¿Arrodillarse o Sangrar? 🖤 - Donghae - Libro 1

CAPÍTULO 37

Kyuhyun

*

Salí de la oficina de Donghae después de que Antoni me informara de que un nuevo tráiler cargado de vino había salido y que los datos para autorizar las facturas estaban listos.

Firme cada una de ellas y después las envié con marco a contabilidad para que se encargara de disfrazar los ingresos con los que habíamos obtenido de la venta de armas de los Mancini y la cocaína enviada a los Moser.

Eran pasadas las seis de la tarde cuando la llamada de Yesung me saco de mi zona de confort, apague el cigarrillo y conteste.

- El lote que está destinado para corea está listo. – dijo de inmediato.

- Bien, después de que te encargues de lo otro has que lo envíen a adunas y que carguen el avión. Ya firme la autorización y los permisos están listos.

- Ok. Te llamo cuando todo esté listo.

Donghae llamo a mi puerta para ir a casa pero por primera vez le mentí, le dije que estaba esperando las ultimas facturas para firmarlas y que aún no podía marcharme.

No me sentía bien mintiéndole a Donghae, era el único primo que tenía y mi única familia después de aquel accidente automovilístico en el que mis padres murieron. Tenía solo ocho años cuando todo sucedió, recuerdo que aquella noche mi padre conducía y mi madre le acompañaba alegremente mientras tarareaba la canción que sonaba en la radio de repente una luz apareció a nuestro costado y todo se volvió oscuro, el ruido del metal raspaba el pavimento, lo único que oía eran gritos y el ruido de las sirenas.

Cuando desperté estaba sobre una cama de hospital, me dolía todo el cuerpo y cuando quise levantarme sentí una punzada en la cabeza entonces medí cuenta de que tenía un brazo vendado y la cabeza.

Me dieron de alta después de unos días de estar en observación y cuando regrese a casa acompañado de los padres de Donghae supe por mi tío, que mis padres habían muerto al instante y que no hubo manera de salvarlos.

Entonces fue cuando Donghae apareció en mi vida y estuvo ahí para apoyarme cuando  me desmorone frente a las tumbas de mis padres.

Después de eso, me invito a ser parte de su familia, su hermano se convirtió en mi hermano al igual que Donghae y mis tíos en mis padres. Pero la vida parecía odiarnos porque una vez más nos habían quitado a un ser amado.

- Kyu… Kyu… Kyuhyun. – grito Donghae
- ¿qué sucede? – el recuerdo me había consumido por completo olvidado que Donghae se encontraba aun en mi oficina.

- No, ¿qué te sucede a ti?

- No es nada, solo estoy pensando en el cargamento.

- ¿Seguro?

- Sí, no hay de qué preocuparse.

- Bien, Iré a preparar mi maleta para cuando Yesung llame.

Asentí.

- Ok. Me mantendré al tanto.

- Cuida de Celine…

- No tienes que pedirlo. Sabes que lo hare con gusto.

- Gracias… hermano. .

Donghae entro por completo a mi oficina y camino hasta a mí, me levante de mi asiento y nos unimos en un abrazo mientras ambos palmeábamos nuestra espalda.

***

Diez y media marcaba esta vez el reloj mientras caminaba hacia la oficina en la que se encontraba shindong. 

La oficina estaba oscura solo alumbrada por luces color neón y él se encontraba justo al centro  rodeado de más pantallas de las que podía contar en ese instante.

Tan pronto entre, él ya estaba deslizándose junto a su silla para salir de aquel circulo.

- ¿A qué debo su visita señor cho?.

- Trabajo.

- ¿Qué tengo que hacer?

- Investigar… - le entregue una nota con el nombre en cuestión.

- ¿Qué clase de investigación? – dijo después de observar el pedazo de papel.

- Quiero un registro de todas las personas con ese nombre – apunte – quiero saber sobre su familia, especialmente si tienen hermanos, que no sean mayor a los treinta años y si hay fotos mucho mejor. Cuando hayas terminado me harás llegar la información solo a mí. ¿Quedo claro?

- Así será señor cho. – asintió. – deme dos días y tendré la información que me pide.

- Gracias. – dije antes de salir de qué lugar.

Dos días, solo dos días y sabría quién era Zenya y que relación tenía con Celine.

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