La fiesta ya había comenzado cuando llegue. Había sido fácil salir de casa sin ser vista por ninguno de mis hermanos y Hugo no me dió hora para llegar a la fiesta.
La verdad es que ni aun queriendo llegar tarde habría podido hacerlo, en una fiesta cómo estás es imposible llegar tarde.Me abrió la puerta una chica despeinada que supongo que sería de mi instituto.
La casa estaba llena de ruidos, adolescentes, y alcohol, aparte de otras sustancias que no pensaba ni mirar.Busqué con la mirada a Hugo sin éxito alguno, pero si conseguí ver a Alana y Joey, no me sorprendía ver a Alana en una fiesta, pero que su hermano la hubiese acompañado si era algo nuevo.
- ¿Ori? -- Cuestionó la morena con el vaso de ron en la mano mirándome con una sonrisa y cierta expresión de sorpresa.
- ¿Desde cuando vienes a fiestas?
- Desde que el morir a manos de mis hermanos me da igual. -- Bromee mientras agarraba una cerveza de la nevera.
- Segura que Hugo no tiene nada que ver.-- Sonrió pícara dandome un codazo, rodé los ojos mientras abría la cerveza escuchando el pequeño aire que salió de ella.Unos brazos rodearon mi cintura, mientras un pecho se pegaba detrás de mí espalda, me giré repentinamente al ver que las manos bajaban de mi cintura. Me encontré con la cara de Hugo a escasos centímetros de la mía.
- ¿Qué haces? -- Pregunté entre risas, se cortaron de golpe al ver aquellas pupilas dilatadas mirarme de aquella forma, aparte sus manos con cautela y él frunció el ceño.
- Para. -- Dije con el tono seco en la voz, Hugo rodó los ojos y se perdió entre la gente.En aquel momento, me sentí mal conmigo misma, éramos adolescentes y no era el único que se drogaba en estas fiestas, no debería tenerselo en cuenta.
Noté la mirada de alguien sobre mí pero no le tomé importancia mientras buscaba a Hugo.
Lo encontré en el baño de la planta alta metiéndose de esa mierda por la nariz, hice mi mayor esfuerzo por no mirarlo con asco y me acerque a él ignorando a los demás que hacían lo mismo que él.
- Hola preciosa.
- ¿Puedes llevarme a casa? -- Le pregunté, esa pregunta no era lo que quería decirle, pero al mirarlo con aquellas pupilas dilatadas, no pude formular otra cosa que mi deseo de largarme.No debí ir a aquella fiesta.
- ¿Ya? No seas aburrida. -- Habló con picardía acercándose a mí, retrocedí por impulso al verlo en esas condiciones, él agarró de mi cintura con algo de fuerza y me atrajo hacia su cuerpo golpeándome contra su pecho, todo mi cuerpo temblaba atemorizado, él mantenía una sonrisa en la que enseñaba esos dientes blancos.
- Hugo para. -- Le advertí molesta intentando soltarme, Hugo hizo caso nulo y paso sus manos por mi cuerpo haciendo que me tensara.Tenía miedo.
Las risas de los que estaban en el baño mirándonos, Hugo que no me soltaba y seguía tocándome de esas maneras y la música alta y gente indispuesta de la fiesta, no me hacía sentir más segura.
Estaba acojonada, pero no pensaba demostrarlo.
Lo siguiente que percibí fue a Hugo acariciarse la mejilla con la cara girada hacia un lado y un ligero picor me molestaba en la palma de la mano.
Acababa de darle una bofetada.
Sin decir nada más salí de aquella casa dispuesta a andar hacia mi casa sin importarme la repentina y abundante lluvia.
Una mano agarró con delicadeza mi muñeca, me giré de forma brusca encontrándome con Joey.
- ¿Te llevo a casa?
Lo miré desconfiada, sus pupilas estaban como siempre y no olía a alcohol, no tenía porqué desconfiar de él, pero mi corazón aún latía a doscientos por hora por el susto de hace menos de cinco minutos.Asentí como respuesta a su pregunta y lo seguí cuando sacó las llaves del coche y comenzó a caminar hacia el lateral de la casa donde había bastantes vehículos aparcados.
Él colocó la capota de su descapotable y ambos subimos.
No estaba preocupada por Alana, si alguien la toca ya puede correr por qué Alana será muchas cosas, pero miedo ni al mayor mafioso que se pueda presentar.
- ¿Tienes frío? -- Pregunto Joey sacándome de mis pensamientos, le dediqué una mirada cautelosa, inspeccionandolo, no sabía que contestar, no tenía ganas de hablar.
Él pareció notarlo porque antes de arrancar el coche sin esperar mi respuesta se desabrochó la chaqueta y me la ofreció.
Tardé algo más de lo normal en reaccionar y cogerla, él no pareció darle importancia mientras arrancaba el coche y yo me colocaba su chaqueta.El viaje a mi casa fue totalmente silencioso, nadie dijo nada, no era un silencio incómodo, agradecía que Joey no hubiera hablado, no podía parar de pensar en lo ocurrido.
Acababa de pegarle a Hugo en la cara.
No me sentía orgullosa de ello, más bien todo lo contrario, y me había ido y lo había dejado ahí.
Llegamos a mi casa y bajé del coche de Joey, en verdad, no esperaba que el bajará y me acompañará a la puerta, pero así lo hizo.
- Buenas noches Orión. -- Murmuró Joey cuando le devolví su chaqueta, asentí a lo dicho sin saber cómo reaccionar y entré en mi casa.-¿Orión de dónde vienes?-- Cuestionó Will con una sonrisa divertida, Ethan no sonreía tanto, sabía que Ethan iba a hablar pero no necesitaba una bronca ahora, solo necesitaba el apoyo de mi hermano.
Ambos se quedaron callados mirándome cuando me acerque rápida a Ethan, abrazándolo y llorando mientras escondía la cara en su pecho. Sus manos acariciaron mi espalda y apoyó su cabeza sobre la mía.Necesitaba llorar, me había quedado con las ganas en la situación del baño, y sabía que llorarlo y esplotarlo junto a mis hermanos me ayudaría.
Will no tardó en irse y dejarme con Ethan a solas.
Agradecí que no me preguntará nada y se dedicará a consolarme mientras yo mojaba y moqueaba su camiseta del pijama con estampado de calavera.
Mi hermano acabó entrando conmigo y quedándose a dormir en mi cuarto.
Me conseguí dormir gracias a sus suaves palabras y sus dedos acariciando de forma delicada mi pelo.
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Un Disparo
RomanceSiempre serás mi recuerdo favorito, aquello que tuve un ratito de mi vida, y adoré a cada instante, aquello que me quitaba el sueño por las noches y que me dejaba una sonrisa inigualable, aquello que no volveré a tener..