Capítulo 18.

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Cansada de peleas, de drogas, fiestas y alcohol.
¿En verdad era una adolescente rarita por ello?
No lo sé.
Pero hace un par de días había llegado a la conclusión de que mi relación con Hugo podría ir a mejor si el dejara de tomar esas mierdas.

Me levanté sin despertar al adolescente dormido profundamente a mi lado y entre al baño después de haber agarrado su paquete de tabaco.
- Perdón. -- Murmuré con algo de culpa antes de tirarlos al váter.
Todos se deshacieron a los pocos segundos por el contacto de agua.

Decidí cambiar todas esas malas sustancias por golosinas de todo tipo y mensajes en cada uno de los envoltorios para que no se pillara el enfado con sus padres o con alguien ageno.

- ¿Amor? -- Escuché la voz del joven llamándome desde la cama, dejé algo alarmada todo lo que estaba haciendo y volví con él.
- ¿Pasa algo? -- Preguntó medio dormido sin siquiera abrir los ojos del todo.
- No, no pasa nada mi amor, duérmete que es muy pronto. -- Susurré mientras acariciaba su pelo sentada en la cama con la espalda apoyada en la pared.
- Pero no te vallas. -- Murmuro apoyando la cabeza en mi regazo mientras sonreía levemente antes de abrazar mis piernas y calmar la respiración indicándome que se había dormido.
- No pienso irme.
Esas palabras salían de forma involuntaria por mi boca.
Sabía que eran ciertas.
Si no me había ido aún, estaba claro que no tenía porque irme ahora.
Sabía que si me iba a él le haría un daño parecido al que le hace a cualquier adolescente en un desamor, pero me preocupaba que sería de mi, me estaba encariñando demasiado con el musculitos.
Y por desgracia, era algo inevitable.
Ya que yo ya me consideraba atrapada por él y sus estúpidos encantos.

Un mensaje vibró en el teléfono de Hugo al paso de hora y media, no pensaba que fuera algo malo mirar el mensaje e informarlo mañana.
De echo al ver que era un mensaje de Lion pensé en que sería para otra fiesta o para presumir de su noche.
En ese sentido Hugo era un asqueroso también presumiendo cada vez que practicábamos el coito con sus amigos.

Aunque habría preferido que se tratase de eso y no que el mensaje llevará la frase de " ¿ya has hablado con Orión?"

¿De que tenía que hablar conmigo?
¿Había algo que me ocultaba?
No podía entenderlo, y el pánico se apoderó de todo mi cuerpo mientras depositaba el móvil en la mesilla de nuevo.

Contemple a Hugo dispuesta a despertarlo y montarle un numerito.
Pero me contuve pensando bien en ello.
No podía montar un número sin saber absolutamente nada.
Talvez debía decirme algo bueno.
O alguna idiotez de las suyas.
Simplemente no podía comportarme como una niñata inmadura.

Respiré hondo y me calmé antes de tumbarme del todo en la cama dejando que Hugo se acomodara de nuevo esta vez abrazándome entera con mi cabeza en su pecho desnudo.

No mentiré, no pegue ojo en toda la noche mientras me comía la cabeza.

Algo que no pase por echo fue como el agarró su móvil por la mañana y no me dijo respecto del mensaje de Lion.

Me tuve que ir al recibir un mensaje de Mike citándome para hablar de Dios sabe que.

- Hermanita. -- Hablo mientras elevaba una mano sentado en una de las mesas de aquella terraza de bar dejando que lo visualizará.
- ¿Ha pasado algo? -- Cuestioné mientras cogía lugar en una de las sillas.
El silencio de mi hermano más mayor observando atento lo que hacía me incomodaba bastante.
Si se hubiera tratado de Will o Ethan ya le habría lanzado algo o dicho cualquier cosa.
Pero Mike era diferente.
- Siento que nos estamos distanciando, así que he creído conveniente venir y hablar un rato solo nosotros.
- ¿No hay bronca?
- ¿Hay motivos para que la haya?
Esa pregunta me tomó por sorpresa, al parecer que no negara de inmediato lo hizo cambiar su expresión relajada.
No tardó en volver a centrarse con una sonrisa.
- Cuéntame pequeña.
- ¿El qué?
- Pues lo que sea Orión, soy tu hermano.
- Es que estás raro.

Al ver la desesperación y frustración en su rostro me di cuenta que en verdad quería hablar de mí y que esta vez no tendría escapatoria.
Tenía que pensar bien qué cosas contarle, ya que podría ganarme una bronca en menos que canta un gallo.

- Pues, tengo novio.
- ¿A sí? -- Preguntó con demasiada impetu dejando claro que ya lo sabía aunque no fuera esa su intención.
- Si, es Hugo, juega a fútbol ¿sabes quién te digo? -- Decidí seguirle la corriente para no joder lo que fuera esto.
- Si, creo que si se quién es. Has pensado en ¿traerlo a casa a comer o algo?
- ¿Para?
- Para presentarnos ante el novio de nuestra única hermana.
- Pero si a vosotros él ya os conoce.
- Igual que nos conoce medio barrio Orión, pero me refiero a una forma formal. -- Concretó, esa manera del tono de voz me había echo recordar con quién hablaba, y aunque nada grave hubiera salido de su boca, el tono autoritario que tenía Mike siempre me haría verlo más como figura paterna que como un hermano.
Mike por circunstancias siempre ha sido el maduro y sensato que a tenido que cuidar de todos nosotros.

- ¿Qué día sería?
Interrumpió mis pensamientos.
Lo miré totalmente pérdida sin haberme enterado siquiera de la pregunta que había formulado recientemente.
- ¿Qué?
- Que día traerás a tu novio a casa de forma oficial.
- Pues no sé, cuando sea.
Mi respuesta no pareció agradarle a mi hermano.
- Cuando sea no, esto ahí que prepararlo como las familias normales.
Iba a contestar cuando un erupto poco agradable retumbó contra mi oído a la vez que un ligero peso se hacía notar en el respaldo de mi asiento.
- ¿Familia normal? ¿De quienes hablamos? -- Cuestionó Ethan llegando al lado de Will junto a Jonathan.
- Se supone que de nosotros. -- Respondí aguantandome la risa mientras echaba la cabeza hacia atrás mirando a Will que seguía apoyado en mi silla.
- Las familias normales aburren Mike. -- Habló Will con un tono burlón sonriendo, yo asentí a lo dicho con una sonrisa mientras cargaba a Jonny en mi regazo.
- Pues talvez es lo que necesitamos nosotros. -- Musitó de forma sería el más mayor mirando hacia otro lado.

Definitivamente, es imposible entender a los hombres.

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