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—Debemos comenzar justo ahora, es una lista larga —declaré con una sonrisa.

—¿Bromeas? —hizo una mueca de fastidio y se dio la vuelta— Ya he tenido bastante por hoy.

—¡Pero Yoongi! —caminé tras él— De verdad necesito tu ayudaaa —cuando estuve a su nivel, hice un puchero, intentando convencerlo.

—Eres caliente pero eso de intentar ser tierno no te queda —se cruzó de brazos. ¡Maleducado! No me gustaría ser tierno pero tampoco me agrada que me ofendan.

Respira Jimin, si lo matas no será posible que encuentres otro apartamento barato.

—Uhm... —no estaba muy seguro de qué hacer para convencerlo— ¿Planeas ir a casa y dormir todo el día?

—Soy Min Yoongi, hasta la pregunta ofende.

Caminé un poco más lento. Nos aproximábamos al auto de Yoongi.

—¿Podemos ir a casa de Tae como mínimo?

El rubio abrió la puerta del copiloto por mi— Súbete. Te dejaré ahí, tomaré una siesta en casa e iré por ti en unas horas.

Obedecí y me metí en el auto. Yoongi cerró la puerta y caminó por el asfalto para entrar por el asiento del piloto. Debo admitir que me molesté un poco, desde que llegué a Daegu, mi plan principal era ser un buen amigo de mi compañero de cuarto. Ahora solo había sido incomodado una y otra vez...

—¿Por qué no quieres ir conmigo? —pregunté tímidamente, jugando con mis dedos.

Me miró de reojo mientras encendía el auto— Estoy cansado, necesito dormir.

Asentí con tristeza. ¡Quería conocerlo mejor! Ya no dije nada más, me senté tranquilamente, sintiendo el auto moverse con suavidad y me recargué en la ventana.

A los minutos, comencé a mover los pies nervioso, sentía a Yoongi mirándome una y otra vez. ¡¿Por qué no se concentraba en conducir?! Iba a matarnos, estaba seguro.

—¿Puedes dejar de mirarme? —mi voz fue baja, casi lo dije para mí. Yoongi sonrió de lado y ughhhh, quise lanzarle con una silla.

—Nah —me dedicó una sonrisa burlona y le saqué la lengua irritado—. Tienes una carita tan linda, me encantaría ensuciarla con...

—¡No!

—Tranquilo —rió—, germen. Sí sigues con esa actitud llorona, van a asesinarte en la universidad, ¿sabes?

—¡No soy llorón! —me quejé y crucé de brazos. ¡Yo no lloro! No muy seguido...

—Bueno, no seas entonces tan... tan débil. Me refiero a que sigas siendo el calabacín adorable, cariñoso y amable que eres, pero no dejes que nadie te haga mierda.

Sonreí— ¡Gracias Yoongi! Sabía que dentro de ti, había un hyung bueno y...

—Igual quiero romperte el culo mientras te follo contra el capó de mi auto.

Dejé caer mi cabeza para golpearme con el tablero del auto. Mis mejillas ardían por la vergüenza, jamás en mi vida había recibido comentarios de esa clase por alguna otra persona. ¡Sólo imagínenlo! Imaginen que acaban de conocer a una persona y que no deja de decirte cosas que te hacen sonrojar.

—Ya llegamos calabacín. La casa azul es la de Tae.

Sonreí feliz y bajé del auto. Antes de cerrar la puerta, me agaché un poco y miré a Yoongi para agradecerle.

—¡Gracias por traerme!

—Bueh, no es problema —contestó sin mirarme, buscando algo en la guantera del auto—. Pasaré por ti cuando anochezca.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora