Capítulo 17 Vuelta a casa

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Nota: Hey! Ahora ya no tardé mucho, espero que estén disfrutando con esta historia...así como recomendarles mis otros fics Jori y mis historias originales...ya saben, comenten, voten y compartan...ahora si, a disfrutar de su lectura :)

See you! ;)



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En algún lugar de Rusia se encuentra un hombre relativamente joven, de aspecto cansado y con una barba un tanto descuidada. Estaba sentado en un coche aparcado frente a la entrada de una residencia escondida entre el espeso bosque, sentía el miedo recorrerle la espina dorsal, pues sabía a qué se enfrentaría al ingresar al lugar y demostrar que seguía siendo un mediocre que no pudo completar una simple misión.

Bueno -habló el hombre suspirando pesadamente- De nuevo en casa -finalizó para encender de nuevo el auto e ingresar a la propiedad.

En el camino largo y empedrado puedo observar a algunos nuevos reclutas que practicaban con cuchillos el combate cuerpo a cuerpo. También observó cómo había otros hombres siendo objetos de tiro al blanco para el deleite de sus amos. Otro tramo más mostraba un jardín con plantas secas y que además había mujeres amarradas a postes y desnudas, para que fueran de libre acceso para los hombres de la clase guerrera de su clan.

Tal vez pueda pasarme después por aquí -comentó reduciendo la velocidad del auto al pasar por donde tenían aquellas mujeres- Bueno, eso si es que salgo vivo después de ver a mi madre.

Poco antes de llegar a la mansión principal, se podían ver pequeñas casas que estaban hechas de acuerdo con su rango dentro del clan, aunque por los sucesos del pasado, todo en aquel lugar parecía más muerto que vivo y gracias a sus hermanos los kriptonianos.

Identifíquese -dijo uno de lo guardias de la mansión.

Soy Mike Matthews –dijo con desagrado y viendo despectivamente al hombre que osaba cortarle el paso en sus propios dominios- Apártate chico.

Lo siento -dice intentando intimidarlo al dejar al descubierto su arma- No puedo permitirle el paso.

Mira chico -se le acercó tranquilamente y viéndole despectivamente- Es mejor que guardes tu juguetito y me dejes pasar, porque si no la pasaras muy mal -le señalo con un dedo para contar hechos- Primero, no te dará tiempo de sacar tu cosa esa -levantó frente al otro un segundo dedo- Segundo, te golpearé en la garganta y caerás sin poder respirar- levantó un tercer dedo- Y tercero, te patearé tan fuerte en el rostro que morirás al instante -finalizó con una sonrisa inquietante.

¿Qué sucede aquí? -se escuchó una voz profunda detrás del guardia- ¿Hijo? -dijo cuando vio al muchacho.

¿Hijo? -tragó grueso el guardia, no solo por la amenaza del hombre frente a él, sino por saber que era el hijo de su jefe.

Padre -vio con mayor desprecio al guardia al verlo temblar- Me sorprende que tengan a esta gentuza cuidando nuestra mansión.

¿Por? -habló confundido viendo al guardia.

No pasa nada señor -interrumpió temeroso.

Y todavía habla sin permiso -le tomó por el hombro al pobre guardia- ¿Deberíamos enseñarle mejores modales?

Ya me encargaré después -le indicó su padre y luego le hace una seña para que lo siga al interior- Vayamos con tu madre.

Vayamos -le responde Mike palmeando con un poco de fuerza el hombro del pobre guardia que sabía le iría mal- Suerte muchacho.

En el camino rumbo a la oficina principal de la familia se podían apreciar diferentes cuadros expuestos, donde se observaban hechos del pasado alzando la gloria de su clan. Algunos eran de masacres provocadas en el pasado cuando aún pertenecían a la rama principal, otros eran cuando fundaron su propia rama y ganaron poder en la mafia mundial. También podía ver algunos trofeos ganados de aquellas batallas, como por ejemplo algún articulo personal de su contrincante o bien el propio cráneo de aquellos lideres que derrocaron. Pudo observar como en algunos cuartos estaban esclavas limpiando los muebles y estas estaban simplemente cubiertas con un vestido sencillo que fácilmente se podía arrancar si así lo quería alguno de los amos de aquella mansión.

Espero traigas resultados -habló la mujer sin apartar la mirada de su computadora, sabiendo que su esposo e hijo habían entrado a su despacho- Y no otra decepción.

Lo siento madre -habló un poco apenado Mike- Lo de los Luthor no funcionó como esperábamos.

Te ganó de nuevo tu ambición -se levanto la mujer golpeando fuertemente su escritorio con los puños- ¿Dónde está tu estúpida mujer y la chiquilla?

Bueno, veras -se comenzó a sentir nervioso- Es algo curioso que pregunte, yo tuve que huir si no Lex me mataría y bueno.

¿Dónde diablos las dejaste? -habló furiosa acercándose a su hijo de manera amenazante- Y más vale que digas la verdad, porque no seré tan indulgente con el castigo que tengo pensado para ti.

Las tiene Lex Luthor -dice bajando la cabeza e intentando ver de reojo a su padre para que le diera un poco de apoyo, pero este solo movió la cabeza decepcionado- Las puse como garantía -siguió hablando mientras sentía el aura amenazante de su madre cada vez mas cerca de él- Pero tranquila, no sabe nada de ellas y su linaje -agregó rápidamente tragando grueso, viendo que ya tenia a su madre a centímetros de su cuerpo.

¿Tranquila? -pregunta con sarcasmo e ira impregnadas en su voz- Me pides tranquilidad cuando nuestro futuro esta en manos de ese hombre -le abofetea con gran fuerza, haciéndolo girar el rostro- Por tu bien espero que recuperes al menos a la mocosa.

Lo sé madre -dijo sin levantar la cabeza y con una clara marca enrojecida en su mejilla.

Piensa cómo lo harás -sentencio la mujer soltando un gran suspiro molesto para luego dirigirse de nuevo a su escritorio- Ahora largo Mon-El -le hizo un ademan para que se fuera- Y olvida tu estúpido nombre de humano ordinario, aquí eres el príncipe de la mafia Daxamitas.

Si madre -se inclinó ante su madre y salió del lugar- Supongo que puedo divertirme antes de que tenga que volver por mi hija.

Con eso dicho se fue a su cuarto personal dentro de aquella mansión, donde se encontró con una mucama joven y dispuesta para él. Cosa que agradeció a su padre, ya que sabia bien que aquel hombre le dejó esa mujer, virgen obviamente, para su deleite y comité de bienvenida.

Agh -soltó un suspiro luego de terminar con aquella muchachilla que estaba en su lecho sollozando por el acto- De vuelta a casa.

DE LA GUERRA AL AMOR [SUPERCORP AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora