo, amaba que Mark le dijese así y él lo sabía.

— No — habló ignorando a su lobo y sus instintos. Necesitaba salir con urgencia de ese lugar para no volver a cometer el mismo error.


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Cuando entró al local agradeció a todo lo divino y maligno del mundo por ver a la omega sentada con un aura fresca como si se acabase de sentar en el sillón.

— Lamento la demora — habló haciendo una reverencia.

— No se preocupe yo también tuve un atraso — le dijo con una dulce sonrisa.

El le devolvió el gesto invitándola a pasar a la habitación donde se llevaría acabo la degustacion.

Cada postre, cada detalle, cada pequeña cosa había sido por su equipo, su sonrisa y la de Jaemin no se hizo esperar al obtener una positiva por la clienta, ella gustosa y encantada se despidió ahora él podía decir que todo estaba listo para ser entregado en una semana cosa que era encantadora porque así podrían avanzar con los otros pedidos.

— Tengo hambre — expresó abrazando su estómago, miró la hora notando que eran las 11:47 claramente tenía hambre, haciendo un piquito con sus labios se metió a la cocina dejándose deleitar por los diferentes aromas.

Sus ojos posaron en una bandeja de roles de canela, su boca se hizo agua y el deseo de tener uno en su boca era increíblemente alto — ¿Cuántas te sirvo? — pregunto Jaemin con una sonrisa.

EquivocaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora