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Capítulo especial.

Narración por: Min Mini Yoongi.

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2001

No me agradan las presentaciones. Nunca me ha gustado conocer gente nueva porque todos son muy feos o hablan demasiado.

Odio a la gente. Mamá dice que debo ser un niño menos gruñón pero yo creo que ser gruñón no tiene nada de malo. Clasificar me agrada, insultar también aunque papá me amenace con lavarme la boca con jabón.

Pero si lo pienso bien, no detesto a todos sino a la mayor parte de ellos. Mi abuelita por ejemplo, tenía todo mi cariño ya que es divertida, no me castiga y normalmente ignora lo que mis padres dicen ya que cree que todo es una sarta de tonterias.

Justo esta noche, mamá me había dejado sin cena y había gruñido hasta que me dolió la garganta. Me encerré en mi habitación, luché con mi peluche de Kumamon hasta que me cansé y me lancé a la cama a dormir, gruñiendo en mis sueños. Hasta que abuela subió por mi ventana, me sacó de la cama y me subió en su moto para llevarme a cenar.

El lugar era una caca. Bebían alcohol, echaban humo apestoso por la boca después de succionar rollitos de papel y mi hamburguesa estaba helada. Mi abuela estaba platicando con un hombre sin prestarme atención, con un rollito en la boca un poco manchado del labial que llevaba en sus labios de anciana.

—Abue~ ésta hamburguesa es basura.

Me hizo una seña para que esperara y habló un poco más con el hombre antes de por fin mirarme.

—Ah bueno, es eso o no tragas nada.

Y gruñí. Me comí la maldita hamburguesa del demonio y me perdí de la vieja. Realmente me perdí.Estaba muy enojado y me largué del lugar. Vamos, tengo ocho años, puedo cuidarme solo.

Todo iba bien hasta que llegué a cierta calle extraña. Habían personas bailando y otros se besaban en el suelo. Eran adolescentes, supuse, tenían granos, espinillas y toda la pinta de ser molestos. Aparte su música estaba muy fuerte.

—Hey niño —un chico me saludó. Traía un estilo hippie y bebía soju—. ¿Te perdiste?

—Oh, claro que no —mentí y sonreí arrogantemente—. ¿Y tú, perdedor?

—Uy, viejo, no te hice nada —puso sus manos en el aire y lo fulminé con la mirada—. Eres una fiera amigo, ven acá, quiero mostrarte algo porque me caíste bien.

Obviamente iba a caerle bien, siempre he sido agradable. Por ejemplo, yo sé que ahora mismo ustedes me aman demasiado y no me conocen. Seguro jamás me conocerán pero no les importa mucho porque con saber que una persona magnifica y llena de swag como yo existe, les es suficiente.

El chico me presentó a sus amigos raros y todo el tiempo estuve con cara de enfado. Pero me caían bien, y me enseñaron muchas malas palabras que jamás en mi vida hubiese tan siquiera pensado que existen. Eran raras. Aparte me dieron un sorbo de volka o algo así.

Me quemó la garganta y grité internamente pero por fuera me encogí de hombros y dije— Mi leche con choco sabe mejor.

Me aplaudieron. Yo ya sabía que era un genio y no necesitaba palmadas para confirmarlo. Cuando era pequeño había hecho un cuadro de macarrones similar con forma de pene y aunque mis papás me regañaron y castigaron porque debía tener más clase, muchos se rieron.

A mi me gusta hacer reír a las personas. ¿Alguna vez las he hecho reír a ustedes? Seguro sí, soy muy muy gracioso y en ocasiones digo cosas que hacen que me quiera besar a mi mismo por ser tan genial.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora