Capítulo 42: Ataduras

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Al día siguiente.

Despertar en un lugar completamente diferente a mi hogar me hace sentir un poco raro, se que estoy seguro, ¿Pero a que precio? nos vigilan a distancia, podemos sentir la miradas de los vampiros al servicio de Emilia.

Todos estamos desayunando en un salón aparte al de la facción de vampiros, aunque Emilia ordeno que se nos tratara como invitados de honor, la comida es lujosa y esta deliciosa, las sirvientas atentas a las necesidades de cada una de las chicas.

desayunamos mientras escuchábamos una discusión en el salón de al lado.

La expresión de mi clan es clara, estan un poco incomodos.

Las voces que se escuchan son las de Emilia y otra persona un hombre, discuten por algo, solo puedo escuchar las partes en las que Emilia se opone a algo.

Me levante de la mesa, y deje de comer.

Rokuro: Es suficiente, iré a ver que esta pasando.

Akeno: Rokuro, no hagas nada imprudente.

Rossweisse: Si, no queremos tener de enemigos a estos vampiros.

Ravel: Ten cuidado, ¿De acuerdo?

Rokuro: Lo tendré.

Deje el comedor y me dirigí al salón del trono de Emilia, Medio abrí la puerta para poder ver y escuchar la discusión.

Pude ver a un hombre de mediana edad un poco fuera de forma, pero se nota por como esta vestido que es alguien importante.

Hombre de mediana Edad: No seas imprudente, debes aceptar los términos de tu familia. Solo así serás independiente.

Emilia: Varón folgard, Ya le dije que no tengo intenciones de casarme con usted, si sigues con esto te destruiré aquí mismo.

Varón Folgard: Oh, se que podrías matarme aquí y ahora querida, pero no querrías liberar una guerra entre los vampiros. tu deber será el de convertirte en mi esposa, no puedo esperar para poder tener mucho sexo contigo.

En ese momento Emilia golpeo la pared con fuerza dejando una fisura y parte de escombros de la pared en el suelo.

Supe que debía hacer algo... pensé por un par de segundos y se me ocurrió algo para retirarlo momentáneamente.

Abrí las enormes puertas, causando que Emilia y el varón Folgard me vieran.

Rokuro: Querida, he vuelto... ¿Oh? ¿Quién es nuestro invitado?

Vi una sonrisa picara en Emilia, había captado la idea de mi dialogo.

Emilia: Oh querido, bienvenido de vuelta, es solo otro pretendiente.

Me acerque hasta ellos y puse mi mano en mi barbilla observando al varón Folgard.

Rokuro: Conque es así, ¿Dime estas dispuesto a morir por ella?

Varón Folgard: ¡Tu!.. acaso...

Rokuro: Si, Emilia es mi chica.

Emilia: Y tu eres mi chico.

Varón Folgard: ¡Esto no se quedara así!

En ese momento, tome por el cuello al pequeño gordito. Revele mis doce alas de ángel.

Rokuro: Escúchame bien, pedazo de mierda. Si vuelves te matare, esto no aplica para un ángel que ya es enemigo de las facciones, olvida lo que viste hoy y no vuelvas.

El ascenso del nuevo DiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora