¹⁵, ˡⁱᵏᵉ ᵖᵘᵗᵗⁱⁿᵍ ᵒⁿ ᵃ ᵍˡᵒᵛᵉ

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VOL

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VOL. ONE;
CH. FIFTEEN
༄ ——— como ponerse un guante.









Un pitido continuo es lo primero que percibe Elodie al volver a entrar en el mundo de los vivos. Le pesan los ojos, pero los abre a la fuerza, ansiosa por ver lo que le rodea. La luz la golpea inmediatamente y es cegadora. Después, Elodie no tarda en darse cuenta de que está en un hospital.

Se da cuenta de que los pitidos proceden del monitor cardíaco situado a su derecha. Tiene una vía intravenosa en ambos brazos; supone que una es para tratar su probable deshidratación y la otra para mantenerla sedada. Los ojos de Elodie rastrean los bordes de la habitación; alrededor de la ventana a su izquierda –que tiene una vista decente del horizonte de la capital–, los ventanales cerca de la puerta y la propia puerta –todo cristal y lo que Elodie supone que es una puerta automática–. Encuentra dos cámaras en su exploración, pero supone que hay más.

Por un momento, aunque sólo sea un instante, lo único que Elodie puede percibir es su entorno. Todavía aturdida por el sueño inducido por el doctor, así como por las drogas que aún se le inyectan, no puede procesar –o recordar– mucho más.

Sin embargo, ese momento dura poco. Todo se le viene encima de repente. El banquete, la pelea con Alister y Roland, el enfrentamiento final. Tessa, Brock, Blaire.

Kalen.

Los ojos de Elodie se cierran en un respingo mientras intenta bloquearlo todo. Eso hace que ella también lo vea ahora. Sacude la cabeza como si eso fuera a detener el flujo, pero no lo hace. Elodie deja escapar una respiración temblorosa y luego otra.

Las puertas se abren y Elodie lo procesa débilmente, con el enfoque principal aún en su cabeza. No es hasta que Elodie oye unos pasos que se acercan que se despierta, abriendo los ojos para ver a Finnick.

Su figura se ve acentuada por el entorno blanco intenso que sólo una habitación de hospital puede ofrecer. Casi parece tímido, de pie con las manos en los bolsillos y meciéndose de talón a talón lentamente. Un suspiro pasa por sus labios cuando sus ojos hacen un escaneo de su forma, y una pequeña sonrisa se apodera de su rostro.

— Hola, Elodie —, susurra. Elodie frunce las cejas al verle, pero no dice nada. Su movilidad es limitada, ya que lo que sea que esté en la vía intravenosa de su brazo todavía tiene un efecto menor en su sistema nervioso. Pero probablemente no le diría nada aunque no estuviera incapacitada.

— Sólo quería verificar, así que no me grites ni nada por el estilo —. La cara de Elodie no cambia ante sus palabras. Las cejas siguen fruncidas y los ojos clavados en los de él. Sin embargo, su mirada vacila cuando las sustancias químicas de su torrente sanguíneo trabajan para volver a dormirla. Finnick suspira y sonríe ligeramente, con tristeza.

𝐁𝐋𝐎𝐎𝐃 𝐈𝐍 𝐓𝐇𝐄 𝐖𝐀𝐓𝐄𝐑... 𝗳𝗶𝗻𝗻𝗶𝗰𝗸 𝗼𝗱𝗮𝗶𝗿 | EspañolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora