Cap. 16

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Había llorado mucho, cuando Sungchan se retiro lo primero que hizo fue desplomarse ahí mismo y llorar lo más que su cuerpo le permitió, lloro de felicidad, lloro de agradecimiento, de tristeza y esperanza, los recuerdos lo habían golpeado, cuando sus padres cada día lo despertaban para ir a la escuela, cuando su papá Taeil le cocinaba pequeñas salchichas en forma de pulpo o corazón, cuando su papá Johnny lo llevaba en el auto mientras cantaban a todo pulmón o hacían chiste de cualquier cosa.

Sus ojos estaban hinchados y ni mil capas de maquillaje podían quitar eso, cuando Jaemin entró se asusto al ver su estado haciéndole millones de preguntas que no pudo responder porque eran personales y muy preciadas y delicadas para él. Lo dejo a cargo y se mancho a su casa, era extraño decir que era suya pues lo único que había suyo hasta ayer era el local y el carro que usaba, lo demás lo había comprado Mark.

La dirección se la había mandado su hermano y si tenia razón, quedaba lejos de su trabajo pero curiosamente el local que su padre le había comprado quedaba relativamente cerca, al llegar estacionó su auto quedando maravillado por el lugar, era perfecto, ni muy grande, ni muy pequeño. Tenía un jardín delantero y uno trasero, cochera, una gran cocina, dormitorios grandes pero sobre todo una muy buena iluminación.

Sus ojos se volvieron a cristalizar — Gracias — susurró mirando el cielo tocando su pecho — Muchas gracias papás — dijo con voz quebrada poniendo de rodillas.

Se sentía tan feliz que las palabras no podrían alcanzar para poder expresar como se sentía. Las cosas por fin estaban yendo bien, podía ver una luz y un final a todo lo que vivía.

Para su suerte toda la casa estaba amueblada, su hermano le había mandado un mensaje diciendo que se había tomado la tarea de hacerlo esperando que le gustará — Mi pequeño cachorro — habló tocando su pancita — Aquí viviremos cariño ¿Te gusta tu nueva casa? — pregunto con una sonrisa dejando escapar una pequeña risa — Es muy bonita, amplia para que juegues todo lo que quieras, podremos plantar muchas flores y cocinar juntos — le dijo aún con tono quebrado pero lleno de amor.

Recorrió cada centímetro de la casa, al parecer todo estaba listo para mudarse y justamente eso haría después de varios meses.

— Antes de recoger nuestras maletas quiero ir a comprar una flor — le habló caminando hacia su auto — Se llaman girasoles, son mis favoritas, me gustan mucho y son preciosas, a tu abuelo Taeil le gustaban mucho, a tu abuelo Johnny no tanto pero le regalaba en cada aniversario y fecha festiva — contó recordando cuando su papá se adentraba a la casa en silencio con un ramo de flores detras de su espalda.

Ellos dos se amaban mucho, se notaba y como no si eran destinados.

— Cuando hayas nacido y seas un poquito más grande te contaré muchas cosas de ellos, los iremos a visitar y les iremos a dejar flores — comentó poniéndose en marcha hacia el invernadero.



— Cuando hayas nacido y seas un poquito más grande te contaré muchas cosas de ellos, los iremos a visitar y les iremos a dejar flores — comentó poniéndose en marcha hacia el invernadero

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