CAPÍTULO 42

23 1 0
                                    

Zenya

*

Mi padre tenía el orgullo herido debido a que Andrew consiguió cerrar el trato con los italianos antes que él, era algo por lo que había trabajado durante mucho tiempo pero que no había logrado conseguir.

No supe cuál fue el acuerdo al que tuvo que llegar Andrew para hacerles cambiar de opinión y que decidieran invertir en nuestro armamento, puesto que los Lee se encargaban de surtir buena parte del territorio italiano.

Lo único de lo que estaba segura era que mi padre estaba desesperado por entrar en territorio italiano y así debilitar a los Lee, no tenía cabeza para pensar en otras cosas así que esa era mi oportunidad para jugar mi siguiente carta. Estaba decidida a hacer lo que fuese para herir aun mis padres, para doblegarlos y que de una vez por todas aceptaran que Jelena jamás volvería.

Necesitaba hablar con Andrew, contarle mi plan y llegar a un acuerdo. Pero no estaba en el despacho, al parecer había ido a revisar que el nuevo cargamento de armas estuviese listo para la próxima entrega que se enviaría a los Fainello.

Desidi esperarlo y tome asiento para revisar las carpeta con las ordenes que nuestros clientes habían solicitado en los últimos días. Cinco cargamentos de armas largas de uso militar para nuestro comprador en estonia, seis de armas cortas para Finlandia, claro todo aquello muy bien escondido entre el vino que se exportaba para esas mismas naciones.

Todo parecía estar en orden, pero continúe revisando las anteriores carpetas, necesitaba encontrar algo que pudiese utilizar encontra de mi padre si algo salía mal.

Busque y busque pero nada, no había nada que fuese útil, nada que lo comprometiera y si había algo, era seguro que estaría muy bien oculto y bajo llave.

Mi mirada se desvió de inmediato a uno de los cajones de su escritorio, jale de él, pero era obvio que no se abriría. Tome el abrecartas para intentar abrirlo pero fue inútil. Necesitaba la maltita llave y no sería fácil conseguirla.

Las horas pasaban pero Andrew seguía sin aparecer así que decidí ir en busca de esa llave, ya le contaría a Andrew más tarde.

- Así que aquí estas. - dijo mi madre entrando al despacho.

Por suerte había entrado justo cuando estaba por salir así.

- Te he estado buscando.

- Necesitas algo. ¿madre?

- Si, toma asiento. - señalo el sofá - Tú y yo tenemos que hablar. - dijo con aquella voz firme.

Hice lo que me pidió pero no me senté en donde ella sugirió si no que fui hasta el asiento de detrás del escritorio. Mi madre tenso su mandíbula.

- ¿De que necesitas hablar? - pregunte pero ella se burló de mí.

- Zenya mi amor, no te hagas esto quieres.

- ¿Hacerme qué?

- Deja de creer que esto es tuyo. Nunca tendrás ese lugar. - me señalo. - sabes que le pertenece a Jelena y no a ti.

Esto era el colmo no fui yo la que planeo esto, no fui yo la que me puse en este lugar. El error lo habían cometido ellos por su miedo a perder su asociación con los Biersack.

- ¿Y dónde está Jelena madre? ¿Dónde está tu más preciada hija? Ah!! Si, te abandono.

No me detendría, si ella no quería actuar como mi madre yo no actuaría como su hija.

- ¿Crees que ganaste no es así? Pero créeme, no has ganado nada. El marido que tienes no te ama, ni siquiera te pertenece, tampoco el nombre que sueles llevar delante de las personas.

- No fui yo quien planeo esto. Tú y mi padre me obligaron ¿ya se te olvido? - gruñí.

- Tu vida está en las manos de tu padre y en las mías. - ignoro mis palabras. - Esto. - señalo. - No te durara. Encontraremos a Jelena donde quiera que esté. Y tú, mi querida hija... estarás lejos para cuando eso suceda.

- ¿Piensas matarme madre? Claro, Si es que puedo llamarte así - agregue con ironía.
- Tal vez lo haga "hija"

Mi garanta dolía por el nudo inmenso que se había formado estaba furiosa y sabía que en cualquier momento estallaría en llanto.

- Tal vez lo haga si no me dices ahora mismo donde esta Jelena.

- ¿Qué te hace creer que yo lo sé?

- Fuiste tú quien la ayudo a planear esto, para que ambas obtuviesen lo que querían.

- Entiendo. Soy la hija sonsacadora.

- Solo dime en donde está.

- ¿Y por qué lo haría? Si lo hago arruinare mis maléficos planes.

- Sabes que es por tu bien.

- No tengo nada que perder, tu misma lo has dicho. - me cruce de brazos -, tú y mi padre se encargaron de destruirme en el momento que me hicieron llevar su maldito nombre. - grite furiosa.

El tono de mi voz fue firme más firme del que hubiese imaginado que hasta mi madre se sobresaltó.

- Así que, si quieres encontrar a tu querida hija es mejor que salgas de aquí y dejes de perder el tiempo conmigo. Busca a tu hija, búscala antes de que sea demasiado tarde antes de que te arrebate todo. "madre"

Aquella amenaza no era en vano y tal vez me había arriesgado en confesar parte de mis intenciones pero no me arrepentía, pude ver miedo en los ojos de mi madre, no sabía si eso era posible, pero ahí estaba en su mirada.

Aquella mujer se levantó de la silla, sin mostrar alguna expresión más en su rostro camino hasta la puerta y salió sin voltear a verme, entonces me deje caer en la silla y lleve mis manos hasta mi pecho y cuello, el nudo que sentía comenzaba a sofocarme.

Me levante y camine hacia una de las mesitas donde estaba una jarra con agua. Serví un poco en uno de los vasos pero mis manos temblaban y el vaso se me callo de entre ellas.

- Zen... - Voltee a verlo.

Andrew me miraba con preocupación entonces corrí hasta él y lo abrace, mis lágrimas brotaron con más intensidad y no se detuvieron, no por un largo rato.

- ¿Qué fue lo que paso? - pregunto.

- Mi madre. - logre decir.

- Está bien querida, todo estará bien. - dijo mientras con sus manos acariciaba mi espalda para reconfortarme.

- No, nada está bien. - grite furiosa separándome de él. - mis padres me odian Andrew mi madre me ha dicho que me matara si es necesario. No soy más que el remplazo de Jelena. No tengo nada, no tengo un nombre. - seguí llorando. - Odio ser débil. No puedo seguir con esto, estoy harta, tal vez debería mo...

Mi voz fue silenciada y mis lágrimas se detuvieron al sentir los labios de Andrew sobre los míos.

- Shh! Ni siquiera lo pienses. - murmuró al separarse y después volvió a besarme.

Cerré mi ojos y me deje llevar por aquel delicioso beso pero cuando nos separamos cuando ninguno de los dos puedo respirar.

- no te atrevas a decir que eres el remplazo de alguien, tu nombre es Zenya y siempre te pertenecerá. No estás sola, me tienes a mí, siempre estaré a tu lado porque soy tu esposo.

- No lo eres. Todo esto es una farsa.

- No... no lo es. Soy tu esposo, te pertenezco a ti, a nadie más. - tomo mi rostro entre sus manos y volvió a besarme. - Te amo Zenya.

*********


¿Arrodillarse o Sangrar? 🖤 - Donghae - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora