024

1K 92 31
                                        

—♡—

—Por favor, contesta —musité sin dejar de moverme nervioso por la cama. Dos tonos más.

—Lo siento —fue lo primero que dijo—, pero no voy a volver hasta que Jaehyun no pueda ni caminar.

—No hagas esto —supliqué—. Estoy seguro de que algo saldrá mal y no quiero que te lastimen.

—Estoy estacionando el auto, Jimin. Ya estoy aquí.

—Todavía puedes volver. Yoongi, por favor, no hagas estupideces.

Escuché la puerta de su auto cerrarse y la forma en la que tragó saliva— Me están buscando, voy a arreglar asuntos viejos. Por favor no salgas a buscarme.

—No... Yoongi de verdad no hagas esto —escuché ruidos por la sala y salí de la cama sin soltar el celular— Vuelve o le llamaré a Seokjin.

—¿Vas a acusarme con mi mamá? ¿En serio?

—Él tiene auto y puede llevarme por ti. Estoy seguro de que sabe dónde queda la casa de Jaehyun.

—No vengas. Quédate en casa, asegura las puertas y ve a dormir. Cuando despiertes voy a estar a tu lado, ¿trato?

—¡No!

—Te quiero mucho, Jimin.

Y colgó la llamada. Asombroso.

Lo primero qué pasó por mi mente fue llamarle a Seokjin. Lamentablemente tenía su celular apagado y todo estaba saliendo mal.

Después llamé a la abuela de Yoongi, quien contestó.

—¡Abuela Min! Necesito su ayuda...

—¿Qué horas son éstas de estar molestando? Soy una mujer de la tercera edad, necesito descanso.

—No mienta abuela, estoy escuchando la música a todo volumen. Es urgente, Yoongi fue a golpear a un chico que...

—¿Y qué tiene de malo eso, Johnny?

—Mi nombre es Jimin —arrugué la nariz.

Lol.

—¡Abuela Min es en serio! No creo que quiera mirar a su nieto favorito en prisión.

—Pues la verdad que sí, lince. Yo ya no planeo pagarle fianza de nuevo a ese pendejo.

—Abuela por favor...

—Con una condición —escuché menos ruido y sus pasos.

Suspiré y con miedo pregunté— ¿Cuál?

—Vas a masajearme los pies.

—¿D-Disculpe?

—Nada de disculpe. Ya voy para allá, cabrón.

Estuve unos minutos esperando y finalmente salí a la sala. Escuché más ruido y me convencí de que me estaba volviendo loco.

La perilla de la puerta se abrió lentamente, como en las malditas películas de terror y sólo cubrí mis ojos, ¿si no tienes los ojos abiertos ante la realidad, te mantienes siendo parte de ella?

Esperaba que no.

—¿A-Abuelita Min? —pregunté con las manos temblorosas.

—A huevo, puto —escuché su voz y exhalé, casi cayendo al suelo por el. alivio—. Tenemos un problema, Gabriel.

—Jimin.

Puso su dedo pulgar en alto y se quitó los lentes oscuros— Tu nombre es lo de menos. Dije que tenemos un problema, culo grande.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora