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VOL. UNO; CH. ELEVEN ༄ ——— aliados schmallies.
El sonido de las trompetas resonó en la arena justo después de que el sol se desprendiera de la cima de las montañas. Elodie sacó su cuchillo y se levantó de su posición sentada. Aunque se mantiene agachada para no delatar su posición mientras las trompetas se apagan y la voz de Claudius Templesmith resuena a su alrededor. — Atención a todos los tributos —, resuena su voz, — Atención. A partir del mediodía habrá un banquete en la Cornucopia. Cada uno de ustedes necesita algo, desesperadamente-.
— Eso es muy discutible —, murmura Elodie. Kalen la hace callar mientras Claudius continúa.
— Y tenemos la intención de ser anfitriones generosos —. Su voz se apaga y Kalen se vuelve hacia Elodie.
— ¿Vamos a ir? —. pregunta Kalen en voz baja. Elodie niega con la cabeza.
— Yo iré —. Kalen abre la boca para protestar, pero Elodie no le deja. — No. Kalen, sólo hacen esto para intentar reunir a todos los tributos para un derramamiento de sangre porque han decidido que estamos siendo demasiado aburridos. Si los otros tributos me ven y luego te ven allí conmigo, van a ir por ti. No voy a dejar que eso suceda, ¿entiendes?
— Entonces, ¿ellos no van a ir por ti en absoluto? —. pregunta monótonamente Kalen. Elodie se queda en blanco ante él.
— Puedo manejar un par de competencias.
— ¿Por qué tenemos que ir alguno de los dos? —. pregunta Kalen, — No necesitamos nada —. Elodie no responde. Ya ni siquiera le mira. Sus ojos están concentrados en los profesionales. Habían empezado a moverse después del anuncio. Brock y Blaire se dirigían hacia el bosque a la izquierda de la cascada a trote, armas en mano.
Kalen resopla, — Vale, bien, no contestes. Entonces, ¿a dónde voy a ir, eh? Al ver de dónde sales, sabrán que estoy aquí.
— No te voy a dejar aquí, estúpido —. Elodie no le mira mientras lo dice, sino que observa a Ezra y Sylvia. Parece que se supone que están vigilando las provisiones, pero sus armas están apoyadas en el suelo junto a ellos mientras lanzan piedras al lago de abajo.
El silencio se mantiene como si Kalen estuviera esperando que ella continúe. Cuando no lo hace, Kalen se burla: — Por supuesto, eso responde a todas mis preguntas.
Elodie se vuelve hacia él. — Vamos a ir a ese lado del bosque —. señala el bosque opuesto al que fueron Blaire y Brock, — Sólo tengo que averiguar cómo pasaremos por delante de los tontos y tontas de ahí abajo.
