DANIEL
☆☆☆
Tres meses antes.
Siempre me ha relajado viajar en autobús. No sé por qué, pero lo hace. Obviamente cuando no va lleno a reventar y puedo respirar aire relativamente limpio. Cuando subo me quedo de pie. Me gusta pensar que es una forma de mejorar el equilibrio... Eso y que no me gusta que la gente se me siente al lado.
Llevo un mes tratando de olvidar a Claire, pero todas las chicas que me han llamado la atención me recuerdan demasiado a ella y, sinceramente, sería incapaz de estar con alguien si estoy pensando en otra. Mi madre dice que Claire Rose —siempre la llama así porque comparten segundo nombre y tiene que fardar de ello— es más madura que John y yo juntos y que, por eso, todavía no estamos en una relación. No estoy de acuerdo con ella, así que estoy decidido a pasar página.
Me gusta pensar que no soy tan idiota y está claro que a Claire no le caigo bien y no pasa nada por ello. No le podemos caer bien a todo el mundo, aunque me gustaría saber el motivo. No para cambiarlo, no creo que haya que cambiar para gustarle a alguien, pero estaría bien saberlo.
Miro el reloj y soy consciente de que voy a llegar a clase muy justo. Suben los pasajeros de la parada anterior a la que me tengo que bajar. Las puertas se están cerrando, pero me parece escuchar un "¡ESPERE!". El conductor debe estar de buen humor porque las vuelve a abrir y entra una chica que debe tener mi edad. No puedo evitar sonreír al ver sus mejillas sonrojadas. Parece que va a llorar de alivio, mientras se deshace en agradecimientos hacia el conductor. Avanza por el pasillo hasta situarse de pie a mi lado.
Vuelvo mi vista al móvil donde estoy leyendo el nuevo libro de mi madre, todavía no ha salido a la venta, pero me ha dado algo así como un acceso anticipado. No soy su lector beta porque ese puesto lo tiene papá, pero creo que soy el tercero en leer sus libros junto con mi hermana Aly. El segundo es el abuelo Kevin que, según él, tiene más derecho porque conoce sus libros desde antes de lo que lo hicimos mi hermana y yo.
Levanto la cabeza cuando una de las canciones viejas de N5 llena el autobús. La música sale del móvil de la chica que casi se queda en tierra.
Me fijo un poco más en ella: tiene el pelo negro como el carbón. Cuando el sol le da de lleno brilla en tonos azulados. Sus ojos son verdes como el musgo. A esta distancia parece un poco más baja que yo.
Contesta el móvil, ajena a mi breve inspección, y me es inevitable escuchar la conversación. Está a mi lado, no puedo simplemente no escuchar, ¿no?
―Violet, estoy en el autobús. ―Su voz es... no sé cómo describirla. No es aguda, pero tampoco es grave. Es agradable y bonita―. Sabes mi problema con el azúcar y con las princesas Disney. ―Eso último lo dice en voz baja, como si le diese vergüenza que alguien la escuchara―. ¡Pero en esa tienda tenían una tarta de Nala! ... Nala es una reina, así que te callas, Violet ―protesta endureciendo la voz y una sonrisa se dibuja en mis labios―. Sí, voy a llegar ya... Pues porque existe el Internet en el móvil y he consultado en Google... Soy torpe, no imbécil... Llego en quince minutos... Pues que se relaje la señora, que no somos bebés y ya vamos a ir a la universidad, ahí no hay que pedir permiso para ir al baño, o eso espero... ¡Pues dile que vamos a ver universidades, que no se van a ir a ningún sitio! Pues, ¡joder, Violet! Que yo voy de cabeza a la facultad de química, me importa una soberana mierda el resto... ¡No puedo hacer que el autobús vaya más rápido! Sí, ahora te mando una foto en el autobús para que la señora se quede tranquila... Vale, no vemos ahora. —Cuelga la llamada y suelta un bufido—. Vieja amargada —murmura.
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DREAM BUS #2
Romance―John ―me mira con una sonrisa que se le borra cuando me ve la cara―, he dejado embarazada a tu hermana. ☆☆☆ La vida de Daniel Jones cambia radicalmente cuando deja embarazada a Claire, su "amiga" de toda la vida. Un bebé no estaba en los panes de...