- Perdón, porfavor perdón. -- Repetía el musculitos de rodillas agarrándome de las piernas.
No podía evitar mirar a la gente que nos observaba con vergüenza.
¿En que pensaba este chico para hacer estas cosas? Y encima en público.
- Hugo no seas crío y levántate. -- Le susurré intentando soltarme de su agarre.
- Pero perdoname, estaba enfadado y lo pague contigo porque soy idiota perdón, perdón. -- Seguía suplicando, me ganó la desesperación por qué dejara de comportarse peor que mi hermano pequeño y lo agarré de la oreja levantándolo del suelo, dándome igual las miradas de la gente agena de la calle.
- Hugo Zacanillas juro por Dios que como no te calles y dejes de comportarte como un crío te rompo la cara de lado a lado.Silencio.
Porfín conseguía silencio.
No me di cuenta que toda la calle nos miraba hasta que no escuché ruido alguno.
Demasiado silencio.Después de ese incidente nos fuimos a casa.
Estaba muerta de vergüenza incluso cuando llegamos a su casa.- Perdón.
- Hugo callate.
- No, déjame hablar.
Suspiré rendida y me tiré al sofá cansada.
- Discutí con mi padre.
- ¿Otra vez?
Hugo solía discutir mucho con su padre, pero pensaba que al deshacerme de las drogas acabarían esas discusiones.
- Le debo algo de pasta a un idiota, pero esa no es la cuestión.
- ¿Como que esa no es la cuestión?
- Dejame hablar.
- Hugo vale. -- Lo corté levantándome y acercándome a él.
- Pero Ori.
- Hugo me prometiste que te dejarías de estas cosas.
- ¡Y lo he dejado!
- ¿Entonces que es esto ahora?
Guardó silencio pensando que decir.
No me daba buena espina que lo pensara tanto.
- Le debía un favor y él necesita pasta.
- ¿Seguro?
- Sí.
Asentí dándole a creer que si me había convencido.
Mentira.
Pero no necesitaba otro palito para una discusión.
- Y pues estaba enfadado y la pagué contigo, perdoname porfavor.
- Hugo, no es la primera vez que desconfias de mi.
- ¡No desconfío de tí!
- Si que lo haces. -- Hablé aún con tono calmado apunto de perder los papeles.
- ¡Es de él, Orión, joder!
Eso me dejó pensando, ¿en verdad le hacía sentir inseguro que yo me juntara con Joey?
Talvez yo tuviera algo de culpa.
En verdad Hugo tenía muchas inseguridades que no tenía valor de admitir y decir a nadie.
Pero que saltaban a la vista, almenos cuando te pasabas con él tanto tiempo.Me pegué a él y le acaricié la cara despacio, viendo como sus ojos querían romper en lágrimas pero que no lo harían.
- Hugo, si salgo contigo es porque te quiero a tí, si no, no estaría contigo, no estaría aquí y no me preocuparía como me preocupo. -- Murmuré con voz dulce como me hablaba a mí Ethan al darme lecciones de vida.
Él me abrazó con fuerza y aún que no le dije nada noté como un par de lágrimas caían sobre mí cuello.
- Te quiero idiota. -- Susurré en su oído mientras acariciaba su pelo, esperando que se desahogara y llorará.
No paso.
Hugo no era de esos que lloraban delante de nadie.
Daba igual la confianza que hubiese.
- Ven al baño. -- Dije derrepente separándome del abrazo.
- ¿Ahora tienes ganas? No te voy a decir que no pero-.
Lo calle colocando mi mano en su boca y lo arrastre al baño, colocándolo delante del espejo.
- ¿Que haces? -- Preguntó haciéndole menos gracia el ir al baño.
- Quiero que te veas en el espejo y sonrías.
- Que tontería, Orión no me jodas.
Sabía que esto no le hacía ni pizca de gracia, tenía las palas separadas por haberse roto parte de una y su padre no querer pagarle el dentista así que Hugo mostraba sus dientes entre poco y nada, no le gustaban.
- Quiero verte sonreír al espejo.
- Para. -- Me pidió con desgano.
- Porfavor.
Él me miró cansado y sonrió con pesadez al espejo, estuvo callado contemplando su sonrisa antes de estampar un puñetazo en el espejo rompiendolo en pedazos destrozando su puño contra el.
- ... -- No tenía palabras, no podía echarle la bronca por eso, suspiré y lo miré apenada.
- ¿Que querías conseguir? -- Pregunto enfadado, agarré su mano ensangrentada y lo miré a los ojos.
- Quería que vieras que todo lo que a tí te acompleja, a mí me vuelve loca.
- ...
Ese fue su momento de callarse.
Me agarró de la cintura sin tener en cuenta la sangre que aún salía de sus nudillos y me beso.Alfinal parecía que su principal idea de la ida al baño se iba a hacer realidad.
O así hubiera sido si él no hubiera pisado uno de los cristales haciéndome acordar del escenario que habíamos liado en el cuarto de baño y de que la pobre de mi suegra tendría que limpiar si no lo hacíamos nosotros.
- Vale se acabó, a limpiar. -- Declaré separándome de él.
- ¡Ey!
- Deja de quejarte y curate eso mientras yo limpio este desastre.
- ¿Me vas a dejar con ganas de baño?
- Bingo, ahora a limpiar idiota.
Una risita salió de mi boca cuando salí del baño con la mueca de mi novio grabada en la cabeza.
De verdad que aveces era como un niño pequeño.
Pero era mi niño enfadica.- ¡A oye tenía que decirte algo! -- Me grito desde el salón mientras se desinfectaba la mano.
Enseguida asocié eso que me tenía que decir con el mensaje de Lion, cosa que hizo que me saliera una sonrisa.
- ¡Dime!
- ¡Este finde me voy con el equipo para celebrar la racha de partidos ganados!Era eso...
Inconscientemente salió una gran sonrisa mientras barría esos cristales.
Era un gran alivio que eso fuera a lo que se refería Lion.- ¡Que te lo pases bien mi amor! -- Contesté con una alegría notable hasta en el tono de voz.
Al parecer debió notarlo porque se asomó a la puerta del baño casi de inmediato con carita de cachorro.
- ¿Quieres que me valla? -- Cuestionó preocupado.
- Claro que no mi amor, quiero que te lo pases genial. -- Respondí acercandome a él y dejando un pequeño beso en sus labios.
- Eres la mejor nena.
- Que no se te olvide mientras estés con tus amigos. -- Bromee mirándolo a los ojos mientras pestañeaba de forma rápida, él negó con una sonrisa antes de dejar un beso en mi frente.
- No se me va a olvidar idiota.
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Un Disparo
RomanceSiempre serás mi recuerdo favorito, aquello que tuve un ratito de mi vida, y adoré a cada instante, aquello que me quitaba el sueño por las noches y que me dejaba una sonrisa inigualable, aquello que no volveré a tener..