Christopher Bang, un cambia formas que se apodera de un pueblo pidiendo ofrendas a cambio de dejarlos vivir.
Seungmin, un sirviente que es dado en ofrenda para calmar al mounstro del bosque dando como resultado un amor imposible entre bestia y donce...
Seungmin estaba durmiendo tranquilamente después de haber comido algo con Chan.
El examen que el mayor le había echo había salido bien pero aún le faltaba aprender más cosas.
Los dos se habían quedado dormidos en el gran sofá de la sala, por primera vez estaban durmiendo juntos.
Bang se había quedado dormido en la alfombra pero al sentir el frío se levantó acostándose encima del menor quien no lo rechazó.
Kim estaba demasiado cómodo en aquel sofá y el calor que el peli rojo le brindaba por lo que no dijo nada.
Esa noche fue la más cálida que ambos pudieron tener sin saber que sería la primera de varias.
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Al amanecer, el peli blanco fue abriendo sus ojos lentamente encontrándose demasiado cerca del rostro del mayor.
Podía sentir su respiración cerca de sus labios, sin duda alguna era una vista hermosa, se le quedó viendo a Chan admirando cada rasgo que tenía.
Su vista se posó en aquellos labios gruesos del mayor, sonrió inconsciente acercándose más.
La distancia era corta pero no sé atrevía a avanzar más, sintió el roce de sus labios con el mayor sonrojándose un poco, cuando vio que Bang empezó a despertar cerro los ojos fingiendo dormir.
El mayor se quedó mirando al menor, llevo su dedo pulgar a las mejillas de Kim y sonrió.
Lo que más le llamaba la atención eran sus lindas y suaves mejillas, las acaricio y sonrió al sentir su corazón latir como hace tiempo no lo hacía.
El calor del menor le gustaba, sin duda alguna se había enamorado de Seungmin y no lo iba a dejar ir.
Chan tenía la mala maña de ser un tanto posesivo con lo que era de el, no le gustaba compartir, lo habían educado para tener todo lo que quisiera.
Pero ahora toda su educación la hacia a un lado solo por el menor, si su padre lo pudiera ver, enloquecería al ver que se trataba de un sirviente pero a él no le importaría eso.
Se levantó con cuidado de no despertar a Kim aunque esté ya lo estaba, fue a la cocina y busco algo que pudieran comer rápido, quería enseñarle un lugar al peli blanco, era hora de dar otro paso.
Empezó picando fruta de algunos árboles frutales que tenía en el castillo, los corto en pequeños cuadros poniéndolos en dos platos de cristal mientras unos lindos ojos lo miraban desde la sala.
Bang se quedó pensando en algo que nunca había prestado atención, el día que Seungmin enfermo se veía mal, su piel pálido, sus labios resecos más a parte la temperatura alta.
Pero en un par de minutos se recuperó como si nada hubiera pasado, estaba más alegre que de costumbre como si nunca le hubiera pasado nada.
No podía tener magia ¿O si?, No... No era posible, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió punzadas dolorosas en su dedo, se había cortado sin querer con filo del cuchillo.
