Capítulo 13.

22 6 0
                                    

- ¿Quién llama? -- Pregunté al teléfono notando la mirada tensa de mis hermanos.
- Orión, cuánto tiempo cielito.

Esa voz.

No había cambiado con los años al parecer.

- 10 años han pasado, ¿Para que llamas? -- contesté de forma borde a mí progenitora.
- Esa no es forma de contestarle a tu madre niña. -- Me respondió.
- Yo no tengo madre, así qué Adhara o hablas o te cuelgo.
Un suspiro frustrado se escuchó desde la otra línea del teléfono.
Eso fue lo único que logré escuchar antes de que Ethan me arrebatará el teléfono de malas maneras y se alejara hasta colocarse detrás de la barra que separaba la cocina.
- Ethan. - Murmuré con cierto enfado apretando los puños.
Una mano tocó mi hombro con cuidado.
- Él necesita descargar eso que no descargo aquél día. -- Explicó Mike.
En parte entendía que Ethan al ser el que la vio irse a la fuga con tan sólo ocho años, le guardaba más rencor, pero yo también tenía derecho a decir algo a esa mujer.
Unos brazos me rodearon por los hombros y abrazaron de forma protectora.
El cuerpo de Will estaba temblando entero.
- Todo está bien, Will porfavor calmate.
Más se lo pedía que decía, porque sabía que si Will estaba así, a mí me afectaría y no quería que Jonathan tuviera que pasar por vernos a todos llorar por una señora que ni llego a conocer por el echo de que le dió a luz y se fue.

Ethan estampó el móvil contra la barra.
- ¡Ethan! -- Reprochó Mike mirándolo tenso.
En cuanto vi una lágrima correr por la mejilla de mi hermano, no dude en separarme de Will y correr a abrazarlo dejando que se tapara la cara en mi hombro evitando que nadie viera lo que le afectaba lo que hubiera sido que le dijo Adhara.
- Papá ha tenido un accidente. -- Susurró de forma casi imperceptible.
Abrí los ojos como platos pero no lo solté, no me hizo falta girarme a mirar a los demás para saber que estaban llorando.
- Pero está bien, ¿A que sí? -- Cuestionó Jonny, en ese momento mi corazón se rompió en mil pedazos mientras las lágrimas caían con rapidez y abundancia.
- Jonny... -- Murmuró Mike.
La mirada del pequeño sobre nosotros y el otro gemelo que se encontraba tirado de rodillas en una esquina llorando a todo pulmón me rompía sin ayudarme a calmarme.
Y no pude evitar dejarle el marrón a Mike de explicárselo solo al pequeño.
Ninguno teníamos fuerzas para hacerlo.
Pero él al ser el mayor, se haría cargo de ese duro trago y gran responsabilidad.

Encerrada en mi cuarto llorando, llamando a Hugo para poder conseguir una pequeña distracción.

Will seguía llorando en el mismo sitio, Ethan se había ido enfadado a la pista de hockey a machacarse, pero no estaba de ánimos para enfrentarlo y ayudarlo, y Mike y Jonathan se habían ido al parque a hablar.

Necesitaba apoyo urgente, si seguía llorando así algo dentro de mí se iba a romper.
- Hugo porfavor...-- Rogué entre lágrimas mirando el móvil.
- Si no te lo he cogido es porque no me apetece, buscate vida o deja tu mensaje. -- Ese estúpido contestador que llevaba escuchando por lo menos 8 veces.
- ¡JODER!.. -- Grité estallando en llanto de nuevo.
Ante esa situación decidí llamar a Alana, perdí la esperanza al 4 toque.
- Ori mi hermana está ocupada. -- Contestó Joey, en cuanto me escuchó sollozar guardó silencio y pareció moverse a un sitio con más ruido.
- ¿Que pasa?
- Ven, porfavor. -- Fue lo único que conseguí vocalizar con claridad entre sollozos.
- Aún que no me lo hubieras pedido, estaba ya de camino a tu casa. -- Comentó serio esperando a que le contara lo sucedido.

Pero no podía.

No tenía fuerzas para hablarlo.

Mi padre nunca fue muy cercano a mí, pero siempre recordaré los momentos únicos que me hizo vivir de cría y la valentía de no irse después de lo de mamá.

Salí de mi habitación y me acuclille delante de Will acariciándole la mejilla.
Las llevaba rojas y mojadas de tanto llorar.
- Will, viene Joey un rato, ¿te quedas con nosotros? -- Pregunté mirando a mi hermano aguantando me las ganas de llorar por aquella situación.
Él negó y se levantó dejando un beso en mi frente y yéndose al cuarto.
Ver así al hermano que siempre sonreía y bromeaba, se me hacía doloroso.

El timbre de la puerta.

Nada más abrirle la puerta al moreno me lo encontré con una bolsa del supermercado en una de sus manos, no me dió tiempo si quiera a saludarlo antes de darme un abrazo.
- Me e encontrado a Mike por el camino, ¿Cómo estás?
No pude evitar abrazarlo con más fuerza y romper de nuevo en llanto.
Él cargó conmigo y con la bolsa como si fuéramos una pluma, en otra ocasión no le habría dejado hacerlo todo, pero estaba destrozada.
El cerró la puerta principal con el pié y me llevo a mí cuarto donde se tumbó en la cama conmigo encima aún llorando le en el pecho.
- Se a muerto Joey... -- Dije aún llorando, él acarició mi pelo aún tumbados y me mandó hacer silencio de forma dulce.
- Ori, calmate, respira, lo siento muchísimo de verdad, pero estoy aquí y esto no es fácil, así que tranquila.-- Habló con voz serena mientras acariciaba mi pelo y retiraba de la cara.

Pasaban las horas y Joey seguía conmigo, sin queja alguna, consolando me y sacando temas aleatorios para intentar hacerme reír.
Aún qué lo agradeciera en verdad no me apetecía reír.
No hoy.
Solo conseguía sacar una ligera sonrisa como mucho.
Aún qué él parecía conforme con eso.

Escuché la puerta sabiendo que eso significaba que mis hermanos habían llegado, esperaba que fueran todos, porque no tenía ganas de ir a buscar a  nadie.

- Creo que va siendo hora de irme pequeña. -- Hablo Joey retirándome lentamente de encima de él, yo negué.
- Quédate a dormir, por favor.
- ¿No duermes con Hugo?
Esa pregunta me hizo algo de molestia lo admito, negué con la cabeza y me volví a colocar.
Hugo ni siquiera me había cogido el teléfono o contestado a los mensajes en todo el día.
No tenía ganas de hablar de él.
Necesitaba llorar a mí padre y centrarme en mis hermanos,  luego ya tendría tiempo de centrarme en lo demás.

Un DisparoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora