Capítulo 8

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Me encontraba sentada en clase de la señora Brown, las mates eran un suplicio, pero a ultima hora eran aún peor.

Miraba aburrida mi libro donde había un pequeño dibujo de Spiderman que Will había hecho y pegado el muy listo.

Alana había decidido escaquearse de matemáticas abandonando me después de estar todo el día algo distante y con nerviosismos a flor de piel.

Que tenía curiosidad por lo que le pasaba a mí amiga era poco, pero, sabía que no era algo malo por sus expresiones, así que decidí no preguntarle en todo el día para que ella decidiera cuando hablar.

- Miller presté atención. -- Recriminó la señora Brown, yo solo miraba al reloj con indiferencia hacia el resto de la clase.
- ¡Miller! -- Gritó enfadada al percatarse de que estaba ignorando completamente lo que me estaba dienciendo, y entonces.

El timbre de salida.

Le dediqué una sonrisa a la maestra y salí de clase apresurada por si a la señora Brown se le ocurría querer castigarme, no pensaba quedarme otra hora más.

Estaba metiendo las cosas a mi taquilla lista para irme ya a casa, cuando escuché un pequeño chasquido de dedos, me giré encontrándome con unos ojos negros que conocía bien.
- Ori. -- Me llamó Alana desde la entrada de los baños femeninos.
Me apresuré a guardar las cosas en mi taquilla y me reuní con la morena sin perder tiempo.

Sin dejarle hablar, en cuanto cerró la puerta del baño, comencé a saldar mis sospechas.
- Dime, ¿Quién es el afortunado?-- Pregunté mirando pícara a la morena, ella bajo levemente la mirada mientras rascaba su brazo con una de sus manos.
- ¿Nena? -- Pregunté pérdida tocándole el hombro, ella reaccionó al momento mirándome algo nerviosa.
- Es que no es ÉL afortunado.
- ¿Son LOS? -- Bromee intentando calmar el ambiente, pero al verla igual de nerviosa guarde silencio con algo de miedo.

Tal vez era algo serio y yo me había equivocado.

- Es LA. -- Dijo finalmente casi en un susurro, yo la observé por un momento y luego comencé a reírme sin poder evitarlo.
- ¿De que te ríes? -- Pregunto algo entre asustada y perdida.
- ¿Tanta tensión, por qué? Tía, pensaba que estabas embarazada o algo. -- Hablé aún riéndome, ella me miró con los ojos abiertos como platos mientras sonreía.
- ¿No te molesta?
- ¿Molestarme el qué?-- Pregunté mirándola, ella negó sin más y me abrazó con fuerza.
- Eres la mejor Ori.
- Dime algo que no sepa.
Se separó del abrazo y me soltó una ligera colleja mientras negaba riéndose.
- Agresiva. -- Recriminé señalando la con una mano mientras con la otra me acariciaba la zona de la colleja.
- Dramática. -- Contestó rodando los ojos.

Estaba comiendo helado con Mike y Jonathan mientras nos dirigíamos al pabellón donde entrenaban los gemelos al hockey.
- ¿Que tal las clases? -- Preguntó Mike mirando la gota de helado callendo por su cono antes de lamerla.
- ¡Ha sido super guai! -- Chilló emocionado Jonny, sonreí levemente mientras miraba a mi hermano pequeño manchado de helado y con ese brillo en los ojos mientras hablaba sin parar.

- Eres un parlanchín microbio. -- Le corté la conversación que estaba teniendo solo.
Mi hermano pequeño no necesita a nadie para hablar, ya habla el por todos.
- ¡Oye! ¡Calla que estoy hablando yo!
- Ya, si que estás hablando tu, ya lo sé.
- Deja hablar al pequeño y terminate el helado. -- Intervino Mike, le dediqué una mirada sarcástica y seguí callada mientras me terminaba el helado andando hacia el pabellón.

- Y eso es lo que he echo hoy en el colegio. -- Finalizó después de unos quince minutos Jonathan.
- Me alegro de que te lo hayas pasado bien enano. -- Le respondió Mike y dirigió la mirada hacia mí que tiraba el envoltorio del helado a la papelera.
- ¿Tu que has hecho hoy?
- ¿Yo? -- Me señalé algo perdida, el mayor asintió sonriéndome de forma paternal mientras nos abría la puerta del pabellón para pasar.
- Pues, nada interesante. -- Dije antes de entrar por la puerta detrás de Jonathan y seguida de Mike.

Mike me miraba curioso, siempre quiere saber todo, en parte lo entiendo, pero al comportarse más como un hermano responsable y protector que un amigo, es difícil que yo le cuente algo y le parezca bien o no me heche la bronca.

Nos sentamos en las gradas del pabellón, no hubo problema en ocupar primera fila ya que no había demasiada gente, solo familiares o parejas de alguno del equipo.

Me encantaba verlos jugar, hasta jugando eran totalmente diferentes. Ethan era más serio, más preciso, Will en cambio, era más alocado y se tomaba competición o entrenamiento como un juego.
Ambos eran muy brutos jugando, incluso contra los de su propio equipo, mis hermanos si no son los que resaltan del juego no son ellos.

Mientras los veía jugar me llegó un mensaje de Alana donde me pedía conocer a su novia.

Eso sí me pilló por sorpresa.

Después de decirle que me parecía bien, el móvil voló de mis manos hacia arriba.
- ¿Como osas estar con el móvil envede admirando me? -- Preguntó Will con dramatismo.
- Will, cariño, a ti te veo todos los días y ahora te voy a seguir viendo en casa, tengo demasiado Will del que querría, así que dame eso. -- Hablé para acto seguido quitarle el móvil de las manos mientras él me miraba con la boca abierta y los ojos entre cerrados con indignación.
- ¿Te parece bonito lo que me acabas de decir Miller? -- Preguntó continuando con su drama, lo miré sarcástica pero no dije nada, no hizo falta, Ethan se acercó por detrás y le dejó caer encima de la cabeza la toalla sudada.
- Dios, Will calla un poco, que eres más pesado que una vaca en brazos.
Will se quitó la toalla con asco y tiró al suelo mientras Ethan pasaba su brazo por mis hombros y yo me reía sin poder remediarlo.
- ¡Os habéis unido todos contra mí!¿¡Os parece bonito!?
Mike nos miraba a los tres mientras tenía sujeto a Jonathan de la mano y negaba con la cabeza evitando sonreír para dar buen ejemplo ante el pequeño.

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