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—♡—

Dos veranos atrás.

Si cerraba los ojos, sentía mi cuerpo yendo y viniendo. Si los abría, el pánico paralizante me daba la bienvenida. No sabía qué hacer, y sentía que definitivamente me había muerto.

Escuchaba sonidos leves, como mordisqueos a mi lado, y plástico arrugándose. Algo me bajaba por la frente, era espeso y frío.

Recordaba vagamente lo que había sucedido y la mayor parte de mis recuerdos conllevaban un rostro molesto y tantos gritos que mi cabeza punzaba. Lo veía lejano y me preguntaba si era un invento.

Principalmente me preguntaba si había conseguido sacarle de ahí. Si mi propósito y probable causa de muerte había sido exitosa.

Si me estaba yendo sin conseguirlo, no sé cómo se supondría que mi alma descansaría en paz.

Intenté tragar saliva pero el amargo sabor de la sangre seca me llenó la garganta y casi me asfixio. Así que si mi cuerpo había reaccionado, significaba que estaba vivo.

Y de alguna forma odiaba la idea de seguir viviendo porque estaba convencido de que había fallado, y ya no había vuelta atrás.

No conseguí sacar a Jihyun de aquel hoyo infernal. Y todo se debía a que yo era débil y con tan poca valentía como un pollito recién nacido.

Quería decirle a mi hermano que lo sentía, y que lo perdonaba por enamorarse de una persona que era más demonio que ser humano.

Si cerraba los ojos, sentía mi cuerpo ir y venir pero también escuchaba su voz de hace unos meses, llenándome los oídos con palabras sobre lo maravilloso que el amor era. También podía sentir el mismo pulso de emoción de aquel momento.

Le dije que ansiaba sentir amor de verdad y que estaba feliz porque él estuviese teniendo una historia tan perfecta. Pero, qué decepción me he llevado.

¿Cómo se suponía que confiase de nuevo en amar cuando vi a mi hermano hecho trozos a causa de aquello que muchos anhelan?

Supuse que si el amor era un contrato, entonces llevaba muchas letras pequeñas.

Y prometí no firmar ninguna cosa de ese estilo, porque si mi valentía era nula, mis ganas de lastimarme así eran aún menos existentes.

🐰

Ni siquiera me veía a los ojos. Estaba serio pero incluso con tan poca luz y los ojos llenos de lágrimas sabía que estaba por llorar.

—¿Entonces es todo? —pregunté.

—Lo es...

Me recargué en el asiento y cubrí mis ojos- Lo arruiné horrible.

Guardó silencio que significaba que estaba de acuerdo. Así que yo también callé. No sabía qué hacer pero me desesperaba pensar que desde este momento en adelante yo ya no tenía permitido nada que llevase su nombre.

No escucharía el "calabacín" por las mañanas ni sentiría sus besos. No podría regañarlo por no lavarse los dientes, no iba a ser suyo y él no iba a ser mío.

—¿Cómo es posible? —habló repentinamente— He dado todo lo que pude para que tú pudieses sentir amor por mi ¿Cómo es que controlaste tus sentimientos?

—Ni idea —respondí en un hilo de voz.

—¿Cómo lo hiciste Jimin? Por favor dime, necesito saberlo.

—Yoongi...

—Por favor —su voz se quebró.

Miré al frente y sentí el nudo en la garganta. No habían palabras para describirlo y ni siquiera sabía que era lo que estaba sintiendo.

dirty laundry | yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora