CAPÍTULO 18

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Zenya

*

Los rayos comenzaban a entrar por las ranuras de las persianas de las ventanas y poco a poco abrí mis ojos y me sobresalte al ver que Andrew se encontraba mirándome desde su lugar.

Un rayo de sol que entraba por esas ventanas bañaba su rostro con su cálido destello, haciendo que sus ojos se tornaran de un azul más intenso. Andrew sonrió cuando sus ojos se encontraron con los míos y le sonreí.

- ¿Que? - pregunte aun adormilada.

- Nada. Solo me debatía si despertarte o no.

- Pues no te debatas y hazlo. - le di un pequeño golpe en su brazo desnudo.

- Me gusta correr riesgos pero no tanto como para soportar tu mal genio durante todo el día. - dijo burlón
.
- ¡¡Oye!! - Y esta vez le pegue más fuerte.

- Está bien, está bien. Lo siento. - dijo entre risas.

- Y bien, ¿cuál es el plan?

- Nada complicado. Diremos que vamos de paseo. - se encogió de hombros.

- ¿no crees que sospechen?

- No tienen porque. - Andrew se levantó de la cama - Después de todo es normal que quiera estar a solas con mi esposa.

"Mi esposa"

- No te preocupes. - se dirigió al baño - después de que te marchaste hable con un amigo, todo saldrá bien. - continuo su camino a la ducha.

Le creía. Si Andy decía que todo estaría bien así seria. Pero aun así sentí que trato de explicarme lo que había hecho, como para dejar en claro que no había sucedido nada después de que salí del despacho.
Aunque la verdad ya no sabía que pensar ni que sentir.

Estaba confundida.

Dos horas después llegamos al palacio estatal de gatchina en Krasnoarmeyskiy Prospekt.

Estacionamos el auto y bajamos e iniciamos nuestro recorrido por el museo, Andrew me tomo de la mano como cualquier pareja.

Estaba por cuestionar a Andy sobre en qué momento nos encontraríamos con su amigo, pero el guía que daba la explicación de cada objeto tenía la vista fija en nosotros.

- Nos detendremos aquí, tomen las fotos que deseen. - dijo el guía. - y para aquellos que necesiten ir al sanitario pueden hacerlo. - su mirada cómplice hacia nosotros me había hecho suponer que esa era la señal.

Andrew y yo nos separamos del grupo y nos dirigimos al sanitario.

- allá encontraremos lo que queremos. - me dijo.

Al igual que Andrew entre para no levantar sospechas, estaba segura de que mi padre tenía a alguien siguiéndonos.

Al cabo de unos minutos Andy ya me esperaba en la salida.

- No sé porque tardan tanto allí dentro. - agrego para sonar convincente.

- Tenemos que asegurarnos de que todo esté en su lugar. - explique con mi mirada traviesa.

- Eso explica porque después sucede lo que sucede.

Lo mire atónita, Andy rio y esta vez me rodeo la cintura con su brazo. Y con un pequeño apretón en ella me había hecho saber que lo había conseguido.

Habíamos finalizado con en el enorme recorrido por el palacio y fuimos por un helado.

Después caminamos un rato más tomados de la mano y a lo lejos vi al hombre que nos vigilaba, se mantenía oculto en uno de los tantos árboles que ahí había, pero al parecer le fallo el ancho del árbol.

Idiota.

Tome mi cono de helado y embarre un poco en la nariz de Andy quien me miro sorprendido.

- ¿Porque? - pregunto.

- Lo siento querido. - fingí una sonrisa y lleve mi mano a su rostro juntando más mi cuerpo al suyo.

- Zenya...

- Shh. - dije mientras acercaba mi rostro a el - a tus dos en punto detrás de un árbol, hombre alto, medio robusto.

Limpie su nariz con pequeños besos quitando así el helado que yo misma había embarrado.

Me separe de él y le sonreí.

- Lo veo. - confirmo mi información.

- Necesitamos privacidad. - susurre cerca de sus labios.

- Debo besarte.

Ni siquiera lo pensé y solo asentí, quizá ya era demasiado normal y me estaba acostumbrando a ello.

Cuando me di cuenta ya tenía sus labios en los míos.

Sus besos eran apenas un roce, suaves y con el sabor de las frutas y bayas de su helado que los hacían aún más deliciosos.

De todos los chicos que había besado a ninguno se le parecía, los besos de Andy eran perfectos.

Ahora entendía por qué Jelena estaba tan enamorada de él y no entendía por qué lo hirió de esa manera.

La caricia de su mano en mi cuello se volvió más íntima al igual que sus besos y me aferro más a él. Ahora podía sentir sus latidos sobre mi pecho.

- Esto siempre incomoda a las personas. - dijo con la voz entrecortada.

Y al parecer había funcionado, el hombre había desaparecido por ahora.

- Necesitamos un lugar más privado. - sugirió. - necesitamos ir a un hotel.

- ¿Un hotel? - y sentí como mis mejillas se acaloraban.

- Sí, por ahora será el único lugar en el que tendremos completa privacidad.

Nos separamos y me tomo de la mano para regresar al auto y poder ir a algún hotel y tener la privacidad que aquel desgraciado no nos permita.

***

Me senté en la cama de aquella habitación esperando a que Andrew sacara de su chaqueta los aparatos móviles que su amigo le había conseguido.

- Este será para ti. ambos tienen ya guardados el número del otro. - explico.

- Gracias. - lo tome.

- Ya que estamos teniendo un momento pasional. - dijo pícaro y con su sonrisilla de lado.

- ¡¡Andrew!! - exclame. Y sentí como mis mejillas se enrojecieron nuevamente.

No entendía por qué.

Después de todo siempre era yo la que terminaba yéndose con algún hombre después de una noche de antro, pero ahora todo era diferente.

- Lo que quiero decir es... que Tenemos tiempo suficiente. Llámala. - agrego burlón.

Y eso hice.

*******

¿Arrodillarse o Sangrar? 🖤 - Donghae - Libro 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora