CAPÍTULO 45

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Advertencia +18

Zenya

*

¿Era amor eso que sentía cada vez que estaba cerca de mi o cuando me miraba y me regalaba una sonrisa?

¿Toda aquella felicidad que sentía cuando se refería a mi como su esposa aun cuando estábamos solos, era amor?

A diferencia de Andrew, yo no podía confundirlo con gratitud así que... todo estaba claro.

Lo amaba.

- No, no fuiste el único. - confesé. - No estoy segura en que momento comenzó pero te amo... - me vi interrumpida por sus labios que volvían a estar sobre los míos.

Era la sensación más dulce y hermosa que había sentido. Nuestros besos era todo eso que no se podía expresar con palabras.

Esta vez no me impidió tocarle y mis manos recorrieron su abdomen, me deshice de su toalla y después lleve mis manos hasta su cuello y me aferre a él, sus manos se dirigieron a los tirantes de mi vestido y con suaves caricias los aparto de mis hombros y poco a poco mi vestido fue cayendo al suelo, sus labios seguían moviéndose al compás de los míos mientras se deshacía de mi sostén y después mi tanga, solté un gemido y mi abdomen se contrajo cuando una de sus manos llego a mi entrepierna y me acaricio con sus dedos. Fue entonces cuando supe lo mucho que lo deseaba.

Todo era una tortura, Andrew seguía con sus suaves caricias en mi entrepierna pero había abandonado mis labios para besar mi cuello.
No podía más, sus dedos entraban y salían una y otra vez y mordí mi labio para acallar mis gemidos podía sentir que el orgasmo se acercaba cuando mis paredes se apretaban aún más sobre sus dedos. Andrew lo sabía y regreso a mi boca para devorarla. Una, dos, tres, no supe cuántas veces más entro pero mis manos y uñas se aferraron a sus brazos, mi cuerpo temblaba y mis piernas se habían debilitado habría caído al piso de no ser porque Andrew me tomo entre sus brazos.

Me llevo hasta nuestra cama y me recostó con tanta delicadeza.

- Estás preciosa.

Mi piel se estremeció al sentir su cuerpo rozar el mío cuando Andrew se puso sobre mí, necesitaba sentirlo, necesitaba sentir que esto no era un maldito sueño.

Lleve mis manos a su rostro y lo acaricie, después poco a poco lo fui acercando a mí para besarlo.

Andrew abandono mi boca para besar mis pechos mientras una de sus manos acariciaba uno de mis muslos. Sus labios abandonaron esta vez mis senos para bajar a mi abdomen y después de nueva cuenta a mi entrepierna.

- Deliciosa...

Un gemido se escapó de mi boca y cerré los ojos por el placer que su lengua me otorgaba. mis manos apretaron las sabanas.

- An..andy...

Andrew se apartó de mi entrepierna y se colocó nuevamente sobre mí.

- Pídemelo Zenya. Pídeme que lo haga. - me hablo al oído con su voz entrecortada.

- Hazlo. Andy... Te necesito.

- Te amo... - gruño con voz ronca.

- Yo también te amo... - me beso y entro en mí.

Mis manos se aferraron a su espalda y mis piernas a su cadera, no quería que se apartara, no quería que este momento terminara. Pero entonces mi cuerpo volvía a sentir aquella sensación electrificante y mi cuerpo se arqueaba más con cada embestida que me proporcionaba.

- Más rápido. - pedí cuando sentí que estaba por llegar al segundo orgasmo. - por... ahhhhh!!!

Mi cuerpo tembló más que la primera vez aquello había sido el momento más mágico que alguna vez haya experimentado.

- Aun no terminamos mi amor. - lo mire sorprendida. - ven.

Andrew me tomo de las manos para ayudarme a levantar y después sentarme en su regazo y poco a poco introdujo su miembro en mí y con movimientos lentos comenzamos a movernos de arriba abajo, podía sentir como me llenaba podía sentir lo mucho que nos complementábamos. Ahora era yo quien estaba arriba de él, me movía de adelante atrás con ayuda de Andrew, sus manos apretaban mis caderas entonces comencé a moverme más rápido hasta que nuestros gemidos volvieron a mezclarce. Me deje caer en su pecho y me abrazo mientras acariciaba mi espalda.

- Dime que no te arrepentirás de esto. - dije con preocupación.

- Jamás, amor. Jamás lo hare. - deposito un beso en mi cabeza.

- Te amo. - me levante y deposite un beso en su boca.

- Yo también.

Estaba por caer rendida de cansancio pero su hermosa voz me lo impidió.

- Y... ¿qué es lo que ha ido a comprar mi esposa?

- Eso... - dije señalando las bolsas que había dejado caer cuando Andrew me beso. - es una sorpresa. - golpee su nariz con mi dedo índice.

- ¿Ah sí? ¿Para mí?

- No. Para ti tengo algo mucho mejor. - sonreí.

- ¿Así? Pues yo también te tengo una sorpresa.

- ¿Y cuál es? - pregunte con curiosidad.

- Pronto lo sabrás.

Sonrió antes de besarme.

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¿Arrodillarse o Sangrar? 🖤 - Donghae - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora