Zenya
*
Llegue a la mansión, todo parecía estar tranquilo y en silencio hasta que me topé con mi madre.
- Donde estabas Zenya?
- ¿Que no se supone que para eso está el hombre que me sigue? Ve y pregúntale a él.
- Crees que no sé qué lo engañaste para que te perdiera el rastro.
- Entonces deberías encargarte de ellos, tal vez ese es el problema de que no encuentres a tu hija.
- Sabes que no puedes salir de casa sin antes informarme. Y mucho menos sola, podrías estar en peligro.
Me carcajee.
- El peligro está dentro de esta mansión. Señora Kovaley.
Me hice a un lado para continuar con mi camino hacia las escaleras. Solo esperaba no encontrarme a mi padre o a Andrew.
Por hoy, había sido suficiente, pero al pensar en este último mi pecho dolió y seguía sin entender el porqué.
¿Por qué tenía este tipo de sentimientos? Porque mi corazón se alteraba cuando me miraba y me sonreía. ¿Por qué mi cabeza insistía en darle vueltas a unas simples palabras? Y ¿por qué me dolió no verlo junto a mí esta mañana al despertar?
Necesitaba dejar de pensar, dejar de sentir.Suspire cuando llegue a mi habitación solo quería que descansar y olvidarme de todo.
Pero me quede pasmada cuando abrí la puerta. Andrew estaba solo con una toalla alrededor de su cadera, su cuerpo estaba húmedo y de su cabello caían gotitas de agua.
- ¿Te gusta lo que ves? – preguntó divertido y en ese momento reaccione.
- Yo… lo siento. – aparte mi mirada. – creí que estarías en el despacho.
- Pues, ya viste que no. ¿Entraras o te quedaras ahí parada? – se acercó a mí y me tomo de la mano para hacerme entrar y después cerró la puerta. – escucha querida, una cosa es que mi esposa me vea casi desnudo y otra, que las muchachas o tus padres lo hagan. Así que prefiero vestirme con la puerta cerrada.
Regrese a mirarlo sorprendida y me arrepentí de ello, Andrew sonreía burlonamente y volví a desviar la mirada a cualquier sitio que no fuera él o su perfecto cuerpo cubierto de tatuajes.
- Que pasa querida, ¿por qué no me miras? – trato de buscar mi mirada.
- Andrew solo vístete. – dije soltando mis bolsas a un costado. – Se supone que debemos respetar nuestra privacidad. – baje mi mirada.
- Pero fuiste tú quien no lo ha hecho.
- Eso... fue un error – levante mi brazo para detenerlo y trague en seco al sentir su pecho en la palma de mi mano. Trate de retirarla de inmediato pero Andrew la sujeto para impedirlo. – te dije… que creí…
- Mírame Zenya… – dijo con un tono de voz que no le había oído antes. – o ¿es que acaso estas avergonzada?
- ¿Por qué lo estaría? – trate de sonar tranquila, aunque era todo lo contrario, mi corazón latía con fuerza.
- Mírame. – volvió a repetir.
Aparto nuestras manos de su pecho para poderme acorralar entre su cuerpo y la puerta.
El frio de esta me traspaso en la espalda gracias al escote descubierto de mi vestido me erguí y su pecho y el mío se juntaron.
Estaba segura de que nuestros latidos y nuestra respiración se escuchaban en toda la habitación.
No pude resistirme y por fin le mire.
Sus ojos estaban de un azul más intenso, su mirada estaba fija en mí, ardía en lo que a mi parecer, era deseo. Su aliento chocaba en mi frente y poco a poco se inclinó a mi altura para besarme.
Me deje llevar por el deseo de mi cuerpo ya que mi cerebro había dejado de funcionar desde el momento que lo toque.
El beso era lento pero apasionado, no quería que se detuviera y por instinto lleve mis manos a su abdomen para tocarle pero Andrew las atrapo antes de que pudiese hacerlo, las coloco en la puerta a la altura de mi cabeza y dejo mis labios para comenzar su recorrido por mi cuello. Recupere algo de aliento cuando dejo de besarme y fue cuando al fin reaccione. No podía seguir con esto, esto no estaba bien.
¿Que se supone que estaba haciendo?
- Andrew… - susurre – detente, esto no está bien. - pedí, tratando de separarme de él.
- ¿por qué? – pregunto con la voz agitada pero no me soltó – eres mi esposa y yo tu esposo, no veo que pueda estar mal.
- no lo soy, no soy tu esposa no es a mí a quien deseas. – replique aun con la respiración entrecortada.
- Te equivocas. – me soltó las manos y me tomo de mis mejillas. – hace tiempo que deje de hacerlo.
- Como podrías dejar de hacerlo si estabas a punto de casarte con ella.
- Pero no lo hice y ahora me alegra no haberlo hecho.
- ¿Por qué?
Me atreví a preguntar aun sabiendo que tal vez la respuesta la no fuera la que esperaba.
- Porqué te amo Zenya.
Lo miere atónita.
- ¿Me amas…? – murmure.
- estoy harto de huir de este sentimiento, estoy harto de fingir que no pasa nada y de engañarme a mí mismo. Así que sí. te amo Zenya te amo de verdad.
- ¿Cómo podrías amarme? – mis ojos comenzaban a enlagunarse. – ¿por qué lo harías?
- Al principio creí que era solo gratitud por mantenerte a mi lado y apoyarme cuando Jelena se marchó pero poco a poco me di cuenta de que no era así, que mis sentimientos por ti iban más allá de eso. Trate de decírtelo; dios sabe cuántas veces lo intente, pero temía perderte.
Mis lágrimas cubrían mi rostro porque al fin todo cobraba sentido.
- dime Zenya… por favor dime que no fui el único que se enamoró – su mirada me pedía a gritos una respuesta.
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¿Arrodillarse o Sangrar? 🖤 - Donghae - Libro 1
Roman pour AdolescentsDecidí huir de aquella vida, de aquel destino marcado por la sangre dejando atrás a las personas que más amaba solo para ir en busca de mi propia felicidad. Pero no importaba que tanto corriera, fuese donde fuese, ese destino me perseguiría y me arr...