dirty laundry | yoonmin

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—♡—

Llovía tanto que parecía que el cielo iba a caerse, y hacía un frío que te helaba hasta los huesos. Era una noche pésima a los ojos de muchos, pero para mí era realmente linda.

Bueno, dentro de lo que cabe.

Habían pasado cuatro días d.M.Y, o sea después de Min Yoongi, y ya me daba cuenta del gran impacto que iba a dejar en mi vida para siempre.

No sabía mucho de él, pero Taehyung se escabuía en ocasiones a visitarlo y estoy seguro que también le contaba una que otra cosa cuando no me daba cuenta.

Y la verdad no me hubiese molestado ni un poco, si Taehyung mínimo me hablara sobre él para estar levemente más tranquilo.

Cuando Hoseok llegó a casa por la noche y se puso muy cariñoso con Taehyung, me di cuenta de que debía irme para no interrumpir... o traumarme.

Así que, con las condiciones ambientales antes descritas, y con un par de cosas que me provocaban ansiedad al solo tenerlas en mano, pedí un taxi y acabé fuera del Motel Moon.

Ahí se iban los pocos ahorros que me quedaban sin embargo no me preocupaba bastante por ello.

En el vestíbulo del Motel únicamente había un chico usando su celular, supuse que era el recepcionista. Las luces temblaban, tentativamente desapareciendo y el lugar olía extraño, como a canela y licor barato.

Pedí una habitación y al subir pronto pude escuchar el pasillo cargado de respiraciones pesadas o gemidos. Pero a mí me valía, fui directo a la habitación destinada y al llegar lancé las cosas a la cama, y puse algo de música.

Intenté no concentrarme en el ruido y saqué la bolsita de plástico de mi saco. Le hice una pequeña ruptura y sobre la mesita de noche dejé caer todo el polvito blanco, para posteriormente separarlo en líneas.

Me incliné un poco, tomando el último billete que me quedaba y tomé aire para posteriormente observarlo fijamente.

Y es que me causaba tanto miedo, pero a medida que sentía la cocaína entrar por mi nariz, el temor ya no tenía espacio en mi mente.

🐶

No sé qué tanto hice, sinceramente. Al abrir con pesadez los ojos todo giraba y se acomodaba muy lentamente.

Escuché una risa de chica y me mareé más. Fue todo un reto sentarme, y me di cuenta de dos cosas: mi nariz sangraba y estaba en el apartamento de Yoongi.

Me sentía desorientado, y me quise morir cuando hice contacto visual con él, y observé a Sunmi a su lado.

Como reflejo llevé mis dedos a la sangre que se escurría de mi nariz y apreté tanto los dientes que el flujo aumentó.

—Calab... —se detuvo y corrigió sus palabras— Jimin...

Bajé la mirada y busqué a tientas mi celular entre los bolsillos de mi suéter. Quería irme, tenía que irme. No sé qué había sucedido ni qué me había llevado a llegar a aquí.

Pero estaba celoso de darme cuenta que Sunmi estaba haciendo desayuno para Yoongi, y me daban unas ganas terribles de desaparecer.

—Jimin —se acercó y se puso de cuclillas frente a mí— ¿Qué es lo que estás consumiendo? —su voz era dulce pero extraña.

—Nada —limpié con el dorso de la mano mi sangre—. ¿Qué hago aquí?

—Me llamaste —dijo, examinando mi rostro—. ¿Estás seguro que no estás haciendo nada ilegal?