Capítulo 11

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DANIEL

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DANIEL

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―Parece que va todo bien, ¿no? ―le pregunto por vigésima vez a la tía Maddie que me sonríe.

―Está todo perfecto, estrellita. Relájate un poco y disfruta hasta que empiece la subasta.

Estamos en el cóctel de bienvenida. Cuando los invitados se olvidan de las diez obras expuestas y comienzan a entablar conversaciones entre ellos, Amy o Grace les indican que pasen al salón principal para que estén más cómodos. Así evitamos que haya mucha gente y que las obras puedan sufrir algún daño.

Cojo dos copas de champagne que ofrece el camarero y le doy una a Maddie. Brindamos y le damos un trago. Estoy más nervioso de lo que me gustaría admitir.

Hablamos con algunos de los invitados. Todo va sobre ruedas y, como consecuencia, me voy relajando.

Veo entrar a mis padres, a Aly, a tío Joe y a Rose y Samuel que, aunque están muy acostumbrados a venir a las subastas que organiza su madre, me han querido acompañar en la primera que organizo yo.

―Esto está muy bien, estrellita ―comenta papá con una sonrisa.

Mamá me da un beso en la mejilla que le devuelvo y hablamos un poco sobre la organización. Poco después se marchan al salón principal para no entorpecer a la gente que está interesada en ver las obras, ya que a ellos les da igual lo que se subasta.

Sujeto a mi hermana del brazo antes de que salga.

―¿No vienes con Sean?

Pone los ojos en blanco y me da un golpe en el estómago que me hace reír.

―Vete a la mierda. Es sólo un amigo.

―Ya lo sé. Me gusta tomarte el pelo.

―Idiota ―la escucho murmurar antes de salir detrás de nuestros padres.

Poco después Alan, Dean y Graham se acercan para saludar.

―Luego quiero hablar con vosotros ―les comento ganándome miradas curiosas de su parte.

―¿Es algo grave? ―pregunta Graham girando la moneda de cinco meses sobrio.

Poco a poco vuelve a ser el Graham que recuerdo. Creo que el retorno de N5 le va a ayudar mucho.

―No lo definiría así, es importante, pero no grave.

Asienten y se van al salón principal. Ellos tampoco están muy interesados en la subasta.

Me llevo la copa a los labios, pero me quedo con ella a medio camino cuando entra una chica de pelo negro.

―¿Quién es? ―me escucho preguntar sin apartar los ojos de ella.

DREAM BUS #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora