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—♡—

—Wow, esto es... sencillamente orgasmico —dije con la boca llena de sushi masticado tras abrir los ojos. Yoongi dejó de observar su celular y me dio una mirada burlesca.

—Lo peor de todo es que escuché hasta los gemidos. Literal.

—No me arrepiento, está delicioso —chillé antes de seguir masticando. Él se acercó a mí y puso sus codos sobre la mesa, deteniendo su rostro con sus manos.

Y a un volumen considerablemente alto, me dijo:

—¿Sabes Jimin? El sushi no es la única carne cruda que vas a comer esta noche.

No fui el único en ahogarse. Me puse rojísimo, avergonzado e intenté tragar la comida antes de contestarle.

Pero bueno, un niño pequeño atrás, preguntó a su madre— Mami, ¿qué no el sushi es pescado crudo?

Y mi novio, que era prácticamente un niño también, obviamente se giró a responder.

—Gracias por arruinar mi esfuerzo, tenía toda la noche pensando en esa frase para que llegaras tú con tu puta inteligencia suprema y me cagaras todo.

Al final terminamos fuera del restaurante. Yo comiendo desde una cajita y Yoongi sobándose la mejilla donde la madre del niño le dio una buena cachetada.

—¿No sé supone que debías defenderme? —preguntó y mastiqué la comida lentamente, sin ánimos de responder.

—Nah, tus acciones, tus consecuencias.

—Bueno pero eres mi mujer. Se supone que debías tener una pelea de gatas con ella.

Negué y tragué la comida— No soy tu mujer.

—Eres mi pasiva, es la misma.

—¿Puedes dejar de tratarme como chica?

Puso los ojos en blanco— El día en que dejes de gemir como una, tal vez.

Le lancé furioso la caja de comida casi vacía y miré pequeños trocitos de arroz atacando su rostro.

—Haces cosas como éstas —limpió el arroz de su rostro y sacudió la mano para deshacerse de ello— y me pregunto por qué coño me encantas tanto cuando eres una rata molesta.

—Te enamoraste de una rata —reí.

—Oh sí. Y yo te gusto a ti porque tengo tanta leche que te hago hasta quesos.

Dato importante: debo dejar de darle materia prima para sus estupideces.

—Bueno —suspiré y puse mi mejor rostro serio—. Min Yoongi... quiero el divorcio.

Arqueó una ceja y se estiró como gatito, bostezando al mismo tiempo— Atrévete a decirlo en serio y yo me quedo con los niños para no dejar que los veas de nuevo en tu puta vida.

—¡Yo tendría la custodia!

—Eh... no. Les salvé la vida, tú ni siquiera limpias su... —el volumen de su voz bajó y miró detrás de mí, distraído— mierda.

Le miré extrañado y lentamente giré para observar al instante a la vecina nueva. Llevaba ropa un poco... eh... demostrativa. Obviamente Yoongi la miraba un poco embobado, así que tragué saliva, y la vi saludándonos para posteriormente acercarse corriendo.

Bua, detestaba a esa chica.

—¡Yoongi! —saludó a mi novio. Con un abrazo. También me ignoró. Genial.

—Sun, ¿qué hay?

—No mucho, ¿han comido aquí? —señaló el restaurante japonés detrás de nosotros y Yoongi le dio una afirmativa con su cabeza. Suspiré— ¿Sabe bien?

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora