015

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—♡—

Una semana después, Yoongi dejó de ser mi rubio.

Tiñó su cabello del castaño más lindo que había mirado en mi vida. Su piel lucía más pálida y sus ojos eran mucho más suaves.

Me encantó, siendo sincero.

—Es una lástima ahora que lo pienso —me señaló con su barrita de proteína mientras mascaba como vaca pastando—. Como que me había gustado eso de "rubio idiota".

Me acerqué a él y le quité la barra de las manos para después lanzarla a la isla de la cocina. Arqueó una ceja.

—Estoy haciendo la comida, castaño idiota.

—Ya no suena cool —arrugó la nariz—. Aparte no era necesaria tanta violencia, weon.

—Dejando de lado el hecho de que no sé de dónde sacas tantas cosas ofensivas raras, yo sé que jamás me habrías dado la barrita por las buenas.

—No sé pero me pone que le agregues el diminutivo a mi barra de proteína —encogió los hombros y me miró burlón. Parecía que pensaba con su pene, lo digo en serio.

Lo ignoré y apagué la estufa. Me troné la espalda y miré a Yoongi acostado sobre la isla de la cocina, masajeando su barriga.

—¿Adivina quién soy? —me dijo. Le hice una seña para que hiciera su juego bobo y sumió su pancita inexistente— ¡Oh por dios, estoy tan gordo! ¡Mira mi abdomen plano, daddy Yoongi! ¡Estoy gordo y tengo un culo delicioso! ¡Follame!

Me acerqué a él y crucé los brazos mientras arqueaba una ceja. Me sacó la lengua y yo caminé a la nevera para sacar una zanahoria miniatura.

—¿Adivina quién soy? Mi pene es de este tamaño y siempre está erecto.

Comenzó a carcajearse y yo me reí con él hasta que dio un salto de la isla y se bajó el pantalón— Mira, pendejo, ahí tienes tu zanahoria miniatura.

Rodeé los ojos y sentí mis mejillas sonrosarse un poco. Él subió su pantalón con una sonrisa de victoria y yo me giré para servirle jjanjangmyeon.

Bueno... Yoongi no la tenía exactamente pequeña.

—Oh, Jimin, ayer compré algo de hotteok al estilo Busán. Los vi y pensé en ti.

—¿Hotteooook? —dije emocionado—. Mi mami solía prepararlos y son mi cosa favorita en el muuuundo.

—Y tú eres mi cosa favorita en el mundo, ahora ven a comer —palmeó su lado y obedecí después de servir un plato para mi.

Comí con los ánimos más altos. Extrañaba Busan y a su hotteok, a mis padres y a Jihyun.

—Ah, Yoongi, en una hora Bamhee y Eunha vendrán por mi.

—¿Me estás pidiendo permiso? Si es así, entonces es un no.

—Te estoy avisando —musité y miré mi plato de comida—, castaño idiota.

—Quiero besarte ahora mismo. Jimin es en serio que odio demasiado tu regla de "no besos si no te lavas los dientes" —me repitió haciendo su voz mucho más aguda y le di un manotazo—. ¡Pendejo, estoy comiendo!

Me reí malvadamente y Yoongi se acercó a besarme— No besos si no te lavas los dientes.

—Ni bisis si ni ti livis lis diintis —dijo e hizo una mueca burlona. Toqué su nariz y lo empujé.

—Lo hago para que tengas hábitos más limpios. Quién sabrá cuando fue la última vez que te lavaste los dientes antes de que yo llegara a Daegu.

—Fue... en una ocasión en la que estaba borracho y Taehyung me retó a limpiarme los dientes con cerveza. Tenía como diecisiete.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora